Último Acto: Fin del Juego II

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—¿Por qué sucedió esto? ¿Por qué tenías que ser tú su objetivo?

La lluvia seguía cayendo sobre toda la Ciudad de Tengu la cual se encontraba en alerta debido al incidente de los espíritus. A lo lejos se alzaba una nave singular junto a muchas otras que pertenecían a gobiernos poderosos que intentaron de forma inútil hacerse con un poco del poder que las chicas poseen.

Todo era un caos, los sistemas eléctricos fueron apagados gracias a la singularidad desde donde renació [Itsuka] Mayuri. La poca logística que se podía hacer era enfocada en los heridos y todo el personal restante de DEM que se encontraba cerca de la zona de cuarentena se iba retirando conforme las fuerzas armadas iban llegando.

Era una victoria, una que costó mucho; una que Itsuka Shidou sabía que no lograría de no ser por la mujer cuya vida le fue arrebatada en un acto de cobardía perpetrado por otra versión suya que perdió todo por el temor de abrir su corazón.

—Karen, por favor... No me hagas esto —susurró él mientras abrazaba con más fuerza el inherte cuerpo de quien alguna vez fue la asistente de Elliot Woodman—. Dime que es una broma... Por favor, di algo...

Sus oídos querían escuchar nuevamente aquella voz que tanto le reclamaba en el pasado y que con el pasar del tiempo lo alentó a mejorar.

—¡Por favor no te vayas aún! —sus gritos eran opacados por la constante lluvia que caía sobre toda la ajetreada ciudad. Finalmente se encontraba a punto de tener esa vida que tanto anheló y que por miedo decidió abandonar al no querer luchar por todas las chicas que tanto le aman.

Una gran ira se encontraba naciendo de su corazón. Aquel odio que tanto juró nunca llegar a tocar se iba apoderando de su cuerpo tal cual un parásito. La desesperación pronto comenzaba a hacerse notar y grandes flamas moradas nacían de las grietas producidas en batalla dando un vistazo al auténtico infierno.

—Shidou... —una vez más Tohka susurró su nombre notando entonces la oscuridad que envolvía al chico que ama.

—Se está... —Tenka no pudo terminar de hablar tras sentir un gran temor que recorrió su cuerpo como si de una corriente eléctrica se tratase.

—¡No voy a permir que se invierta!

—¡Espera Hibiki!

—¡Ah!

Una ráfaga de energía fue liberada y el Cuasi Espíritu fue lanzado en el aire con una fuerza descomunal siendo salvada únicamente por la intervención de las hijas del huracán.

—Esos poderes... Shin se está volviendo el Espíritu de Origen—dijo Reine llamando la atención de todas las chicas—. Cuando Origami se liberó por completo, los poderes se fusionaron. No me di cuenta en su momento, pero Shidou se está transformando en el Espíritu de Origen y si se invierte, nada en la Tierra calmara su ira.

—La reformación... ¡Eso es lo que él quería!

—Mayuri...

—¡Yo tenía que ser el detonante! ¡Al ser como su hija yo debía ser la causante de todo este desastre! —exclamó el espíritu cuya voluntad era el amor de Itsuka Shidou que nació del sentimiento que todos los espíritus guardan por él.

—¡Ese bastardo sabía lo que hacía! —gritó Artemisa con ira notando entonces como una ráfaga se dirigía a Natsumi interviniendo en el último segundo antes de que el pequeño espíritu fuera partido a la mitad—. Si no hacemos algo seremos seccionadas por esas cosas.

—¿Cómo se derrota a un espíritu de origen? —preguntó Kotori quien casi era atacada por aquellas inusuales ráfagas de energía. Gracias a sus reflejos y el poder innato de <SEPHIRA> logró desviar con su alabarda aquellos ataques que eran creados por la desesperación de su hermano adoptivo—. ¿Alguna idea, Reine?

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora