Acto 14
—Quiero tener más recuerdos con Shidou-san...
—¿De qué hablas?
—¡Eso es lo que quiero! ¡Yo no quiero perderlo!
—Debemos hacerlo, nosotras...
—¡Tú solo piensas en tí! ¡Jamás has pensado en él!
—Yo...
—Lo amamos, pero nunca dejas de culparte...
—No puedo...
—¿Qué es lo que en verdad deseas?
—Deseo estar con Shidou-san...
—No lo amas...
—Lo amo...
—¡Mentirosa!
—¡Nunca dejaré de amarlo!
•
El mundo es un lugar extraño. La gente exige la paz, pero llega a provocar disturbios al no aceptar los métodos para llegar a dicha paz. Exigen se respetados, pero olvidan que el humano puede llegar a ser cruel con sus hermano. Todo la vida era una pesadilla oscura y cruda que terminaba con la muerte.
Para Tokisaki Kurumi, esta pesadilla inició el día en que obtuvo sus poderes. Aquel día perdió su inocencia, pero no sé había quebrado. Su espíritu seguía esperanzado en las acciones del hombre. Lamentablemente, esto no fue así.
Su mejor amiga, la que siempre le daba ánimos también obtuvo un cristal Sephira. Ella se convirtió en el espíritu de fuego, sin embargo las cosas no sucedieron de la misma forma que siempre. El Sephira no había sido refinado y su ángel, igual al de ella, buscaba alguien que de verdad supiera usar su poder.Ese día lloró toda la noche mientras su alma comenzaba a perder la fe en la humanidad y naciendo de esta forma [NIGHTMARE].
Los meses y los años pasaron; su mente se iba quebrando cada vez más y más. Impartía justicia por el mundo sin importarle nada. Ya no era la misma joven que aceptó estos poderes creyendo que el mundo sería un lugar mejor. Solo podía asesinar para intentar mejorarlo, pero nunca sería un sitio de paz.
Con el tiempo perdió la poca esperanza que su corazón había conservado. Intentó culpar al espíritu de origen, pero eso no ayudaba. Su alma estaba manchada de vidas tomadas que su ángel necesitaba para poder ir en contra de las leyes universales. Estaba cansada y solo buscaba que su vida acabara en algún punto.
—Ahí conocimos a Shidou-san...
—Sí... Lo conocimos...
Un rayo de luz llegó a su vida con el tiempo. Un tonto chico de preparatoria terminó por enamorarla y por primera vez en el mundo sintió ganas de abandonar todo con el único fin de estar con él. Lo abrazaba y le daba besos, buscaba sentir ese amor que jamás había experimentado.
—Te amo Shidou-san...
—Te amo, Kurumi...
Y nuevamente el mundo le quitaba lo que más amaba.
Tal vez fueron más de doscientas veces, pero seguía doliendo de la misma manera. Verlo morir la hacía llorar y algo dentro de ella juraba que este sería su limbo. Verlo morir siempre en sus brazos y besar sus ya fríos labios esperando que su vestido astral desapareciera con la esperanza de verlo vivo.
—¡Déjame salvarte, Kurumi!
—S-Shidou...
—Ven conmigo, esto puede cambiar.
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De un corazón roto
Hayran KurguShidou se resigna a luchar por los corazones de los espíritus dejando que otro ocupe su lugar, pero dentro de él, su corazón no puede olvidarlas. No todo es lo que parece y aquel sujeto que juró amarlas oculta más cosas detrás de lo que él puede ver...