Penúltimo Acto

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-¡Por supuesto que puedo! -exclamó Nia con mucho dolor mientras tomaba aquella marioneta entre sus manos-. Yo puedo hacerlo, después de todo sigo siendo la onee-san de todas ustedes.

El rostro de Yoshino se calmó ante eso. Aún con su herida actuaba como si nada esperando que su marioneta volviera a hablarle. Para la mangaka esto era muy triste, sabía que el chico desataría su furia una vez viera el estado de [HERMIT]. Haciendo de su ángel y con la ayuda de María como de Marina, logró detener la hemorragia de la niña antes de ponerse la marioneta en su mano la cual cobró vida para su sorpresa.

-¿Está viva? -preguntó Marina asombrada.

-Es algo increíble, incluso para mí-agregó María.

Nia se limitó a sonreír un poco ante el asombro de las dos espíritus por algo tan simple como lo era emular a Yoshinon.

-¿Yoshinon? ¿Estás bien? -la voz de Yoshino denotaba dolor, pero no producto de sus heridas, sino del miedo que tenía al ver a Yoshinon tan decaída-. ¿Te duele algo?

-Yoshinon está triste-comentó Nia mietras veía como la marioneta asentía confirmando sus palabras-. Ella no quiere verte así, en este estado; ella quiere ver de nuevo a su mejor amiga, esa dulce niña que peleaba por el amor de Shidou y que pasaba grandes momentos en compañía de Natsumi. ¿Acaso Yoshino no extraña eso?

La niña de cabellos blancos intentó tocar a Yoshinon, pero esta la apartó.

-Yoshino ya no es la misma niña con la que Yoshinon se divertía-declaró la marioneta con una voz triste-. Ella dejó a Shidou-kun por un chico que solo hería a Yoshino cuando él siempre se preocupó por ambas.

Tales palabras lograron golpear a la pequeña regresándola a la realidad.

No sólo había herido a Yoshinon, sino que también había olvidado todo ese dolor que le causó al chico que le dio un propósito en la vida. De no era por Itsuka Shidou, ella seguiría siendo una hermitaña que iba de un lugar a otro, escondiéndose de las personas perdiendo así la oportunidad de conocer lo que una vez llegó a poseer.

La imagen de Shidou pronto golpeó su memoria. Un fuerte dolor de cabeza la hizo ponerse de rodillas mientras dejaba salir un grito desgarrador que asustó a las dos hermanas. Nia por su parte no se inmutó ante esto. Ella ya sabía que esto era algo por lo que Yoshino tenía que pasar, pero no esperó que se diera sin la presencia de Shidou.

-Shidou... ¡Shidou! -exclamó Yoshino el nombre de aquel chico al que tanto amaba.

Las memorias, sus memorias, finalmente fueron restauradas. Todos eso recuerdos nuevamente volvían a ella. Sus ojos se llenaron con lágrimas ante la realidad en la que se quedó por haberse enamorado de otro chico. Por un momento llegó a pensar que su vida ya no valía nada, no después de haber perdido la confianza de Shidou y los demás.

-Yoshino... -esta vez habló Nia-. Vamos a casa...

-Muere...

-Mierda...

El combate con Origami hace tiempo que había iniciado, pero no fue Kotori quien dio pie a la pelea, sino todos los magos que tomaron el lugar de Ellen después de que Wescott la desechara en favor de las [NIBELCOL]. Para la pelirroja, el combate no sólo era de vida o muerte, sino que cargaba el destino del mundo uno que podía ser eliminado por aquella corrupción que osaba usar el rostro de su hermano mayor.

Los ataques de Origami en su forma inversa eran mortales, pero aquel fuego dentro del interior de la Comandante que nacía de su amor por Shidou aumentaba cada vez más su fuerza al punto que podía no sólo aguantar aquellos ataques, sino devolverlos con más poder demostrando una vez más la razón por la que su hermano la denominó el espíritu más peligroso en combate después de Tenka.

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora