Acto 1

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Las chicas habían traicionado su confianza. El amor que sentía por ellas comenzaba a desaparecer lentamente mientras la tristeza junto con la desesperación ocupaban dicho lugar. No había más razones para seguir con ellas, todo había acabado y él prefería alejarse en silencio antes de sufrir más.

¿En qué momento sucedió esto? No lo sabía con exactitud, pero cuando aquel chico apareció junto a Kurumi afirmando ser su pareja entendió que algo cambiaría en su vida. Ya no le importaba nada, ellas habían tomado su decisión y él la respetaría. Incluso cuando su hermana le expresó que no era necesario irse, decidió que lo mejor era ignorarla por primera vez en su vida.

Elliot Woodman había escuchado sobre esto. Eran pocas las veces en que hablaban, pero de alguna manera pudieron conversar de manera tranquila al dejar sus corazones expuestos. Ambos amaban a alguien que simplemente jamás los vería, pero que en el fondo estaban tranquilos por eso. Ninguno podía obligar a otra persona a amarlos, solo podían limitarse a ver el tiempo pasar mientras pensaban en aquel mundo donde podían ser felices.

Los días pronto se convirtieron en semanas y su ausencia en la escuela alertó a algunas chicas que estaban preparadas por él. Nia intentó conversar con él, pero siempre recibía una respuesta cortante con la que la charla terminaba. Incluso Kurumi lo buscó solo para recibir aquella foto del Tanabata en sus manos lo que rompió el corazón del espíritu más peligroso del mundo.

Todo esto fue presenciado por Karen Nora Mathers quien iba a visitarlo a su nuevo departamento. Ambas chicas notaron la manera fría en que él se había tornado desde que ellas decidieron andar con aquel chico. No podía evitar sentir pena por ellas, pero todo esto era producto de todas esas misiones cuyo fin era enamorar sus corazones. Esto era el resultado de una desilusión de alguien que en verdad sabía amar.

—Debes ir a la escuela, no puedes quedarte todo el día encerrado—expresó Karen con preocupación tras regresar al departamento por órdenes de Elliot—. Esto no es vida.

—Bueno, esta es mi nueva vida, después de todo él puede sellarlas—respondió Shidou con cansancio tras recibir las mismas palabras una y otra vez de parte de la hermana menor de Ellen—. Mira, no quiero ser grosero, pero si solo vienes a decirme que debo regresar a ese sitio será mejor que salgas porque de verdad no deseo discutir contigo.

La mujer no pudo evitar sentirse triste.

—Me voy a quedar, ya es tarde... Haré la cena.

—Da igual, nunca puedo hacer que te vayas.

Shidou regresó a sus asuntos mientras observaba a Karen desaparecer en la cocina.

Los días pasaron y nuevamente recibió otra visita. Esta vez se trataba de Reine quien traía consigo varios libros como libretas llenas de apuntes y ejercicios.

—Sé que no deseas regresar, pero espero y entiendas que debes al menos cursar tu educación—su monótona voz mostraba preocupación, era raro en ella—. Yo sé que no deseas saberlo, pero Kotori ha mantenido tu habitación intacta. 

—Y yo que pensé que ya se la había regalado.

Reine iba a decir algo, pero decidió mejor mantener sus pensamientos para ella misma. No tenía derecho alguno de entrometerse en su vida después de todo lo que pasó con ese chico. Quería mucho a Shin, pero incluso ahora sentía que ni ella misma debía estar ahí.

Las horas pasaron y finalmente Shidou concluyó con sus deberes escolares. Todos los trabajos y documentos requeridos por su maestra se encontraban listos para ser enviados y posteriormente revisados.  En todo este tiempo había ignorado a Reine notando hasta ahora que se había quedado dormida lo cual era una sorpresa.

La observó por unos momentos, se veía hermosa cuando descansaba. En sus brazos sostenía ese oso de peluche que siempre le llamaba la atención. Debía ser importante si lo protegía con coraje.

—Shin... No... Me dejes... Shin...

Shidou estaba sorprendido por lo que estaba escuchando. Observó nuevamente a Reine con sumo cuidado y entonces fue que notó aquellas lágrimas que descendían por sus mejillas. Estaba dormida, pero sufría de un terrible sueño dónde él estaba involucrado. Intentó acercarse para despertarla notando que se movía de forma violenta.

—¡No! ¡No! ¡Shin!

No podía soportar más el verla en ese estado. La tomó en brazos y la llevó hasta su cama en dónde la dejó recostada. Estaba sudando producto del estrés que tenía en ese momento. Aquel sueño estaba escalando de forma rápida para volverse una pesadilla hasta finalmente los ojos de Reine se abrieron.

—Reine...

La mujer estaba aterrada, parecía fuera de sí.

—Shin... Por favor... No me dejes...
El joven Itsuka solo podía hacer una cosa en este caso. Tomó a Reine en un fuerte abrazo mientras le permitía llorar. Recuerdos regresaban a él reviviendo todo ese amor que buscaba enterrar en el fondo de su corazón para no permitirse sufrir. Los sollozos que Reine soltaba hacían que esa versión suya que tanto deseaba eliminar surgiera de nuevo.

Odiaba ser el Itsuka Shidou de antes.

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora