Acto 18

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Acto 18

—Veo que finalmente han regresado.

—Así es papá, pero no regresamos sin nada.

—¿Ah sí? ¿Qué es lo que me han traído esta ocasión?

—La localización de los espíritus y su hogar... Y una foto de ese sujeto.

—Son unas niñas muy buenas, mis queridas Nibecol.

Una tormenta se cierne sobre los cielos de la ciudad de Tengu. Muchas personas buscaban refugio para escapar del aguacero sin conocer la existencia de una nave que velaba por la seguridad de la ciudad.

La Fraxinus era una nave muy avanzada capaz de invertir la polaridad gravitacional de sus placas con el objetivo de alzarse y permanecer inmóvil sin el riesgo de colapsar bajo su propio peso. Era una muestra de las capacidades humanas a la hora de llevar a cabo un proyecto con un fin necesario.

—¡Duele! ¡Duele! ¡Duele!

—¡Perdón, Natsumi!

El propósito de la nave no solo era cuidar a los ciudadanos de la capital tecnológica de Japón, sino que además era un centro de atención para seres conocidos como espíritus que no eran más que jóvenes que fueron bendecidas con poderes que van más allá del entendimiento humano y que desafiaban toda lógica propuesta por la física.

—Natsumi, no te muevas o si no el dolor será peor.

—Lo siento, Ellen-san, pero no sabía que debía ser necesario mantener mi herida abierta.

Dentro de la nave, en el ala médica, todos los espíritus estaban presentes para ver la transferencia de un Sephira lo cual hasta ese momento era algo imposible e incluso peligroso, pero que bajo la información que María y Nia obtuvieron, era plausible y ayudaría al pequeño espíritu de <HANIEL> a recuperar su mano derecha.

—Sabes Natsumi, yo también perdí mi mano, bueno, mis dos manos—comentó Ellen mientras miraba sus dos manos recordando los momentos en que estas habían sido cercenadas por las Nibecol—, pero Shidou me ayudó a recuperarlas usando a <CAMAEL> y te puedo asegurar que ha sido la mejor decisión que he tomado al momento que confíe en su palabra.

—Ellen-san...

Natsumi estaba asombrada al conocer esto. No sabía que Ellen se había unido a ellos llevándose un buen susto al momento de verla de forma más consciente.

—Muy bien, todo está preparado para pasarte un fragmento del cristal—anunció Shidou quien terminó por abrir la herida de la pequeña a fin de que las llamas de CAMAEL surtieran efecto de forma más rápida—. ¿Estás preparada?

—¿Va a doler?

—Depende mucho del usuario, pero sí duele—informó Reine quien había llegado a la habitación con los demás—. Ha pasado ya un tiempo desde que hicimos todo ese proceso.

—¿Usarás tu vestido astral? —preguntó Shidou sorprendiendo tanto a Natsumi como a Kurumi quien no tenía este conocimiento consigo.

—Ellen poseía mejor resistencia por todos esos años que entrenó su cuerpo, era evidente que soportaría las mismas temperaturas a las que llegan Kotori y tú al momento de ser heridos.

—¿De qué está hablando, Reine-san? —preguntó Kurumi.

—Lamento no ser honesta contigo antes, pero después hablaremos sobre esto.

Las ropas de Reine comenzaron a desaparecer frente a los ojos de las chicas convirtiéndose en partículas de luz que la cubrieron hasta tomar la forma de un vestido algo único, semejante a aquellos que se describían en los cuentos de hadas. Eran pocas las veces en que ella decidía usarlo, pero esta ocasión era necesario mostrarse como un espíritu si deseaba que las cosas fueran por un mejor camino. 

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora