Extra 1

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—Eres un tonto, Itsuka Shidou.

—¡Volví a ganar!

El departamento había pasado de ser un lugar frío y solitario a uno lleno de color y alegría. La presencia de Reine, Mana, Artemisa y las hermanas Mathers cambió mucho el ambiente para bien, pero fue la llegada de Nia quien terminó por darle ese ánimo que faltaba en la curiosa vida de Itsuka Shidou.

Todas lo miraban directamente, estaban molestas y querían callar los gritos de euforia de Nia. Habían acordado jugar un juego de cartas muy bien conocido, pero la suerte le sonreía a la Mangaka provocando que tuviera una racha de victorias que incluso llegó a molestar a Karen quien lanzaba algunas miradas de muerte al pobre chico.

—¡Yo sé que está haciendo trampa! —exclamó Artemisa mientras lloraba en el hombro de Mana—. ¡Dile algo a tu hermano!

—No creo que...

—¡Otra juego más! —exclamó Karen totalmente frustrada mientras sacaba más dinero de su cartera—. ¡Redoblo la apuesta! ¡Serán cincuenta dólares! —y así un billete de alta denominación americana aterrizó en la mesa de la sala.

Tanto Shidou como Ellen temieron que Karen sufriera un colapso. Ambos ya no tenían dinero y el último juego terminó con ambos fuera siendo meros espectadores. Artemisa por su parte seguía con dinero, demasiado, pero el no ganar la estaba molestando.

—Shin, creo que debes detener a Karen antes de que... —Reine no pudo acabar de hablar porque en ese momento la menor de los Mathers la interrumpió.

—¡Silencio! —exclamó la rubia con anteojos—. Voy a vencer a Nia para demostrar que la suerte no le sonríe a ella...

Reine no dijo palabra alguna después de eso. No entendía la razón por la que se enfrascaban tanto en el juego. Sí, Shidou se equivocó al lanzar una carta para comer cuatro cartas más, pero no fue su culpa ya que le habían lanzado una antes. 

Viendo que esto era una batalla entre solo dos personas el resto optó por tomar la ruta de Shidou y Ellen. Solo iban a presenciar como Karen asesinaría a Nia quien se mostraba un poco intimidada por el cambio de actitud en la secretaria de Woodman.

—Tira—ordenó Karen mirando fijamente a la pobre de Nia.

—¡Ayuda!

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora