—... ¿Aún me recordarás, Shidou-san?
—Kurumi...
Finalmente el mundo espiritual y el mundo real fueron conectados. El cataclismo que daría paso a una nueva forma de vida era presenciado por otra forma de vida, artificial y con memorias pertenecientes a alguien más. Por mucho tiempo vivió aventuras con otras personas, pero su corazón solo anheló reencontrarse con el único hombre que miró a su corazón.
Tokisaki Kurumi, ese era su nombre que le dio su madre. No era suyo, no lo sentía propio y siempre pensaba en preguntarle un día de estos si le podía otorgar uno. Muchas veces se imaginó teniendo una familia a su lado. Itsuka Shidou de seguro ya lo sabía a estas alturas, pero siempre sería lindo discutir los planes del futuro.
—Por fin he regresado—murmuró mientras sus manos recorrían su propio cuerpo que recibía el hollín del ambiente—. El mundo no es como lo recordaba, pero su alma está luchando por cambiarlo.
—¿Es el chico del que me hablaste? ¿Aquel que es especial para ti? —preguntó una joven de cabellera blanca y mirada alegre que la acompañó en todo momento en su travesía—. ¿Es Itsuka Shidou?
—Él me dio un motivo para vivir, me dio alas para vivir y solo quiero estar a su lado nuevamente.
Su respuesta era sincera, provenía de su corazón y dejaba ver su alma. No tenía motivos para engañar a la gente con sus respuestas. Desde pequeña su madre le enseñó que una verdad y una mentira van de la mano de acuerdo a la situación que se presente.
—¿Le dirás lo que sientes?
—No, no puedo hacer eso, Hibiki.
—Tú no eres ella, no tienes porque quedarte en su sombra.
De alguna manera tenía que estar de acuerdo con las palabras de su amiga. Ella ya no era igual a la verdadera. Hace tiempo que dejó de ser cómo ella y solo buscaba demostrar que también quería una vida sin el pesar de sus poderes.
—Sigo siendo Tokisaki Kurumi después de todo, mi deber es salvarlo, cambiar el futuro que le aguarda.
No quería mostrarse débil ante la única persona que la había visto derrotada en mucho tiempo. Su vida en el otro mundo la cambió por completo y aunque era una sombra de su verdadero yo, quería seguir viviendo para tener una oportunidad de vivir a su lado. Ya no quería desaparecer entre las sombras, quería correr y abrazarlo; llorar hasta que sus ojos no pudieran más y decirle cuanto lo había extrañado.
—Quiero vivir, Hibiki.
•
—Más magos están cayendo. ¿Acaso no sientes pena por ellos?
—En lo absoluto. Al final son herramientas que me permiten llevar a cabo mis planes.
—¿Al igual que Ellen, no?
—Su hermana tenía tanto potencial, pero al final optó por irse con ese hombre.
—Tu amigo.
—Mi enemigo.
Para el corrompido Itsuka Shidou una conversación con el hombre más poderoso del planeta era un verdadero deleite. Sus visiones eran similares, dos mentes retorcidas buscando un bien similar a la vez que aprecian la naturaleza caótica del poder. El pobre idiota de Itsuka Shidou, el de esta línea, sufría a causa de ambos.
—Dejaste que Artemisa se llevara a Kusakabe—comentó Wescott mientras sacaba una caja musical la cual abrió para sacar dos láminas de chocolate—. ¿Gustas?
—Se lo agradezco, señor Wescott—respondió el corrmpido Itsuka a la vez que veía el rojo carmesí del cielo—. Ella no estaba destinada a esto, pero las líneas de tiempo nunca son iguales.
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De un corazón roto
FanficShidou se resigna a luchar por los corazones de los espíritus dejando que otro ocupe su lugar, pero dentro de él, su corazón no puede olvidarlas. No todo es lo que parece y aquel sujeto que juró amarlas oculta más cosas detrás de lo que él puede ver...