Acto 16

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Acto 16

—El amor es el sentimiento más poderoso que una persona puede tener... Así que ama de forma libre, pero siempre buscando amarte a ti mismo.

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—Natsumi... Despierta.

Los ojos del pequeño espíritu se abrieron lentamente. La pequeña estaba confundida, sabía que debía estar muerta para este punto. No entendía porque se hallaba en una cama tan grande y cálida, mucho menos comprendía el porqué su cuerpo ya no dolía producto de toda la tortura que había sufrido.

Se alzó un poco sentándose en la cama y notando que se encontraba en alguna especie de casa cerca del mar por el sonido que las olas provocaban al romper en la playa. Tardó un poco en acostumbrarse a la luz del sol, pero entonces recordó la voz que le pidió despertar.

Miró a todos lados en busca de aquella persona que le habló. No sabía si era hombre o mujer, pero era dulce y cálida recordándole aquellas ocasiones en dónde se había colado a la habitación de Itsuka Shidou. En ese momento sus ojos se abrieron un poco más al recordar lo mal que lo había tratado, cambiando ese amor por uno que solo le trajo dolor.

—Shidou... —murmuró ella en voz baja mientras tomaba la sábana que la cubría para apretarla un poco entre sus pequeñas manos—. Lo siento.

—Natsumi, espero que esta vez no sigas... Dormida.

—Esa voz...

El corazón de Natsumi latía de forma acelerada tras reconocer al dueño de la voz que le pedía con tanta calma que se despertara. Miró hacia la puerta la cual comenzó a abrirse revelando así al chico que su corazón amaba de verdad y al que nunca podría llegar a odiar después de todo lo que había vivido con él.

—Shidou...

El joven de cabellos azules la miró confundida. No sé había dado cuenta, pero ella se encontraba llorando de la misma forma en que lloró tras disculparse por todos los problemas que había causado en su llegada a la ciudad.

—Natsumi...

—¡Shidou! —gritó ella saliendo a gran velocidad de la cama para terminar abrazada del joven Itsuka—. ¡Shidou! ¡Shidou! ¡Shidou!

Sus gritos alertaron al chico, pero al verla llorar de esa forma no pudo evitar enternecer su corazón. Se agachó para estar a la misma altura que ella dándose cuenta de la belleza de sus ojos color esmeralda que brillaban con intensidad producto de las lágrimas que derramaba.

La tomó entre sus brazos de forma amorosa y protectora. Fue entonces que Natsumi no pudo más, empezando nuevamente a disculparse por todo el daño que le había ocasionado al irse con aquel sujeto que solo trajo desgracias a su vida.

—P-Perdón... Por favor... Perdóname... Yo...

Apenas y podía hablar.

—No fue tu culpa, Natsumi—le interrumpió él mientras acariciaba su cabello de forma suave dándole la calma que su corazón necesitaba—. Nada fue tu culpa.

—¡Pero yo...!

—¡Natsumi! ¡Escúchame! —era la primera ocasión en que ella escuchaba la voz de Shidou molesta—. Jamás voy a odiarte, mi corazón siempre pensará en tí y te amaré hasta el último día de mi vida; no quiero que olvides lo que has vivido, pero deseo que puedas perdonar a tu corazón.

Era la primera vez en mucho tiempo que unas simples palabras eran capaces de hacerla llorar de forma honesta. Se había culpado durante mucho tiempo. No merecía tener a alguien como él en su vida, sin embargo seguía a su lado.

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora