Último acto I

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—Shidou...

Algo se había quebrado dentro de Tohka. Las lágrimas no tardaron en asomarse en sus bellos ojos que reflejaban el miedo y la tristeza que había en su alma. Su mente intentaba entender todo a la vez que su corazón iba quemando ese sello que la había cegado bajo una ilusión de la cual jamás se percató.

—Eres Shidou... Él...

—Tohka, no llores, nada de esto es tu culpa—en ese mismo instante Ellen dejó a Tohka en suelo mientras la auxiliaba para que no se derrumabara. Shidou ya no pudo aguantar más y salió directo a abrazar a la chica más inocente que ha conocido—. ¡Tohka!

—¡Shidou!

Sus corazones nuevamente estaban juntos. La calidez del otro se transmitía en ese abrazo tan especial que sólo ellos podían entender.

En el pasado él hubiera intentado alejarla, gritándole que se fuera de su vida así como ella lo empezó a hacer a un lado. Ahora ya no quería eso, ella no tenía la culpa de nada y sólo deseaba volver a tener aquellas maravillosas citas con la chica amante del Kinako Pan que siempre lo esperaba a la hora de la cena.

—¡Nunca jamás te volveré a dejar ir sin antes luchar por ti! —gritó él mientras apreciaba cada segundo que tenía el cuerpo de Tohka entre sus brazos.

—¡Perdón por ser tan tonta! ¡Perdón por no haberme dado cuenta!

El corazón de Tohka se encontraba herido. Nunca antes había vivido algo como esto y él tener a Shidou abrazándola provocaba que aquel dolor se acentuara más a causa de la culpa.

—No fue tu culpa—declaró Shidou mientras terminaba el abrazo para poder apreciar nuevamente el magullado rostro de [PRINCESS] —. Nada de esto es tu culpa, de ninguna de ustedes.

—Pero...

—Ese sujeto las manipuló para alejarlas de mí para herirlas en una especie de cruzada de venganza a través de las dimensiones de esa singularidad.

En ese momento Tohka miró al cielo notando entonces aquella esfera oscura que iba creciendo. Anteriormente había escuchado la voz de Mayuri recordando así como ella tuvo que dar su vida para que el mundo siguiese teniendo vida.

—Mayuri está adentro de esa cosa... ¡Él quiere volverse un Dios!

—Es por es que debemos detenerlo antes de que se le ocurra hacer tal tontería! —comentó Reine mientras se acercaba a Tohka para darle una caricia en su rostro—. ¿Te debo decir hija o hermana?

—¿...?

—Reine-san, este no es momento para decidir los lazos familiares—comentó Ellen—. Debemos buscar a Miku y al resto para poder sellar nuevamente los poderes de Shidou.

—¡Yo voto por hermana! —exclamó Natsumi sólo para recibir una mirada muy seria de parte de la antigua maga—. Perdón, ya llevábamos mucho tiempo luchando y pensé que sería divertido decir algo como esto.

—¿Quieres algo divertido?

—¿Eh?

—¡Ven aquí, pequeña brujita!

Natsumi, pese a tener una gran experiencia con Miku, jamás esperó que Ellen-san la tomara por detrás buscando sus costados para así darle una serie de cosquillas que provocaron una gran risa de su parte. No estaba molesta, al contrario, sabía que era una muestra de afecto, pero jamás los esperó por parte de la mujer que alguna vez la intentó matar.

Dicha escena tomó por sorpresa a Tohka quien hasta ese momento recordaba a Ellen como a una enemiga. Sabía de antemano que sucedieron muchas cosas y se preguntaba que tanto había cambiado la vida de Shidou en todo este tiempo.

De un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora