—S-Shidou... D-Duele.—Lo sé, pero debo cambiar las vendas.
Shidou se encontraba en su cama con Ellen. Ella estaba sentada sobre sus piernas mientras apretaba sus dientes al sentir como sus vendas eran removidas dejando su carne al descubierto.
—Ya estás sanando—comentó él antes de posar sus dedos sobre la carne herida de la mujer—. Unas semanas más y podrás estar sin las vendas sin riesgo alguno de contraer alguna infección.
—Lo sé... —respondió ella en un tono suave, pero triste—. En todo este tiempo que me has cuidado he pensado en lo que ha sucedido y creo que estoy recibiendo más de lo que merezco por parte de una persona como tú.
—Ellen... Yo te prometí que estaría ahí para ti—expresó Shidou mientras terminaba de limpiar el muñón derecho de la mujer—. Incluso ahora al hacer esto siento que estoy haciendo lo que mi corazón desea, te estoy dando lo que mereces como persona y como mujer que debe ser respetada.
Shidou tomó ambos muñones con sus manos provocando un pequeño dolor en Ellen debido a que las heridas aún no habían sanado. Sin embargo, este dolor desapareció y aún en su estado pudo sentir la calidez de ser tomada por alguien quien buscaba lo mejor para ella.
Ella comprendía bien lo que le sucedió. No era tonta como para volver arrastrándose hacia Ike en un intento por ser amada. Este era el resultado de sus acciones, de creer que podía comerse al mundo cuando ni siquiera podía amarse lo suficiente. Quería creer que existió algo entre ellos, pero al ver sus heridas pudo entender su realidad.—Me duele saber que Ike nunca me amó, pero me duele más no poder ayudarte—confesó ella mirando con ojos suplicantes al chico que por mucho tiempo fue su objetivo—. En todo este tiempo me he dado cuenta de lo tonta que he sido al perseguir un deseo tan estúpido como el amor.
—Eso no es tonto—interrumpió él—. Seríamos tontos si no creemos en el amor, si ignoramos estos sentimientos que nacen desde nuestro corazón y que nos permiten unir nuestras almas en algo mucho más especial que va más allá de lo que podemos percibir.
Las palabras de Shidou, cargadas de sabiduría, eran un reflejo del amor que sentía por las chicas y su deseo de luchar por ellas. Pero no solo era eso, también eran los reflejos de las emociones de Shinji las cuales comprendió aquel día que pudo ver por primera vez al espíritu de origen.
—Incluso ahora, los sentimientos de Ellen-san son tan puros como la nieve que cae en invierno; son cálidos y piden ser tratados con el mismo cariño.
—Shidou...
—Sé que no puedo cambiar el pasado, no sería correcto, pero puedo asegurarte que el futuro que vamos a forjar será brillante, uno lleno de calidez en dónde las tristezas sean pasajeras y el valor de nuestros corazones nos guíe...
Ellen estaba impresionada. Por un momento creyó que estaba hablando con alguien más. Este no era el mismo Itsuka Shidou con el que había luchado por meses, ahora parecía alguien completamente diferente.
Los dos se miraron un poco más, en silencio, disfrutando de la compañía del otro. Nunca se imaginaron llegar a ser tan cercanos, pero las circunstancias que marcaron sus vidas actualmente lo permitieron. Él nunca la iba a dejar sola, la cuidaría como si fuera lo más valioso de su vida e incluso moriría por ella si eso significaba ver aquella sonrisa tan sincera siempre.
No supieron en que momento se acercaron, pero sus labios pronto se conectaron. Estaban dejando que sus corazones hablaran por ellos. Esto era el amor con el que siempre soñaron, pero ese amor surgió entre ambos y culminaba de esta forma. Apenas se separaron no pudieron evitar juntarse, buscando la compañía del otro y disfrutando del tiempo que tenían va solas.
—Itsuka Shidou—habló ella rompiendo el silencio mágico en el que estaban—. ¿Está bien si me enamoro de ti? —tenía sus dudas, pero algo dentro de ella le gritaba para que dejara salir sus emociones.
—Siempre y cuando Ellen-san me deje amarla, no veo ningún problema—respondió Shidou totalmente alegre, mostrando ese lado que siempre llamó la atención de la mujer.
Después de un rato, finalmente Shidou logró terminar de cambiar el vendaje de Ellen. Ambos estaban ya listos para salir de la habitación, abrazados y esperando buenas noticias de parte de las chicas quienes investigaban más al respecto de ese sujeto que había aparecido en sus vidas.
La primera en verlos fue Artemisa quien no ocultó su emoción al ver nuevamente a su compañera en mejor forma que antes. Era tanta su emoción que terminó saltando de alegría y tomando a ambos en un gran abrazo. Mana miraba esto de forma curiosa, ella ya sabía que Ellen no era una mujer muy expresiva, pero se sorprendió al ver cómo ella sonreía ante la muestra de afecto.
—Artemisa, sabes que detesto los abrazos... —comentó Ellen, feliz de ver a la chica que tantos dolores de cabeza le daba en DEM por su inusual emoción—. Recuerda que somos profesionales, no podemos andar haciendo esto.
—¡Pero estoy tan feliz de ver cómo también eres feliz! —señaló la chica al ver la alegría en el rostro de su compañera de batallas—. Por cierto, tu novio es un rompecorazones, deberías de hacer algo para evitar que este por ahí con cada chica que se cruce en su camino.
El rostro de Ellen se puso rojo ante las palabras de Artemisa. ¿En qué momento tuvo esa idea de que ella como Shidou era pareja? ¿Acaso los había espiado mientras tenían ese momento íntimo?
De momento no iba a indagar más, pero después hablaría con Artemisa.—Shin, Ellen; es bueno verlos—saludó Reine mientras se preparaba para ir de regreso al Fraxinus, pero esta ocasión sus ojeras habían disminuido—. Vamos a desayunar, Mana preparó unos platillos muy buenos esta ocasión.
—Adoro la comida de Mana-san, es tan deliciosa como adorable—señaló Artemisa antes de recibir un golpe con una sartén por parte de la nombrada—. ¡Eso duele!
—Tú no recibirás comida si sigues jugando con ella—la voz de Mana era seria puesto que en los días pasados para animar a Artemisa le había cocinado platillos casi para niños, pero siempre terminaba por jugar con ellos—. Me alegra verte, Ellen-san; hermano, el informe que necesitas sobre ese sujeto está casi listo... ¿Estás seguro de que ellas no...?
—Estoy seguro... Kotori nunca se dejaría humillar por nadie.
Todo el mundo guardó silencio. Dentro de Shidou estaba la esperanza de que las chicas fueran manipuladas, pero algo le decía que la verdad sería más dolorosa. Si ellas estaban siendo manipuladas, si de verdad sus corazones estaban...
—Debo encararla, en su debido tiempo no lo hice al ver que todas se enamoraron de él, incluso creí que era normal ya que yo no hice nada al respecto... —los ojos fríos y carentes de amor por una fracción de segundo aparecieron en él, pero fueron reemplazados con aquellos ojos que transmitían amor y cariño—. Si ellas lo aman, no voy a interferir; pero si de lo contrario él se atrevió a tocar a mi hermanita de esa manera, usaré cada uno de los ángeles disponibles para hacerle sufrir el mismo infierno que vivió Mío.
Aquel nombre llamó la atención de Ellen. Hace mucho tiempo que no lo escuchaba, pero su mente pronto le recordó su participación en el incidente de Eurasia.
—¿Y cómo pretendes realizarlo, Itsuka Shidou? —cuestionó Karen quien estaba sentada escuchando todo lo que él tenía que decir—. Es muy fácil decirlo, pero hacerlo...
Ellen podía ver algo en la mirada de su hermana. No estaba en contra de él, al contrario, lo estaba apoyando.
—Tendré una cita con Nia.
ESTÁS LEYENDO
De un corazón roto
FanfictionShidou se resigna a luchar por los corazones de los espíritus dejando que otro ocupe su lugar, pero dentro de él, su corazón no puede olvidarlas. No todo es lo que parece y aquel sujeto que juró amarlas oculta más cosas detrás de lo que él puede ver...