35.

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Hola a todos 🥺🥺

Perdón por el problema del orden de los capítulos, en realidad estaba en época de exámenes y había adelantado para subir pero publiqué sin revisar bien el orden el capítulo 34 antes que el 33, voy a tener más cuidado ahora, por favor sigan disfrutando de esta novela 💕.

°•°•°•°

El regreso a clases fue bastante normal, además del pesado ambiente que sentía porque aún decían cosas de vez en cuando al vernos juntos, estaba un ambiente callado y cuidadoso entre todos, tal vez el ciclón amainó un poco la terquedad de todos por meterse con nosotros, ojalá fuera eso, pero en realidad no cambio nada con nosotros, solo que entre la mayoría eran más solidarios y amistosos, los maestros también, supongo que hay personas que perdieron seres queridos, sus casas o algo valioso para ellos y de ahí este ambiente.

Al llegar a mi clase Kageyama pasó platicando un rato conmigo y el pequeño grupo que siempre me trató igual se unió a la conversación para conocerlo al fin, una chica del grupo de Kageyama se acercó con la cabeza algo baja hacia nosotros, no sé la razón, pero era una de las chicas que había apoyado a Hiyori en la dirección aquel día, de las que me habían mirado mal, me miró unos segundos sonrojada y me tendió una carta.

- Aceptarla por favor - me miró con ojos llorosos y en cuanto la tomé salió corriendo, todos la siguieron con la mirada, odiaba que hicieran eso, no había necesidad de escudriñarla tanto.
- ¿Qué veo? ¿Un rival? - se rió uno de los chicos haciendo fruncir el ceño a Kageyama y todos reímos.
- La leeré a solas - tomé su mano y asintió siguiendo con la plática hasta que empezamos clases.

Cuando leí la carta me sorprendí un poco y lejos de ignorarla porque me atacó antes, la entendí y fui a verla en el almuerzo, detrás de las canchas de voleibol femenino.

- Hola - sonreí algo nervioso.
- Hola, gracias por venir - sonrió algo suave - quisiera pedirte perdón en persona como lo dije en la carta - se inclinó un par de segundos sorprendiéndome - mis temores e inseguridades me llevaron a actuar así, por lo que quisiera me disculparas, prometo no volver hacerlo jamás, ni a ti ni a ninguna persona - me miró decidida.
- Está bien, me alegra que hayas cambiado tu forma de pensar, gracias por reflexionar.
- En realidad Hiyori contó una historia totalmente distinta a la original, pero fue por casualidad que escuché a una chica de la clase A hablar sobre ello con alguien del equipo de voleibol - de inmediato pensé en Yachi quejándose y malhumorada y me reí un poco.
- Entonces, la próxima vez, no juzgues a nadie sin saber ambas partes de la historia - le tendí mi mano - puedes venir cuando te sientas mal, entiendo que es difícil aceptar lo que eres, pero aunque te juzguen, no vale la pena actuar como algo que no eres.
- Gracias - empezó a llorar y tomó mi mano, le di un abrazo dándole palmaditas en la cabeza unos minutos hasta que se calmó.

Nos despedimos y ella se veía un poco más ligera y alegre, cuando fui con Kageyama el ya estaba escondido detrás de la pared del edificio.

- Me sorprendiste - me reí y tomó mi mano besándola.
- Hoy hay que ir a terapia, ¿quieres que vaya contigo? - me abrazó de la cintura.
- Iré solo, quisiera hablar de algo con el gran rey - me recosté en su pecho suspirando.
- ¿Qué cosa? - me miró curioso.
- Lo sabrás después del entrenamiento, vendré para irnos juntos al final.
- Bien - suspiró suavemente.

Amaba estar con el, de pronto las críticas y malos ratos en la escuela no eran nada, todo era más ligero, podía ser descuidado porque el me cuidaría siempre. Pero no podíamos estar siempre juntos, y cuando eso sucedía no dejaba de preocuparme por como nos trataban en la escuela.

- ¿Por qué la cara larga?, deberías estar feliz de poder verme - se cruzó de brazos el gran rey, llevábamos minutos esperando en una sala a qué nos atendieran.
- A veces quisiera ser tan confiado - suspiré rendido por tantos problemas.
- ¿De qué hablas? - me miró curioso pero tratando de disimularlo.
- ¿Sabes?, me gustaba mucho mi vida escolar, hasta hace poco, ahora solo susurran cosas y nos señalan por los pasillos, a donde vaya alguien está mirándonos como si fuéramos espectáculo de circo, uno asqueroso por cierto - apreté mi puño - supongo que debo acostumbrarme.
- ¿Eres idiota? ¿Qué importan los demás si eres feliz con tu pareja?.
- Ya sé eso, pero no puedo evitar preocuparme por todo - talle mis ojos frustrado.
- Entonces no sabes nada, cuando amas a alguien disfrutas del momento en el que están juntos y el recuerdo de eso es suficiente para afrontar cualquier crítica, después de todo no debes tratar de agradarle a todo el mundo, ¿y qué si no le gustas a todos?, a ti tampoco te gustan todas las personas - sonrió - ten coraje, no seas tan miedoso, decide lo que te haga feliz y sigue ese camino.
- Gracias - dije sorprendido, en verdad no lo había pensado, fueron pocas palabras pero las suficientes para sentirme mejor, tras la terapia salí corriendo al entrenamiento que estaba por finalizar, al ver a Kageyama el me miró sorprendido pero me correspondió el abrazo, cuando lo besé se sonrojó demasiado y me apartó jalándome fuera bajo la burla y risas de todos.
- Adivina que es lo que pa... - iba a platicar pero me besó ocultandonos detrás del gimnasio, lo abracé fuertemente y correspondi el beso, todo iba a cambiar a partir de este momento.

Veinte minutos (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora