23. Nervios

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- Bueno... - desvió la vista nervioso.
- Tranquilo, no tengo ninguna clase de prejuicios, debo admitir que no lo esperaba, pero fue obvio para mí si se miran de esa forma y se toman de la mano - aclaró.
- Empezó a gustarme unas semanas tras ingresar a la preparatoria, pero no tuvimos una relación especial durante todo este tiempo hasta hace poco, empezamos a salir hace dos días - rascó su nuca.
- ¿Durante el campamento? - se sorprendió - ah la juventud - sonrió nostálgica.
- Estoy seguro de que no soy la persona más perfecta, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo para cuidar bien a su hijo - se inclinó nervioso.
- ¿Me vas a pedir su mano? - se asombró bromeando haciendo sonrojar al colocador - bueno, no necesitas inclinarte.
- Si nuestro hijo es feliz contigo, es lo que importa Tobio - llegó por detrás el padre palmeando su hombro - procura tratarlo bien y resolver los problemas con calma - sonrió.
- Si, muchas gracias - los miró más aliviado.
- Lo encontré - llegó Natsu con un libro grueso.
- Justo a tiempo, ya dejamos todo listo aquí - lo tomó la señora.
- Fotos de nii-chan - se emociono jalando de la mano del chico hasta llegar a la sala.

Se sentó a su lado abriendo el libro, empezaron a mostrar fotos familiares y fotos de Shouyo de bebé, Natsu contaba las historias como si ella hubiera estado ahí haciendo reír a todos.

- ¡Lo sabía! - apareció Hinata molesto - les dije que ya no mostraran mis fotos - nos quitó el álbum, miró de reojo a Kageyama y quedó en blanco al verlo mirar el álbum como un cachorro, aunque más bien era como un perro grande con ojos deseosos.
- Capturado - lo tomó nuevamente Natsu mostrándoselo a Kageyama y siguiendo con sus historias.
- Mamá~ - lloriqueo haciéndola reír.

Realmente no pasó mucho ese día, la familia Hinata era demasiado cálida y abierta de mente, por lo que se dedicaron a conocerse entre si, de cierta forma le tomaron cariño al colocador, alguien que no está acostumbrado al cariño familiar de seguro tenía sus razones para una actitud tan complicada y confiaban en haber criado bien a su hijo para sobrellevar una relación, sobre todo agradecían que los sentimientos de Kageyama fueran tan puros.

Su padre fue a dejarlo a casa y no se vieron hasta el lunes después de clases, por alguna razón se sentía nervioso antes de ir al cuarto del club, a pesar de haber estado mensajeando casualmente, una vez llegó estaba solo por lo que se relajó suspirando, fue demasiado rápido pues volvió a tensarse al sentir unas manos acariciando su cintura, dió un brinco del susto hasta ver a Kageyama detrás de él sonriendo ligeramente.

- Hola - le dió un corto beso - ¿me vas a dejar pasar? - rodeó totalmente su cintura.
- Hola - se sonrojó pasando ambos por fin, una vez dentro empezaron a cambiarse en silencio, no quiso ver de nuevo su torso, la vez anterior le costó centrarse debido a eso, así que le dio la espalda, desabrochó su pantalón mientras se quitaba la playera, y bajó con cuidado sus pantalones, escuchó el golpe del casillero y se giró asustado, no podía creerlo, alguien tan cuidadoso como Kageyama tropezando al quitarse los pantalones, se rió girandose de nuevo para terminar de vestirse.

Una vez listos suspiró en secreto, estar con el lo ponía nervioso, antes de salir siendo seguido por su novio se detuvo y se giró a abrazarlo, inhaló profundamente ocultándose en su pecho y se separó un poco suspirando, si bien estar con el lo ponía tímido, también le gustaba mucho relajarse al tocarlo, Kageyama rodeó su cuerpo dejándolo estar el tiempo que quisiera, incluso respiro profundamente de manera suave sumergiendo su nariz en su cabello.

- ¿Mejor? - susurró tras unos minutos.
- Si - sonrió.

Se tomaron de la mano yendo a las canchas, ya todos estaban ahí, con razón no había nadie en la sala del club, empezaron a entrenar como siempre, eran el centro de atención por los repentinos movimientos de Hinata al apegarse a su novio, y los gestos sutiles que hacía Kageyama con él.

- Hinata - le habló Daichi - una chica te está buscando para unos apuntes que le pediste - de inmediato levantó una ceja confundido, pero fue a atender el llamado, al salir de la cancha notó que era la compañera de Kageyama ¿Hiyori?, no recordaba bien.
- ¿Qué sucede? Tu y yo no vamos en la misma clase, ni siquiera te agrado - dijo confundido.
- Seré rápida, ya que como dices, no me agradas para nada - rodó los ojos - deja de estar detrás de Kageyama.
- Aja... ¿algo más? - se cruzó de brazos.
- Hablo en serio, yo soy una mujer, puedo hacerlo más feliz que tú, no soy homofóbica, pero la sociedad lo es, más bien la escuela lo es - sonrió - no se que hiciste para confundirlo, pero no quiero que lo lleves por un camino que después le traiga problemas, ¿qué pasaría se alguien los ve en medio de esto? - mostró la pantalla de su celular, era un vídeo de cuando se daban un beso hace un par de horas - como dijiste, no me agradas, así que diré que tú te le lanzaste y lo acosas - guardó su celular - ¿necesitas que te diga algo más?.

Veinte minutos (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora