22. Bienvenido

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Despertó apreciando el rostro dormido de su novio, de solo darle a ese título se sonrojaba tan temprano en la mañana, sonrió sin querer despertarlo, y pensar que hasta hace poco pensaba que llamarlo así sería imposible, acomodó un pequeño mechón peinando ligeramente su cabello hacia atrás y se sorprendió al ver su frente descubierta, realmente era guapo, con razón las chicas se confesaban seguido, ¿y si alguna chica se lo quitaba?, entró en pánico por un momento pero no le duró mucho pues el apuesto rostro frente a él lo absorbió por completo, acaricio su mejilla apreciando los detalles de su cara y unió sus frentes mirando sus párpados cerrados, después de unos segundos los cerró igualmente sin dejar de sostener su mejilla.

- Buenos días - escuchó su voz algo rasposa por recién despertar.
- Buenos días - se separó un poco - ¿te desperté?.
- Está bien, ¿qué hora es? - dijo adormilado abrazándolo.
- 9:45 - tomó su celular.
- ¿Ocupas llegar a casa temprano? - se sentó abrazando una almohada.
- Mamá tuvo problemas con el auto de camino hacia acá, estuve algo preocupado anoche... por eso y otras cosas - susurró.
- ¿Qué? - se acercó por no escuchar lo último.
- No, nada - dijo nervioso - está bien a cualquier hora, pero quisiera saber cómo está mamá - desvió la vista.
- Está bien, puedes tomar el autobús después de desayunar - sonrió.
- Le avisaré entonces - tomo nuevamente su celular y empezó a marcar, ambos caminaron al baño para lavarse la cara y los dientes, justo terminó de lavar su cara y ella contesto, ni siquiera se detuvo a secarla - Buenos días mamá... si, ¿y ustedes?... si, en casa de Kageyama, saldré tras desayunar... ¿en serio?, está bien, le diré entonces... nos vemos - colgó notando como Kageyama lo miraba suspirando secando el agua que escurría por su mentón - ah, lo siento - sujetó la toalla y a la vez las manos de su novio.
- Está bien, ¿qué te dijo? - acarició su mejilla sacando sus manos de la toalla.
- Me dijo que quería agradecerte por dejarme quedar esta noche, papá llegó en la madrugada y trajo carne, ¿quieres venir a comer con nosotros? - terminé de secar mi rostro ocultando mis mejillas en la toalla.
- ¿Con tu familia? - se sorprendió un poco pero asintió.
- Entonces hay que apresurarnos, vivo algo lejos - sonreí.

Ambos salimos tras asearnos y el se vistió apropiadamente, yo me puse pants y una playera pues estaba fresco afuera, además no llevaba ropa casual.

- ¿Está bien que vaya? - dijo antes de salir de su casa.
- Claro que está bien, me gustaría que conocieras a mi familia y papá rara vez viene por su trabajo - apreté la correa de mi maleta.
- Bien - tomó la maleta el y cerró una vez salimos, caminamos un rato hasta la parada y cuando íbamos por llegar el camión estaba a punto de irse así que trotamos, al tomar asiento suspiramos aliviados de no perderlo.

Miré su mano y acaricie su dorso a lo que el la giró entrelazando nuestros dedos, lo mire tímidamente y besó mi frente haciéndome sonrojar, se rió por ello y desvíe la mirada, pero el ambiente tranquilo me hizo recostarme sobre su hombro mirando por la ventana igual que él.

Al llegar caminamos un tramo hasta llegar a casa, una vez fuera el lucía algo nervioso, aún no hablaba con mis padres sobre el tema, pero estaba seguro que me apoyarían.

- Tranquilo, voy a estar contigo - lo mire a los ojos y asintió un poco nervioso aún, por lo mismo no soltaría su mano.
- Shouyo - escuché la voz de mi padre detrás de nosotros y al girarnos corrí a abrazarlo - siempre eres tan alegre - rió el señor abrazándolo - ¿quién es el? ¿tu amigo? - se separó caminando hacia el setter.
- Kageyama Tobio - se inclinó levemente.
- Que chico tan más tranquilo, gracias por cuidar de Shouyo, contaré contigo en el futuro también - palmeó su hombro un par de veces.
- Hay que entrar rápido, hace una semana no veo a Natsu - dije emocionado tomando la mano de Kageyama nuevamente, papá miro el gesto y sonrió.
- Yo no los veo hace meses, supongo que no sacaste el lado paciente de tu madre - revolvió mi cabello y abrió la puerta - adelante Tobio, nuestra casa es tu casa.
- Permiso - habló al entrar.

Una vez dentro una pequeña corrió a los brazos de su padre, era una mini Hinata, Kageyama quedó sorprendido.

- ¿Eres Kageyama? - se acercó su madre - bienvenido a casa - sonrió - gracias por cuidar de Shouyo ayer, espero seguir contando contigo - acaricio su cabello, totalmente descolorado asintió.
- Es un placer conocerlos - dijo algo nervioso pues no estaba acostumbrado a ambientes familiares tan cálidos.
- ¿Cómo les fue en el campamento? - preguntó la pequeña emocionada por escuchar las anécdotas de su hermano - ¿El chico de dos metros estaba ahí?.
- Nii- chan logró atravesar su bloqueo - dijo orgulloso Shouyo.
- Mentira - dijo emocionada, luego miró al colocador - ¿El es tobionii-chan? - lo miró asombrada - es muy alto.
- Hola - se agachó dándole la mano y ella la tomó embelesada.
- ¿Tu eres el novio de nii-chan? - dijo sonriendo ampliamente sonrojando a los estudiantes.
- Dejémoslos descansar cariño - la cargó su madre.
- Siii~ - la abrazó.
- Pónganse cómodos, empezaré a preparar las cosas - sonrió la madre.
- ¿Puedo ayudarla? - se ofreció.
- Oh que atento, claro, puedes venir, Shouyo ve a dejar tus cosas por mientras.
- Ahora vuelvo - lo miró a los ojos y el sonrió asintiendo, soltaron sus manos y siguió a su madre a la cocina.

La ayudo a lavar vegetales y empezar a cortarlos, era una señora muy amable, tener una madre así de cariñosa era nuevo para el, de pronto ella empezó a cortar la carne mientras el preparaba la salsa.

- Dime Tobio - cambio el tema de la plática - es raro que Shouyo no me diga de sucesos tan impresionantes como una relación, ¿podrías decirme cuando iniciaron?.

Veinte minutos (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora