Si había algo divertido en el mundo para Tsukishima Kei, era molestar a la gente, en especial al par de idiotas que secretamente estimaba mucho, por eso mismo no le gustaba ver cuando otros se burlaban, ojo que no le importa si es divertido o está dentro de lo que el llama "permitido", pero cuando lo hacen para intimidar o hacerlos sentir mal de cierta forma se activa un modo protector que el desarrolló de su hermano mayor, consiste en que espera a que se acabe el problema o haga que se vaya su amigo y después ajusta cuentas con el idiota que se atrevió a meterse con ellos.
Pues bien, Oikawa Tooru entraba perfectamente en el pequeño grupo de personas que no toleraba, aunque sabía que sólo estaba siendo infantil, el realmente quería perturbar la paz del rey, eso terminaba afectando al pequeño consentido de todos, así que era realmente molesta su presencia, si bien lo soportaba en los juegos o partidos de práctica, no estaba seguro si lo iba a tolerar cuando les dijeron que este equipo se uniría por esta ocasión a los entrenamientos, recién llegó, la lenta y torpe relación que iban formando esos dos, que todos vigilaban fuera a buen pasó y sin desviarse, fue un caos.
Lo que le sorprendía no era que sus infantiles discusiones molestaran al pequeño porque lógicamente se robaban la atención del número 9, sino que el as del equipo contrario prestaba especial atención y amabilidad al número 10.
Exactamente eso, desde que llegó Oikawa e Iwaisumi al estar siempre juntos igual que la pareja rara de Karasuno, no pudieron evitar hablar mientras aquellos dos infantes discutían por un balón, les explico...
Eran cerca de las 10 de la mañana, ya todos estaban por empezar cuando los entrenadores dieron aviso de la recién llegada del nuevo equipo, entraron en grupo bajo la atención de todos y hubieran conservado una imagen muy buena, de no ser porque a pesar de todos estar atentos, siguieron con lo suyo, en lo suyo estaban ese dúo de idiotas jugando con un balón, que Hinata recibió mal y terminó dándole en el rostro al capitán, el resto del equipo se quedó callado unos segundos, después sonó una pequeña risa de su mejor amigo y explotaron en carcajadas a excepción del golpeado lógicamente.
- Chibi ven aquí - dijo paciente, en cambio el enano fue temblando hasta estar enfrente - yo te estimo mucho - desde ahí varios prestaron mucha atención, en especial su futuro esposo - ¿se te hace correcto recibirme de esta forma? - lo miró molesto.