¿Estás bien?

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Llevaba días pensandolo, eso era mucho viniendo de mi debo admitir, pero ver a Kageyama así de callado era preocupante, nadie lo notó, de pronto ya no trataba de golpearme como antes, no gritaba tanto e incluso empezó a platicar con los demas, ustedes dirán "¿Y eso no es bueno?", pues no, no lo es porque si se calma después vuelve con más fuerza para mi y he notado, algo presuntuoso tal vez, que si quieres entender a Kageyama debes observar como se comporta conmigo, una vez lo descubrí fue fácil llegar a llevarme bien con el.

El problema era lo que lo causaba, a como lo veía yo, el problema era precisamente yo, porque se que es una persona callada, odia perder, no sabe expresarse bien, bastante tímido aunque sorprenda, pero sobre todo, su debilidad es no saber que hacer ante situaciones distintas a las cotidianas, cuando algo pasa evita el tema refugiandose en lo no afectado de lo que el categoriza como "normal".

Pero nadie puede ayudarlo en si, no por falta de tacto o comprensión, simplemente el no quiere ser ayudado, o bien como dije antes no sabe expresarse.

Podría soportarlo aún sabiendo que sería peor para mi después, pero después del primer turno en la escuela, durante el almuerzo salí a practicar, con Suga-san, de camino a las canchas escuché susurros en el siguiente pasillo, la voz de una chica timida y al asomarme un poco vi que se estaba confesando... a Kageyama, pero este la rechazó sin ninguna clase de tacto, nada que no me extrañara de el pero la chica dió un comentario que fue lo que captó mi atención.

- Hace tiempo luces triste, sé que puede sorprenderte o podrías desconfiar, pero realmente quiero entenderte para poder hacerte feliz, si eso no es el suficiente amor que necesitas, no creo que alguien pueda complacerte.

El la miró en silencio unos segundos como si tratara de encontrar las palabras correctas que decirle.

- Puede ser, agradezco mucho como te sientes hacia mi porque hay pocas personas como tu - sonrió con sinceridad y ambos nos sonrojamos al ver esa expresión, yo por verla de nuevo después de mucho tiempo y quería pensar que ella por ver eso por primera vez - pero nadie se enamora porque sabe que la persona es adecuada para cuidarlo, te enamoras de la persona por lo que es.
- Suena como si conocieras el sentimiento Kageyama-kun - dijo un poco más calamada.
- Ojalá supiera más - suspiró frustrado.
- Tal vez sea raro por nuestra situación ahora, pero... ¿estás teniendo problemas con alguien? - el la miró un largo tiempo pensando demasiado, pero finalmente habló.
- Me gusta alguien, es una persona realmente preciada para mi, pero no entiendo los sentimientos de los demás, ni siquiera los míos, quiero saber más para poder estar con esa persona adecuadamente sin lastimarlo - confesó.

Me quedé en blanco, no debería estar escuchando esto, sonrojado me alejé en silencio para después salir corriendo a las canchas, se me olvidó ir a practicar con Suga-san, por primera vez me mantuve despierto en clase para alivio de la maestra, para su desgracia mis pensamientos estuvieron en otro lado todo el día, me perdí de camino al entrenamiento por ir distraido, en el entrenamiento hice lo que debía pero callado, sabía que todos me miraban raro, que me estaba sintiendo mal, porque por alguna razón, la situación de Kageyama me entristecia, más que eso me dolía, no entendía el por qué pero no me agradaba la idea de que le gustara alguien, pero me desagradaba aún más que estuviera sufriendo, así que después de limpiar el gimnasio tras un entrenamiento extra, de camino a casa me detuve, el paró girándose a mi curioso por ver que hacía.

- Oye vuelve ya - suspiró acercándose - has estado así todo el día.

Tal vez, aunque no me gustara por una razón que aún no entiedo, debería ayudarlo con esa persona para verlo bien y claro evitar que me vaya mal.

- Hinata Shouyo - levantó un poco la voz llamándome.
- Kageyama ¿Estás bien? - levanté la vista mirándolo a los ojos aunque estaba muy cerca asi que me sonrojé.
- El que debería preguntar soy yo idiota - me miró confundido - has estado todo el día actuando extraño.
- No te fijes en eso, mejor respóndeme - sonreí.
- Estás extraño - suspiró.
- Puede que actué raro hoy, pero tu llevas semanas, pensaba en eso este día, ¿tu en qué piensas? - ser directo era lo mejor con Kageyama, no debia dificultarlo mucho porque también lo sería para mi.
- Tu... - se sorprendió un poco pero calló de inmediato apartando la vista.
- Está bien si no quieres decirme - aclaré dejando la bicicleta en la orilla del camimo - pero si puedo ayudarte en algo, ni siquiera debes pedirlo, yo lo entenderé - me acerqué mirándolo a los ojos.
- No lo entenderías - cerró sus ojos.
- ¿Y no me dejarás intentarlo? - tomé su muñeca para que me viera y lo hizo.
- ¿Por qué te molestarías? - habló a lo bajo.
- Porque eres importante para mi - sonreí sincero, el se sorprendió demasiado pero me miró de tal forma, que parecía anhelar un poco de cariño en ese momento, si no era eso solo me equivocaría y debía volver a intentar, pero me atreví y lo abracé.

No se movió de inmediato, pero después me abrazó lentamente apretando el abrazo al final.

- Gracias - susurro y sonreí.

Estuvimos un largo rato en el que estaba nervioso, pero de cierta forma permanecía tranquilo ahí, nos separamos cuando unos borrachos pasaron gritando pensando que eramos una pareja, me separé sonrojado pero seguimos el camino en silencio, si cariño era lo que le faltaba podría intentar darselo.

Veinte minutos (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora