Tras dos días las lluvias habían parado y por todo el distrito habían grupos de ayuda para limpiar las calles o desgraciadamente buscar personas reportadas como desaparecidas, el equipo entero y la escuela en general suspendió clases para que ayudaramos, no éramos la única escuela.
- Ten cuidado - dijo dándome la mano para ayudarme a pasar entre una montaña de ramas y pasar a un área ya limpia para empezar a recoger basura.
- Gracias - tomé su mano pasando más fácil por las ramas.
- ¿Estas bien? - limpió mi mejilla que al parecer me había ensuciado con algo.
- Si, hace bastante calor y está sofocado - suspiré - ¿tú estás bien?.
- Estoy bien - besó mi frente caminando al frente, insistía en tantear el camino primero, porque alegaba que yo era más torpe, razones no le faltaban, nada más llegar me caí entre tantas ramas y me raspé.Seguimos limpiando y tras un par de horas paramos a comer algo, realmente había mucha gente ayudando y todo se veía muy limpio en esta área gracias al trabajo de todos, me atragante con la comida al ver al gran rey junto a iwaisumi-sempai.
- Kageyama - toqué su hombro y el giró atragantandose igual, solo que más fuerte así que le intente dar agua pero no paraba de toser, de pronto Iwaisumi-sempai lo levantó y golpeó su espalda un par de veces haciéndolo tragar.
- Kouhai idiota - le dio su botella de agua el gran rey, lo miró unos segundos y lo ignoró tomando la botella que yo le ofrecía.
- ¿Estas mejor? - lo miré preocupado.
- Estoy bien - suspiró - gracias - le dijo a Iwaisumi-sempai inclinando un poco la cabeza.
- ¿Tan sorprendente es verme?, no seas tímido - se cruzó de brazos engreído.
- Tímido no sería la palabra - susurró y sonreí queriéndome reír.
- ¿Te estás burlando de mí? - me miró frunciendo el ceño y palidecí ocultándome.
- No molestes a la gente - lo regañó Iwaisumi-sempai.
- ¿También están de voluntariado?, su distrito está algo lejos - preguntó Kageyama cubriéndome por completo detrás de él.
- Tranquilo que tampoco vamos a hacerles algo, y si, estamos de voluntariado - suspiró el moreno.
- Iwa-chan, no hables con ellos.
- Ya basta, si terminaron de comer hay muchas cosas por hacer, andando - ordeno y todos lo seguimos.Limpiamos por horas, Kageyama e Iwaisumi-sempai habían ido a dejar en su lugar algunas bolsas mientras nosotros seguíamos recolectando los destrozos, suspiré suavemente limpiando el sudor de mi frente, supongo que esto me distraía del tema de la discriminación, estoy seguro de que si tuviera una actitud como el gran rey no pasaría malos ratos y podría defender un poco más a Kageyama.
- ¿Qué miras?, ayudame a limpiar esto - se quejó con una mano en la cintura y sonreí divertido, sin duda me gustaría responder así cuando alguien nos ve mal.
- Ya voy - me acerqué bajando la cabeza para que no viera mis sonrisa y evitar que me regañe nuevamente, por puro reflejo estiré mi mano y sentí que la tomó firmemente, después sentí mi cuerpo entero azotar contra el suelo y mi hombro doler - te tengo - jadee sosteniendome del borde.
- Maldita sea - dijo asustado y enojado, se acababa de abrir un socavón en el suelo justo debajo de el, pequeño pero profundo.
- Trata de escalar no voy a poder sostenerte mucho - pedí apretando mis ojos por el dolor.
- Aguanta enano, no me sueltes - dijo moviéndose, no veía lo que hacía pero ya no aguantaba el peso.
- Diablos - apreté más su mano al sentirlo resbalar.
- Solo un poco más - vi su otra mano sujetarse del borde y subió poco a poco sin soltar mi otra mano - ¡Iwa-chan! - gritó sentándose en el suelo jadeando - ¿estas bien? - se acercó jalándome lejos del hueco.
- Estoy bien, solo me duele un poco el hombro, ¿y tú? - lo miré preocupado.
- Mis hermosas rodillas pagaron el precio y mi hombro también duele un poco - suspiró dejándose caer al suelo y conmigo encima.
- Hinata - se agachó Kageyama con cara pálida y sonreí.
- Estamos bien, tranquilo - tomé su mano aliviado de que estuviera aquí.
- ¿Qué pasó? - miré a Iwaisumi-sempai checar el cuerpo de Oikawa.
- Se abrió un socavón de la nada, maldita sea, no hubiera salido de ahí, gracias Hinata - me miró entre aliviado y nervioso.
- Lo que importa es que no paso a peores, me alegra de que estés bien - sonreí.La gente que ayudaba alrededor al escuchar el gritó se acercó también y el personal profesional nos llevo a unas tiendas para hacernos un chequeo rápido, nos explicaron que el impacto del tirón entre nuestros brazos había podido terminar en algo horrible pero por suerte no fue así, aún con eso debíamos reposar por dos semanas como mínimo y tomar sesiones de fisioterapia para aliviar y fortalecer el área.
- Lo siento y gracias - suspiro nada más salimos de la tienda.
- No voy a arrepentirme nunca de haberlo hecho, ya lo dije, me alegra de que estés bien, te veré en las terapias - sonreí.
- Si, nos vemos - se despidió caminando.
- Ya traje nuestras cosas - llegó Kageyama - te llevaré a casa.
