10. Invierno

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- Kageyama prueba esto - dije sorprendido al probar algo de un puesto en el lugar, el se inclinó y le acerqué la comida, tras comer me miró sorprendido.
- ¿Dónde lo compraste? - dijo buscando alrededor.
- Ahí - me reí señalando el pequeño puesto.
- Ahora vuelvo - el se acercó al puesto y yo me senté algo cansado ya.
- Entonces... se que te gusta, pero estar enfermo y forzarte a salir es malo - se sentó junto a mi Akaashi.
- Me alegra que hayas venido, pero Akaashi tiene razón - me miró Kenma aún parado.
- Seré más cuidadoso - suspiré levantando la vista hacia el, mirándolo feliz comprando, sonreí inconscientemente hasta el acercarse.
- Será hora de volver - dije - ya está haciendo bastante frío.
- S-si - me miró extrañado Akaashi - está algo fresco.

Kageyama me miró de la misma forma empezando a caminar, en verdad hace frío en la ciudad.

- Oye - me habló Kageyama serio - si te sientes mal no debiste salir.
- Estoy bien - lo miré confundido.
- Estas sonrojado y tienes frío cuando apenas y está fresco - puso su mano en mi frente - tienes fiebre.
- No me di cuenta - aparté la vista.

El suspiró acercándose a lo que me asusté un poco cerrando los ojos esperando el regaño pero sólo me puso su chamarra y rodeó mi espalda empezando a caminar de nuevo, se que no me estaba sintiendo bien pero en medio de la emoción no me di cuenta de como estaba, me duelen los pies.

- ¿Estas bien? - me miró preocupado.
- Si, sólo algo cansado - sonreí.
- Eres un pésimo mentiroso - chasqueó la lengua - sube o te arrastro.

No entendí hasta que se agachó de espaldas frente a mi, me sonrojé a más no poder y primero me puse correctamente su sudadera, cuando me subí el me acomodó empezando a caminar.

Me recosté en su hombro mirando las luces y sonreí, si podía estar así con el, no me importaba enfermarme de vez en cuando.

Al llegar al complejo nos duchamos todos y fuimos a dormir, ya habíamos cenado afuera, antes de dormir recordé las veces que estuvimos bastante cerca y sonreí.

No me di cuenta de cuando me dormí, pero al despertar me sentía mejor, abracé mi almohada queriendome estirar pero no pude porque algo me aplastaba un poco, me percaté de que yo estaba tomando la mano de Kageyama haciendo que me abracé por la espalda, me apené demasiado y empecé a escuchar como todos despertaban ¿qué hago?.

El me apretó más contra el, estaba despierto y me miraba en silencio aunque algo adormilado, iba a hablar pero se acurrucó volviendo a dormir.

- Ustedes si que se llevan bien - sonrió Suga.
- Buenos días - respondí sonrojado.
- Buenos días, despiertalo por favor, debemos ir a desayunar - pidió amablemente como siempre.

¿Eso fue todo? Pensé que iba a vernos como si estuviéramos locos o fuéramos dos bichos, todos nos miraban pero no de una forma especial, sino como siempre, de alguna forma me sentí aliviado.

Me giré levantándome un poco y el frunció el ceño abrazándome de la cintura mientras yo me sostenía en mis antebrazos.

- Ya despierta, no soy tu almohada - me reí tirando levemente de su cabello, que ahora lo noto es muy suave

Veinte minutos (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora