🌺💀Poison Love💀🌺 #BNHA#

🌺☠Capítulo 36☠🌺

En el pasillo en el que Chisaki Kai intentaba escapar con la pequeña Eri se topa con un joven rubio, quien con decisión le advierte que luchará y salvará a la niña de sus malévolas manos.
En un descuido aquello que el estudiante dijo se cumplió, pues le arrebató la niña y apegandola en su pecho, dio a entender que no la soltaría ni la dejaría sin protección.
El líder yakuza estaba más que enojado, tanto que no se dio cuenta de la raíz que se levantó detrás suyo. Su mano derecha, mirando hacia atrás la notó y en un rápido movimiento lo empujó, siendo él el apresado por la raíz.

El joven abrazó a la niña en forma protectora y Kai se enderezó en su lugar, viendo como el de vestimentas blancas intentaba quitar la raíz de su cuello que a cada segundo va apretando más hasta dejarlo inconsciente.
Con la sorpresa en sus ojos, enfocó la mirada detrás, notando a la pelirosada acercarse al igual que la vegetación que va cubriendo el pasillo. Kanari, al detenerse a tan solo unos pasos de ellos incrustó sus dos lianas en el concreto para luego clavarlo en la tierra bajo este, reuniendo el fertilizante suficiente para su poder.
Al activarlo, su piel se tornó verdosa y sus ojos se tornaron negros con los iris de color verde neón; Kai frunció el ceño y observó a la niña, lo había descubierto. Kanari extendió la mano izquierda en un movimiento ascendente, haciendo que una raíz aparezca para rodearlo desde abajo hasta el cuello, alzandolo para impactarlo por un costado.

Chisaki atravesó la pared y la mujer simplemente enfocó la mirada en el joven que mantiene a la niña en brazos, haciendo que su enojo crezca aun más en su interior, ¿como eran capaces de experimentar con una niña?.
Mirándola, tuvo un pequeño flash de su pasado donde su padre decía que pronto estaría lista para experimentar, la pequeña delante suyo...es como ella pero con una vida diferente y una mala suerte diferente.

-Niño, llévatela a un lugar seguro. -enfoca su mirada en el rubio-

-P-Pero usted es una villana -le mira- ¿por qué quiere que lleve a un lugar seguro a esta niña? ¿No viene a por ella?.

-Tal vez sea una villana, pero con las criaturas más inocentes de este mundo, nadie se mete. -mira a la infante temblar en brazos del estudiante- Y si se meten con ella, cobraré venganza ante su maltrato.

Sin decir nada más, Kanari ingresó por el mismo agujero, viendo al líder enderezarse con quejas de por medio, viendo con mucho enojo a la pelirosada.
Tsuta no dijo nada, sus lianas soltaron un chillido de enojo, moviendo sus espinas como si estuvieran advirtiendo que atacaran si da un paso más. Overhaul soltó un grito de enojo y quitándose su guante dio un manotazo al suelo, generando picos de concreto que van directamente hacia ella.

- ¡¡¡NO TE INTERPONGAS!!! -grita el hombre mientras la observa con la ira ardiendo en sus ojos-

- ¡¡¡ME VOY A INTERPONER TODO LO QUE SE ME PEGA LA REGALADA GANA!!!!

Soltando un grito de guerra, la mujer hizo un movimiento ascendente nuevamente pero esta vez con ambos brazos, trayendo de las profundidades de aquel lugar las raíces más grandes y gruesas que la tierra alguna vez pudo tener.
Las raíces salieron de entre el concreto, destrozandolo en el momento de su aparición, interponiéndose en el camino de aquellos picos que iban hacia Kanari, destruyéndolos en ese mismo instante.
El secuaz que acompañaba al líder Yakuza se puso de pie apenas recobró la conciencia de su asfixia repentina por la raíz, a duras penas se acercó al agujero para ver la pelea pero al darse cuenta de la notable ventaja de la mujer por sobre su jefe, quita un arma de su gabardina blanca, cargandola con una bala de las que quitan los poderes.

Una vez lista, con algo de dificultad apuntó hacia ella, debía detenerla, ¿cuál era la razón de su traición hacia ellos? ¿Por qué estaba ayudando a los héroes ahora?.
El joven héroe cubrió a la niña con su capa roja y al girar el rostro hacia la pelea entre la mujer y el yakuza, notó al hombre apuntar con el arma; sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella y se lanzó sobre esta, recibiendo la bala.
Ambos cayeron al suelo, ella rodó por varios metro y luego enfocó su mirada en el chico que se quejaba por el disparo, ¿acaso la había salvado?.
Mirando hacia la entrada del agujero, pudo ver a la infante correr hacia el rubio, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello.