🌺💀Poison Love💀🌺 #BNHA#

🎃☠Especial Halloween☠🎃

⬆️🎶⬆️

El sol en el horizonte se comienza a asomar, los pájaros grandes abren sus alas para iniciar su vuelo al sur, las manzanas comienzan a tomar color carmesí y los pequeños animales buscan entre las hojas anaranjadas la comida que guardaran para el invierno.

El único capullo de flor existente en el pequeño pero frondoso bosque comienza a abrirse, dejando que la mujer dentro de esta pudiese estirarse, estornudando al momento de sentir una brisa fría pasar muy cerca de ella.

El otoño.

Cambiando sus vestimentas a unas más abrigadas, se enderezó, comenzando su caminata hacia la gran plantación del pequeño pueblo en el que vive a las afueras de la ciudad de Hosu.
Con cada paso que da, la madre tierra la acompaña, cambiando las hojas de aquellos árboles que aún no han tomado la anaranjada, amarillenta y rojiza coloración.

Saliendo de su hogar, algunos animales como ciervos corren a ocultarse al bosque dando majestuosos saltos, siguiendo al alpha de grandes ornamentas.
Cuidando de que ninguno chocara con ella, se fue haciendo a un lado hasta por fin tener camino libre, sintiendo la brisa otoñal rozar su rostro como una caricia especial.

Su verdosa mirada se enfocó al cielo y extendiendo los brazos, las semillas de los dientes de león vuelan al viento, dejándose llevar por el a quien sabe donde, esperando que en la primavera puedan mostrar al mundo su belleza.

Las risas infantiles se escuchan salir del bosque, la mujer observó hacia dicha dirección, viendo como un grupo de niños felices muestran en sus canastas jugosas y rojizas manzanas, este año habían mejorado.
Saludandolos tomó una, limpiandola para después darle un mordisco, sintiendo el dulzón invadir su boca en ese mismo instante.

No cabe duda que aquello estaba delicioso.

Degustando de aquella fruta siguió su camino, pasando por el pueblo donde el olor a café recién hecho, azúcar ser fundido para acaramelizar las manzanas y sobre todo las tartas recién salidas del horno invaden con sus aromas todo el pequeño pueblo.
Algunas mujeres salieron de sus casas a saludarla, deseándole una buena mañana al igual que ella responde de la misma manera; los agricultores, despidiéndose de sus esposas se encontraron con la mujer, haciendo una reverencia para después mostrarle la carreta, lista para traer las calabazas.

Subiendo al lado del chófer, fue hablando con ellos mientras que la madre tierra los acompaña, decorando las casas con aquellos colores característicos del otoño, elevando las hojas al viento, llevándose uno que otro paño recién lavado, haciendo que los pequeños corran tras de el para intentar alcanzarlo.

Se divertían bastante.

Ya en el huerto, la maduración aún no estaba listo, cosa que decepcionó a los agricultores, al parecer se habían equivocado en la época de siembra, aunque eso no fue problema para Tsuta, que con solo bajarse de la carreta, se acercó a los límites, viendo algunos ya maduros y otros apenas toman el color, necesitaban un empujón, lo mismo las uvas y las mazorcas.
Respirando hondo, alzó bien alto sus dos lianas para luego enterrarlas al suelo, dando un fertilizante a todo el terreno, siendo los agricultores testigos de cómo aquello comenzaba a tomar un hermoso color, apto para comer.

Con sus herramientas y felices por tener a Kanari con ellos, entraron al campo con canastas para colocar lo cosechado en ellas.
Sabiendo perfectamente que 10 hombres no podrán terminar en un día, la mujer dio un suave toque a la tierra, elevando de estas varios capullos especiales.

Estos por si solo se pusieron de pie, teniendo cuatro raíces como formas de desplazamiento; con solo una señal de la mujer, estos dieron un brinco y se adentraron en la huerta, ayudando con la cosecha dando pequeños salto de felicidad y cargando en sus capullos las mazorcas que los hombres van pasándoles.
Algunos capullos torpes tropezaban uno con el otro, comenzando una pequeña riña entre ellos aunque con una mirada de atención de la pelirosada, se pusieron en alerta y juntaron lo que se les cayó gracias a unas pequeñas extensiones verdosas, formando una fila india para ir hacia la carreta y volver hacia los demás, cargándose de una nueva partida de lo cosechado.