¿Que sucede cuando das amor, cuidado y riego correcto a una planta?
Te da un bello regalo, te muestra su belleza por medio de sus flores, sus hojas nuevas y sobre todo, si es frutal, te regala sus frutos más dulces gracias a tus cuidados.
Pero... ¿...
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⬆️🎶⬆️ Con el sol ocultándose en el horizonte como la débil llama de una fogata, las personas de ese pueblo a las afueras de la ciudad de Hosu se sostienen de algunos árboles o al menos los adultos, ya que los niños corrían ansiosos alrededor de la fuente que marca el centro del poblado, ansiosos por lo que sucederá.
Entre esas personas, se encontraba Toyomitsu, con una gran mochila en su espalda, todas sus pertenencias dentro de esta mientras se aferra con fuerza a una muralla, ansioso de sentirse abrumado por el poder de la madre tierra.
La naturaleza alrededor del pueblo se balancea como bailarinas despidiéndose de estos, los animales los contempla en silencio, deseándoles un buen viaje a la par que se inclinan, sintiendo bajo sus pies el supremo temblor que venía a continuación. Alrededor del poblado, unas grietas se hicieron presentes al igual que el movimiento brusco, marcando un circulo perfecto, escuchandose el desprendimiento de tierra y raíces, cosa que emociona más a los infantes; el área liberada comienza a elevarse, grandes manos se hacen presentes en los bordes, tomando dicha zona como canasto; se elevan más y más, la superficie estaba mas lejana que antes y cuando se quisieron dar cuenta, aquello que los transporta ha comenzado a dar sus pasos.
La Madre tierra, hecha un enorme ser de tierra, raíces y madera, comienza su marcha, teniendo en el centro de su pecho, un núcleo verdoso, donde la pelirosa descansa, siendo esta la fuente de poder extra que permite a la dueña de la vida misma, experimentar aquel transporte.
Kanari, el núcleo de la vida.
Animales bestiales y hermosas, corren a un lado de aquella criatura, acompañándolo en su andar mientras que las aves vuelan alrededor de este, guiándose por la brisa que da frescura a quienes están en las alturas, contemplando la belleza de todo. Fat, con los ojos bien en grande, siente lágrimas deslizarse por sus mejillas, pues es algo hermoso, algo que jamás había visto por lo que aquello hacía su corazón emocionar. Dejando su mochila en aquel suelo transportado, se acerca al borde, asomándose por solo unos instantes, viendo y sabiendo lo peligroso que sería caerse de esa gran altura.
El agua ya se nota, los animales que acompañan el paso de la madre tierra se detiene, viendo como esta estaba entrando al mar, siempre manteniendo los brazos firmes y bien en alto para evitar que aquel enorme pedazo de tierra toque agua. El sonido lejano de una campana hace que la madre tierra observe de reojo al barco carmesí que los acompaña, viendo como la tripulación de esta los saluda al igual que el barco.
De entre las aguas, la capitana de dicho navío se hace presente en su forma marina, saltando y moviendo su mano en forma de saludo, adentrándose nuevamente en las aguas para seguir nadando al paso de la madre tierra, tirando con sus manos una cuerda que ayuda a su barco a aumentar la velocidad.
La Capitana Umi Ruby estaba allí.
La sonrisa suave de la deidad se hizo presente, viendo esta vez sobre su hombro a una peliblanca aferrada a una raíz mientras observa hacia abajo, diciendo en susurros "¿Para qué vine?", La risa escandalosa al igual que un animal muy conocido de los bosques llega a sus oídos, viendo como al otro lado, la heroína latina se va burlando de la "miedosa" de su compañera de grupo, aunque su risa se vio interrumpida por el grito fuerte de un ser extraño, un grifo, una criatura mitológica que lleva transportando a la heroína del rayo azul quien había mandando una descarga eléctrica leve para hacer que la latina dejase de reír por el miedo de su compañera.
