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- Mikasa no puedes meterte así en los experimentos de la capitana Hanji.- murmuré cansada siguiendo a la chica junto a Armin.

- ¡Pero ya has visto que Eren no reacciona!- me recrimino.

- Debes dejar que llegué a sus límites por aprender a usar su poder, aunque le duela, debe hacerlo.- la chica me miró mal mientras iba a sacar a mi hermano de la nuca del titán que creo.

Cuando lo consiguieron sacar su cara estaba totalmente desprendida y solo podía verse su hueso, Hanji dio por terminado el experimento. Monte en un carruaje junto a Mikasa, Armin y un inconsciente Eren.

- Sabes que el hace todo lo que puede.- Mikasa me miró seria.

- No he dicho lo contrario, quizás solo sea que no es el más apto para tener en su mano los poderes que tiene.- levanté levemente mis hombros.

- ¿Qué insinúas?- Armin me miro curioso.

- Solo digo que quizás si alguien como el capitán Levi, el comandante Erwin o como tú Mikasa tuviese el poder de mi hermano ya hubieseis averiguado como hacerlo funcionar a la perfección.

- No creo que podamos opinar sobre algo así, ninguno ha estado en su situación, por lo que ninguno sabemos cómo se siente y ni como es estar ahí.- mire al rubio y volví mi mirada a Eren.

Todos leíamos atónitos la carta que nos había dado el capitán.

- ¿Lo habéis visto todos?

- Si...- le quite la carta a mi hermano de las manos y volví a leerla.- ¿Qué es esto?

- Son las instrucciones de Erwin.- cogió la carta de entre mis manos.- ¡Todos los idiotas que lo crean, que vengan conmigo!

Observábamos desde la distancia como un grupo de personas entraba a la cabaña que estábamos ocupando buscándonos.

- Capitán,- el hombre me miró.- ¿son la policía militar central?

- No estoy seguro, no creo que la policía militar central venga aquí directamente.- respondió sin quitar la mirada de aquellas personas.

- Realmente estoy siendo subestimado por ellos.- mire a Eren de reojo.

- Deprisa y llegaremos al punto de encuentro, la luna guiará nuestro camino.- apoyé mi riffle en mi hombro y emprendimos nuestro camino.

Llegamos a Trost y un montón de campesinos se interpusieron en nuestro camino, todos hablaban al capitán Levi, sobre todo señalando lo bajito que era, cosa que me hizo gracia, hasta que recordé que media lo mismo que él. Todos lo s campesinos contaban al capitán sus problemas con los soldados, los ladrones y las tasas, todos intentábamos abrirnos camino sin prestar mucha atención a lo que decían hasta que un hombre dio una muy desafortunada declaración.

- Todo es porque la legión de reconocimiento no esta haciendo lo suficiente.- todos seguimos ignorándolo siguiendo al capitán.- Incluso tienes a mujeres que te hacen compañía.- me quité bruscamente del agarre de un tipo.- Si tienes algo de simpatía danos algo de dinero, y deja a los soldados que comen sin pagar.- miré a una mujer en el fondo, estaba muy delgada y sostenía un pequeño bebe en sus brazos.

- Ten cuidado.- Levi advirtió a aquel hombre.

- ¿De quién?- se rio en su cara.- ¡Soldado más fuerte de la humanidad!- el tipo agarro al capitán por el cuello de su camiseta, fui a intervenir y ahí me di cuenta de lo que les advirtió.

- ¡Hay un carro de caballos que viene hacia aquí!- agarré al mismo hombre que antes me lo había hecho a mí y tire hacia atrás de él dejando el camino libre para el carro. En ese momento sentí como alguien me agarraba y tiraba de mi hacia el carro.

- Ey... ¿cuál es el problema?- cerré los ojos con fuerzas para controlar las ganas de matar a este tipo.- Déjame escuchar tu voz.- el hombre paso una de sus manos por mi pecho mientras que con otra sostenía mi rostro, miré a Jean con mi ojos vidriosos, no me estaba gustando nada está situación de impotencia de no poder hacer nada.- Quiero escuchar tu voz, ya que eres una belleza.- Jean me miró fijamente para después desviar su mirada de la escena. ¿En qué pensaba cuando acepte esto?

Los hombres salieron por unos instantes, instantes que use para llorar todo lo que había aguantado, se había sentido realmente mal tener las manos de ese hombre toqueteándome sin poder hacer nada, no porque estuviese disfrazada, si no porque ni si quiera podía moverme.

- ¿Es-estas bien?- no miré a Jean, solo negué con mi cabeza gacha. En ese momento Mikasa y el capitán entraron y noquearon a los guardias, nos desataron y se escondieron esperando a que llegasen el resto. Cuando los tumbaron Jean y yo nos levantamos y los atamos con las cuerdas.

Escuché sin prestar mucha atención la conversación entre el que parecía ser el jefe y el capitán.

- Ponle la mordaza bien.- seguí las ordenes del capitán.

- No eres ella, pero sigues estando igual que bien , ahora incluso me apeteces más.- le miré con la mordaza en mis manos temblorosas.

- Déjamelo a mi.- sentí la mano de Jean en mi hombro pero lo ignore, le coloqué la mordaza mucho más fuerte, asegurándome de que le hacía daño.

- ¿Qué estáis haciendo?- el capitán nos hablo fastidiado.- Deprisa.

Me levanté deprisa y cogí la flecha que había lanzado Shasa, me arrodille a aquel hombre y pude ver su cara de terror, y se la clave en la entrepierna, me levante, lo escupí en la cara y salí de allí.

- ¿Se puede saber que hacías?- el capitán Levi me miró enfadado.- Estoy harto de que no sigas las ordenes.

- Estaba ajustando cuentas.

Subimos a la parte alta de los muros junto al presidente para que el capitán pudiese hablar con él, me aleje un poco de la escena aún pensaba en lo que había pasado allí abajo, ¿qué hubiese pasado si hubiese llegado más lejos? me estremecí solo con pensarlo.

Esperábamos escondidos a que el plan que había ideado el comandante Erwin funcionase, los de la 104 estábamos en una sala sentados en un mesa. Estaba sentada en el regazo de Jean con mi cabeza metida en el hueco de su cuello, no me importaba que nadie nos viera, necesitaba la sensación de confort que tenía a su lado. Sentía como de vez en cuando daba pequeñas caricias por mi espalda. Estaban teniendo una conversación sobre todo lo que estaba sucediendo, no dije ni una palabra, tampoco estaba muy atenta a la conversación, quería dejar de pensar en todo esto por un momento.

- Estás exagerando, deberías dejar de ser tan débil.-la voz de mi hermano fue lo último que se escucho antes de que se hiciese un silencio incómodo.

- Cállate, no has estado ahí, así que tu opinión no vale en lo más mínimo.- Jean me apretó hacia él.

- Quizás tu deberías dejar de hacerte el fuerte, no sirve de nada serlo si eso te convierte en una mierda de persona.- me quite de encima de Jean y me puse frente a Eren.- Eres odioso, un niñato que se cree lo mejor del mundo.- estampe mi mano contra su mejilla dejando a todos atónitos, y para la sorpresa de todos el me la devolvió agarrándome fuerte del pelo, cosa que hizo que comenzase una pelea entre nosotros.

- No puedo creer que sigan haciendo esto.- escuche suspirar a Armin. 

Defensora de la Humanidad (Jean x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora