New feelings

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NARRA NAO

Estar despierta y escuchar el despertador que suena sin cumplir ninguna misión, eso quiere decir que definitivamente no dormiste bien.

Como siempre mis mañanas son monótonas, tomar el café oscuro sin rastros de espuma y amargo e irme a la central, pero sin antes de pasar por unos dulces ya que a Juuzou le fascina.

Antes de llegar a la sede me encontraba con mi compañero en la tienda para irnos juntos a la CCG, mientras me comentaba cuantos ghouls había matado o de sus dibujos tan peculiares que hace.

Todo simplemente tranquilo.

Ya pasaron dos meses y desde que estoy acá nunca hubo nada interesante por hacer, solo patrullar y matar a ghouls de clase "s", sin contar las veces que nos dieron papeles para completar y los entrenamientos que dentro de todo era lo mejor porque estaba con Juuzou.

En cuanto a Juuzou y a mi pues bueno, a veces cuando me acerco mucho o conectamos miradas inconscientemente, sus mejillas comienzan a ruborizarse automáticamente o se pone nervioso, inclusive se marcha dejándome sola. 

-.Nao hoy tenemos que ir a investigar un lugar especial- informó el joven de cabellos blancos.

-.Oh genial, supongo que ya era hora-hablo Seido con cierta ironía.

-.Sabes Takizawa¿te gusta mis costuras? porque pensaba en hacerte unas cuantas en la boca así no me fastidias más y somos todos felices ¿que opinas?- y ahí comienzan los dos nuevamente.

-.Estaría genial que dejen de pelear como niños, cambiando de tema ¿donde tenemos que ir Juuzou?- intervine para terminar la discusión de ambos investigadores.

-.Anteiku, es una cafetería- respondió desanimado.

"Anteiku", aquella cafetería que tanto apreciaba junto a todos sus integrantes.

Supongo que voy a volver a verlos.

-.¿Estas bien Nao? quedaste petrificada-interrumpiendo mis pensamientos.

-.Ya deja tranquila a la señorita, no ves que la irritas con tantas preguntas- rezongo Takizawa.

-.Callate, es mi compañera y simplemente me preocupo por ella así que no te metas- podía sentir el malestar de Suzuya.

-.Ya veo, segura que solo es tu compañera o quizás Suzuya Juuzou, ¿está enamorado?-inquirió victorioso, mientras la sangre le hervía al albino.

Sus palabras hicieron sobresaltar a Juuzou y por supuesta a mi. Simplemente los dos pasamos de ser blancos a rojo.

-.Mejor nos vamos Juuzou- nervios es poco, maldigo a Seido en estos momentos.

-.Si v-vamos- titubeó mientras nos marchamos, dejando a Takizawa victorioso por la tensión que había causado.

Definitivamente me las va a pagar.

Durante el camino, ninguno de los dos intercambiamos palabras simplemente el silencio reinaba. Pero debía admitir que odiaba esa tensión.

-.¿Quieres?- ofrecí bastante dudosa aproximando el paquete hacia él.

-.Gracias- agradeció tomando una gran cantidad de dulces pero sin posar sus orbes con los míos.

Solo faltaban dos cuadras para llegar a la cafetería y con Juuzou nos seguíamos evitando. 

Me frene en mi lugar, obligando a Juuzou para que se detuviera y poder hablar.

El albino se sorprendió al ver que no avanzaba, volteandose y clavar sus ojos carmesí en mi.

-.Que sucede Na..-antes de que pudiera articular las últimas palabras, agarre su delgado brazo lleno de costuras para acercar su cuerpo contra el mío, quedando frente a frente con una mínima distancia entre ambos.

¿Lo beso?,¿lo abrazo?,¿qué hago?

Millones de incógnitas sobre volaban en mi cerebro pero ninguna sin una respuesta concreta. 

Esta sensación que sentía por el, me confundía bastante porque nunca antes lo había sentido por nadie.

Quizás el era especial. 

El rosa se había establecido en nuestras mejillas como parte de nosotros, los nerviosos y nuestras miradas estaban conectadas de una manera increíblemente rara. 

¿Que tiene este chico de especial?

Mi propio instinto fue acortando la poca distancia que quedaba entre ambos

Realmente lo iba a besar o quizás no.

Las escarlatas de Juuzou bajaron hacia mis labios tomando la decisión de acercarse también.

-.¿Nao, eres tú?- escuche la voz de una chica que provenía detrás nuestro, separándonos automáticamente. 

Fue tan repentino que empuje el cuerpo débil del albino causando que éste cayera al suelo.

-.Auch- escuche sus quejidos.

-.Oh perdón, no quise interrumpir- me volteé para ver la dueña de aquella voz que me sonaba familiar.

Pues si era ella.

¡Touka!

Crimson RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora