Grief and Loss

379 33 5
                                    

NARRA NAO.

Volver al distrito 20 como refuerzo, fue realmente uno de las mejores propuestas que me han hecho, pues, quería ver a Juuzou y Shinohara. Los extrañaba realmente. Pero por lo poco que sé, está todo acabado por la presencia de Aogiri y un segundo Búho... que para mi saber, no queda duda de que es ella.

Cuando no encontrábamos en la entrada del distrito realmente era pura destrucción y muerte, era como una especie de infierno en la tierra. Desagradable, lo sé.

Me escabullí entre los investigadores principiantes, en busca de mis ex compañeros, que de seguro, estarían batallando contra el Búho. Corrí sin miedo alguno, mientras a mi alrededor salteaba la sangre tanto de investigadores como ghouls cayendo los cuerpos desplomados en el suelo. El viento era seco y la nieve chocaba contra mis ojos provocando ardor en cada uno de ellos. En el camino, me crucé con Koma e Irimi, que se encontraban sentados en el suelo bastante mal heridos. Quería quedarme con ellos para ayudarlos, pero la desesperación por ver a Shinohara y aquel albino, era inmenso... necesitaba saber que estaban vivos, y a punto de tener la victoria. Solo les dedique una pequeña sonrisa, volviendo a correr desesperadamente. Logre ver a Touka que se encontraba corriendo en dirección a la cafetería Anteiku, también me crucé con Hide, el cual se encontraba apurado, marchándose... solo me dedico una sonrisa lánguida, mientras se sostenía el estómago, algo en el estaba mal. No pude ver a Kaneki y tampoco a Takizawa e Akira, que supongo que estaría con Amon.

Me habían informado que Juuzou y los demás, estaban ubicados en la terraza de un edificio y fue ahí cuando visualice el cuerpo débil y deteriorado de aquel albino que continuaba de pie junto a su quinque, rodeado por los investigadores yacidos en el suelo, incluyendo a Shinohara; y por otra parte, aquel monstruo en busca de contraataque hacia Suzuya. Una mezcla de sentimientos recorrían mi cuerpo, quería salir corriendo en los brazos de Shinohara y llorar como nunca lo hubiera hecho, pero a la vez, quería despedazar al ghoul, desde la cabeza hasta los pies y por último triturarlos sin dejar rastro alguno. Odio, tristeza y miedo abundaban en mi. Me puse a pensar de las pocas posibilidades de que siga con vida si me enfrento a dicho ghoul, pues, me ganaba en fuerza y rapidez, incluyendo su físico enorme... pero qué más da, ya no tengo nada o nadie por quien seguir de pie, solo son Juuzou y Shinohara y no voy a permitir que nadie les haga daño. Me ajuste fuerte mi chaqueta de la CCG, y saque mi quinque aferrándome a él.

El Búho iba a perforar a Juuzou con su kagune. Corrí, saltando por encima de dicho monstruo, estrellando mi quinque con su enorme acero, quedando frente a frente. Trate de empujarlo para poder rodear con mis brazos al albino que se encontraba observando la escena.

La ubique junto al cuerpo de Shinohara... me preguntaran que siento al ver aquel hombre que ocupaba una gran parte de corazón, aquel que tuve que reemplazar y que luego se convirtió en un gran compañero, amigo e padre... pues en simples palabras, estaba hecha mierda. Literalmente me perforaron el pecho, dejando nada adentro. Mis lágrimas caían sobre mis mejillas, sintiendo aquel líquido caliente como nunca antes. Posé mis ojos en al albino, conectando mirada con él. Sus ojos se tornaron rojos a grises, entonces, de repente, todos los acontecimientos que viví con ellos comenzaron a fluir libremente por mi cerebro, haciéndome apretar los párpados con fuerza, llevando una mano hacia mi pecho, ahogándome, sintiendo mi respiración superficial. Recordé inmediatamente aquella última cena que pasamos los tres juntos, felices como debía ser... y ahora esto... Si tan solo hubiera seguido con ellos hasta el final...

Sacudí mi cabeza, dirigiendo mis ojos al suelo. Escuchando la bulliciosas carcajadas del Búho.

-.Perdón Juuzou- dije con un hilo de voz, realmente no podía hablar en ese preciso momento. Sentía los inmenso ojos del albino sobre mi-.Realmente perdón... para ambos- volví mi vista hacia el rostro de Suzuya.

Me levanté del suelo, desenvainando mi quinque en forma de hoz, dejando atrás a Juuzou junto a Shinohara. Me coloque frente a frente con aquel monstruo para comenzar la pelea de una vez por todas... no me importaba perder mi vida en lucha, sabiendo que morí en el intento de proteger a mis camaradas.

-.Nos volvemos a ver Eto...- escupí frente a su rostro, sintiendo la ira apoderarse de mi cuerpo.

Sin vacilar, corrí junto a mi hoz para atacar aquel monstruo propinando un corte en su kagune izquierda, retrocediendo rápidamente, esquivando su feroz movimiento contra mi. Era imposible, pues, los daños que ejecutaba sobre aquel cuerpo extraño, era en vano debido a veloz regeneración. Volví a contraatacar pero la jugada me había salido mal, siendo golpeada por Eto, estrellando mi cuerpo contra la pared de cerámica. Rápidamente, me levanté del suelo adolorida tras aquel choque contra el muro, insistiendo nuevamente en atacar al ghoul, pero este volvió a copiar la misma acción, impidiendo que me acercara a ella.

Sucesivamente me levanté del suelo y fue revoleado por los aires, ya no me quedaban fuerzas y los pocos daños que pude hacer fueron rápidamente regenerados. Sentía las miradas de Juuzou, Iwa, Ui y Houji que se encontraban en el suelo presenciando toda la escena.

-.No tienes nada más que hacer, aparte de levantarte del suelo y volar en los aires- inquirió el Búho, burlándose de mi esfuerzo.

Pero si me ponía analizar... tenía razón, lo único que hacía era salir despedida por los aires producto de un golpe del ghoul. Yo solo era una investigadora de rango 2, no podía hacer nada aunque quisiera. En estos momentos desearía que llegara Arima para poder salvar a todos aquí.

-.¡Me aburro Nao!- masculló dicho ghoul, removiendo mis tripas con solo saber que de su boca, salió mi nombre.

Me levante una vez más del suelo con ayuda de mi quinque. Ya no sabía que hacer, mi mente estaba nula y mi cuerpo estaba devastado de tantos golpes recibidos, mis brazos ya no tenían fuerza. Cuando intenté dar dos pasos para acercarme al Búho, este no me dio tiempo a poder propinar mi ataque. Mi respiración se entrecortaba, mis músculos se volvieron tensos... podía sentir una ola de fría apoderarse de mi ser. Mis ojos se volvieron nublosos, mientras sentía aquel sabor a metal en mi boca disiparse. Aquel monstruo me había perforado el costado de mi estómago, levantando mi cuerpo en los aires quedando en una altura bastante prominente para mi gusto, observando todo el distrito en derrumbe... más que distrito, era un infierno en la tierra, y nosotros los esclavos de dicho lugar. En ese momento, sentía como el tiempo se había congelado, el dolor en mi cuerpo se iba expandiendo alterando todos mis sentidos de orientación. Con la poca energía que me quedaba, alce mi quinque, dañando aquel ghoul justo en el ojo.

Sentí el desprendimiento de mi estómago, saliendo disparada en el aire. Ya no sabía que iba a pasar conmigo, ¿este era mi fin? ¿que va a pasar con Juuzou y Shinohara?

Aquellos segundos en el aire se me hicieron eternos. Mi quinque callo en alguna parte del edificio, vaya a saber donde. Cerré mis ojos, sintiendo el destrozo de vidrios, desconociendo el lugar donde me encontraba. Nada más... todo mi alrededor se tornó oscuro y frío, la brisa se había vuelto tan refrescante y codiciable, olvidando aquel daño que Eto había ejecutado en mí 

No sentía mi cuerpo, ya que todas mis extremidades simplemente fueron desgarradas.

¿De esta manera iba a morir Nao Jo?

Al parecer si.

Y pensar que no tuve la oportunidad de poder vengar a mi familia. No merezco ser quien soy.

El paraíso es donde yo no iba a ir, solo personas como mi hermano ingresaban y yo simplemente no puedo.

Sueño era lo que sentía.

Las luces simplemente desaparecen y con ellas yo me iba.






Crimson RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora