Near Future

173 18 1
                                    

No me dejes, te lo suplico no me dejes...

¿Líquido rojo?¿Agua? 

¿Una cama?¿El suelo?

¿Qué pasa?¿Dónde estoy?

Mis orbes se abrieron detenidamente encontrándome con el mismísimo cielo anaranjado dando pie al anochecer. Un agudo dolor se esparció por todo mi cuerpo,  convirtiéndose en fuego quemando todo a su paso. La agonía era tan inmensa que podía sentir como mis órganos se explotaban, mientras la sangre escapaba continuamente de mis labios.

Mi vista se volvió nublosa.

Mi cuerpo era sujetado por unos brazos que me transmitían protección y calidez pero no podía visualizar quien era el dueño de esos brazos. No podía moverme y tampoco gesticular absolutamente nada.

¿Qué pasa?¿Dónde estoy?

Quizás es un sueño. Cerré con presión mis ojos tratando de entender la situación pero nada venía a mi mente. Abrí mis ojos de golpe encontrándome con lo menos esperado. El oxígeno se escapó de mis labios.

¿Yo había muerto? 

Estaba de pie mirando mi cuerpo inconsciente yacido en el suelo, alrededor de un gran charco de sangre. Mi piel estaba más pálida de costumbre pero lo más inesperado fue el lugar que me nos rodeaba tanto a mi cuerpo yacido en el suelo, como conmigo misma.

Destrucción y derrumbes en los alrededores, sangre y fuego mezclado con odio. Los gritos de desesperación se expandían en cada centímetro de la ciudad al igual que los cadáveres. Definitivamente era una guerra.

No me dejes, te lo suplico no me dejes...

 Esa voz leve pero desgarradora era tan tétrica y escalofriante que generaba una corriente eléctrica en todo mis sistema nervioso. Como lo suponía, una persona se encontraba junto a mi cuerpo el cual era sujetado por ésta. No lograba observar quién era realmente solo me veía yo bañada en sangre.

No me dejes, te lo suplico no me dejes...

Nao

Nao 

¡Nao!

Y ahí estaba el azabache parado frente a mi con sus orbes abiertos en par en par observándome fijamente. La realidad me abofeteó el rostro de forma tortuosa solo por visualizar esos enormes cristales rojos únicamente de él.

Mi corazón se detuvo de sopetón, y mis pulmones dejaron de recibir el aire. La sangre fluía lenta y espesa por mis venas, mientras que cada una de mis terminaciones nerviosas reaccionaban en el acto.

Todo fue un simple sueño.

-.Hey, Nao ¿estás bien?- dijo Juuzou preocupado. Su rostro estaba cada vez más cerca del mio sintiendo como el líquido carmesí se aglomeraba en mis mejillas, tiñéndolas de rojo.

-.He... Ju-uzou estas muy ce-erca ¿no crees?- tartamudee tratando de levantarme pero el cuerpo del azabache me lo impedía.

-.Oh, tenes razón- respondió automáticamente alejándose de la camilla donde me encontraba recostada.

-.¿Por qué estas de pie y no en reposo? se supone que yo debo estar en tu lugar- interrogue a Juuzou aturdida por la situación.

-.Pues, tu te quedaste dormida y yo ya tengo el alta- se excuso mientras masticaba un caramelo -.Ah.. por cierto ¿qué estabas soñando?

Crimson RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora