¿Tristeza?
¿Dolor?
¿Alegría?
¿Alivio?
¿Enojo?
¿Bronca?
Que debería sentir.
Simplemente no lo sé.
Escuchar esas palabras de parte de la secretaria, fueron como una patada al hígado. Pero sabía que iba a pasar esto... pero no creí que ahora.
Me dirigí hacia la plaza, dejando caer mi cuerpo en el césped, observando el ocaso. No entendía porque me sentía de esta forma... me urgía la necesidad de abrazar a alguien, para poder destruir este nudo que se había generado en mi ser.
Podía sentir que el tiempo se había congelado, las horas pasaban lentamente... casi una eternidad. Me levanté del suelo, pues, el sol había cedido el lugar a la esbelta luna. Camine en dirección a la casa de Shinohara, tal vez ellos no estén enterados de mi partida. El camino se me hacia denso, no tenía fin.
Una voz llamó mi atención, volviéndome para ver quien era.
-.Nao que suerte que la encuentro-masculló la secretaria, que había informado sobre mi finalización de mi trabajo en el distrito -.me olvidé de decirle la hora en que la vienen a buscar...-
No sabía que decir, no quería irme ahora, no exactamente hoy. Solo queda pedirle unos días más, pero aquel pedido sonaba algo imposible, debido a la seguridad y el trabajo del distrito doce.
-.Hikari, ¿existe la posibilidad de que me pueda ir mañana por la tarde?- pregunté, mirando con expectativa a la secretaria, la cual estaba analizando mi pedido, llevando su mano al mentón.
-.Esta bien... a las cinco de la tarde te quiero firme en la central-me ordenó, esbozando una sonrisa de cómplice. Bueno... algo es algo,tengo tiempo para pasar con Shinohara y Juuzou.
-.Gracias, te lo agradezco Hikari- le di rápidamente un beso en la mejilla, y me eché a correr hacia la casa de Shinohara.
Agitada de tanto correr... no me pregunten el porqué de mi corrida, pues, ni yo se. Estaba en la puerta del hogar de Shinohara, esperando a que me atendieran.
Lo que pensaba. Era tal el frenesís de mis propias expectativas que mis palabras se habían quedado atoradas en mi garganta, justo como mi aire. Juuzou abrió la puerta, pero el albino estaba empapado y desnudo, una toalla envolvía su cuerpo pálido con costuras. Me limité a mirarlo con los ojos bien abiertos mientras, sus ojos rojos se decidían a mirarme fijamente.
-.Bienvenida de vuelta Nao- fue todo lo que dijo en un tono de no-me-interesa-en-lo-absoluto.
-.Gracias- asentí, intentando cerrar un poco la boca. Tragué saliva, y él no se movió de la puerta.
Miró a los lados y me tomó de la mano, arrastrándome con él hacia adentro. Me lo encontré de frente cuando se detuvo y se dio la media vuelta lentamente, para mirarme dejando ver esos intensos ojos suyos que, aunque tan intimidante y profundos eran, nunca podría compararse a otro muchacho. Jugueteé con mis manos con nerviosismo, agarrando la tela de mi camisa y mirando hacia otra parte, mientras tragaba saliva y me desmanaba los sesos pensando algo coherente que decirle, aunque sabía que si rompía el imponente silencio, estaría forzando demasiado las cosas.
-.S-Se puede saber... digo ¿que haces así vestido?- inquirí sobresaltada, no tiene un poco de vergüenza aunque sea.
-.Salí de bañarme,¿que tiene de malo?- preguntó, humedeciendo los labios.
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Crimson Red
FanfictionQue fantástica e interesante puede llegar a ser la vida no lo creen. Claro y más aún cuando estás sentado en el borde de una diminuta roca , en lo alto de X edificio obteniendo una vista que pocas personas pueden valorar con exactitud .Lo meno...