NARRA NAO
El tiempo pasaba tan lento que las horas en ese hospital se me hacían eternas. Mis pasos resonaban en cada rincón incógnito de la sala, el aburrimiento se apodero por completo de todo mi sistema, pero debía ser paciente ya que mañana le darían el alta a Juuzou de una vez por todas.
Deje caer mi cuerpo en el asiento de acrílico apoyando mi cabeza justo contra la pared... mierda que llevaba toda mi vida en este lugar. Respiré hondo lo máximo que mis pulmones me lo permitieron, pero aún así me sentía ahogada con solo pensar que por poco Juuzou no estaría más conmigo para alegrar cada segundo de mi vida.
Lleve mis manos hacia mis ojos refregando suavemente sin lastimarme soltando un leve respiro. Mi estómago estaba completamente vacía ya que hace horas no comían pero quien podría pensar el apetito en momentos como estos en que no sabes si perderás para siempre aquella persona que tanto anhelas y amas. Sin más que hacer, me puse de pie y me dirigí hacia la puerta en busca de alguna especie de almacén o por qué no una cafetería, pero lo más probable es que esté todo cerrado.
La brisa acariciaba mi piel con fuerza, erizándola al mero segundo. Un ligero temblor se dispersó por mi columna vertebral, provocando que todas mis extremidades temblaran en sincronía. El frío del anochecer se colaba en mis huesos y mi piel se enrojecía con el viento fresco,pero valió la pena ya que tuve la suerte de encontrar un local abierto las 24 horas.
Ingresé al hospital nuevamente con bolsas repletas de comida. El entorno continuaba en las mismas condiciones que antes, los médicos moviéndose de acá para allá junto a los camilleros y enfermeras quienes venían acompañados con pacientes en un estado alarmante, gritos y llantos de gente desesperada. Todas aquellas angustias de esas personas provocaba una adrenalina convirtiéndose en combustible de todas mis células siendo transmitida por mi espesa y caliente sangre. El flujo sanguíneo es rápido, tan así que llega a quemarme la piel y hace que mis propios órganos exploten por la desesperación. Fue en ese entonces que observé aquella chica de pie, empapada en sangre sosteniendo entre sus brazos a una niña que aparentaba tener la misma edad que mi pequeña Naomi.
Realmente no quisiera estar en su lugar, pero el solo echo de presencia esa escena mis terminaciones nerviosas comenzaron a colapsar, mientras que constantes choques eléctricos recorren cada uno de mis huesos, alertando el palpitar de mi corazón.
Todo pasó a un segundo plano, aquel dolor que me provocaba aquella situación, el parálisis de mis neuronas, las palpitaciones constantes, todo se esfumó al oír aquella despreciable y repugnante voz, que sucumbieron cada recóndito lugar de mi interior.
Una corriente eléctrica traspasó cada hueso, mis músculos se tensaron, mis neuronas se extasiaron, cada uno de mis órganos dejó de nutrirse incluso de funcionar. Todo se detuvo.
La noción del tiempo de perdió, mientras que la cordura y razón se sumergían en el miedo. El miedo, que en mi provoco esa pregunta.
-¿Te imaginas a tu niña en ese lugar?.- musito la dueña de la voz detrás de mí.
El aroma que desprendía no solo era siniestro y despreciable, sino que provocaba un vuelco en mi estómago y junto a esté, esfumándose por completa el abrupto apetito que poseía hace unos instantes.
-Yo siempre dije que hay que cuidar más a los niños... ¿no crees Nao?.- inquirió muy cerca de mí.
Me mantuve firme en mi sitio sin mostrar el terror que me causaba aquella presencia, no tanto por mí sino por la gente alrededor y inclusive Juuzou que no estaba en sus mejores condiciones.
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Crimson Red
FanficQue fantástica e interesante puede llegar a ser la vida no lo creen. Claro y más aún cuando estás sentado en el borde de una diminuta roca , en lo alto de X edificio obteniendo una vista que pocas personas pueden valorar con exactitud .Lo meno...