Crimson Red

Hell looms

NARRA NAO

Corrí por las inmensas calles del distrito a toda velocidad, sintiendo detrás de mí las vibraciones de la acera proveniente de los pasos de Eto quien trataba de alcanzarme a toda costa. El viento se intensificó cada vez más sintiendo la falta oxígeno en mis pulmones pero debía alejarme lo más posible para evitar tragedias.

Sin darme cuenta me encontraba en el medio de una avenida, perfecto escenario para terminar de una vez por todas con Eto. Desenvaine mi guadaña, pero fue en vano ya que en cuestión de segundos mi cuerpo fue despedido por los aires estrellando mi cuerpo contra unas vidrieras.

De mis labios salieron unos alaridos de dolor que flotó en el aire durante unos extensos segundos, mierda que fue de repente ese ataque. Tome una bocanada para recomponerme de suelo repleto de vidrios despedazados por mi impacto.

¿dolor? en lo que menos pensaba era en eso, pues no cuando semejante amenaza tienes en frente de tus ojos.

-.Lo siento yo solo quería tocar tu hermoso cabello- murmuró irónicamente soltando su repugnante risa burlona.

-.Vaya que interesante pues yo quiero arrancarte la cabeza para llevarla de recuerdo a la central... ¿que opinas?- respondí con cierta sorna.

-.Pues, si tu me das la tuya puede que lo considere- respondió cínicamente propinando una ataque fallido pues, lo esquivé con agilidad.

Su fuerza era ferozmente escalofriante, arrasando con todo aquello que se le interponga. Creo que estoy jodida.

Hundí mi quinque en su enorme kagune sacándola rápidamente antes de ser revoleada nuevamente.  

Cada daño que yo le propinara era totalmente en vano ya que eran caricias para semejante monstruosidad. A esta altura voy a caer desplomada en el piso sin una pizca de energía, maldita sea.

Me pregunto cómo estará Sora, Hana, Mei y Mika... podrán ellos solos con la cantidad de ghouls que se presentaron en el momento. Y Juuzou... no tengo duda de que él va a estar bien, estoy segura.

Sin darme cuenta fui golpeada por ésta, impactando contra unos muros derribados propios de un edificio, sin evitar escapar algunos gruñidos. El sabor a metal que emanaba mi sangre se hacía presente provocandome náuseas. Sentí que el aire se esfumaba de mis pulmones y mis puños apretarse a mis costados, su kagune estaba aplastando mi cuerpo, mi estómago daba vuelcos dolorosos con cada presión que ejecutaba.

-.¿Por qué no te levantas mi querida Nao?- masculló victoriosa. Es que acaso era mi final... yo iba a morir de esta forma. Los sonidos a mi alrededor pasaron a ser suaves caricias, mientras que el sabor metálico de mi sangre se disipaba.

Alaridos de dolor se escapaban de mi boca, mis ojos se tornaban pesados solo deseaba dormir.

Mi fin

Y como si alguien estuviera jalando del otro extremo de los hilos mortíferos, cada uno de mis sentidos regreso. 

El desagradable ruido del choque de metales a gran velocidad vibró en todo mis sistema nervioso sacándome de mi transe. Y es cuando mis oídos pudieron captar esa voz que tanto odiaba y ama a la vez, aquella con cual siempre solía ser regañada por mis actos infantiles.

-.¡Se puede saber qué haces ahí tirada!¡Acaso no eres la líder!- Mika escupió cada una de sus palabras con cierto odio y preocupación, pues tenía razón, no se que me sucede.

Me estabilice rápidamente, sosteniendo mi estómago que hasta recién estaba siendo aplastado por la perra de Eto.

-.¿Qué haces aquí?¿dónde están los chicos?- me interrumpió antes de indagarla en profundidad.

-.Ellos están bien con la escuadra de Suzuya, todo está saliendo bien Nao ahora déjame ayudarte con esta blasfemia- musitó Mika, acto siguiente atacar al Búho.

"Ellos están bien con la escuadra de Suzuya","todo está bien Nao" esas palabras quedaron resonando en mi cerebro, es que realmente podremos terminar con este infierno desatado.

-.¡Ayúdame quieres!- inquirió Mika.

-.A ti quien te ha invitado a la fiesta- habló Eto golpeando a mi subordinado quien fue expulsada por los aires, chocando contra un camión estacionado.

-.¡MIKA!- grite en ese instante que vi su cuerpo yacido en el suelo. Iba a correr hacia ella pero las kagunes de Eto me lo impidieron rotundamente. 

-.Tu vienes conmigo- mi cuerpo fue levantado del suelo al igual que una muñeca que puedes manejar con facilidad.

El Búho salto los edificios desintegrados por el mismo caos, arrojándome en la terraza de un centro comercial que desde mi punto de vista era demasiado alto. Mi cuerpo ya no daba abasto, sentía todas mis extremidades pesadas, ya no me quedaba fuerza para continuar y lo peor de todo es que nose como estara Mika.

-.Ahora es mucho mejor no lo creés- comentó con su sonrisa  macabra tan característico de ella-.quien dijo que vos y yo terminaríamos juntas, irónico no. 

-.Me importa mierda estar aquí contigo lo único que quiero es terminar de una vez por todas con todo esto, estoy harta de ti y tu cinismo- escupí sintiendo una explosión de rabia que debía expresarle. 

-.Que cruel eres conmigo Nao, tan solo quería pasar un rato contigo pero no me das otra opción que cumplir con tu deseo- se burló de mí una vez más de las tantas veces que lo ha hecho. 

Y todo simplemente se congeló, el aire entraba por mis pulmones con dificultad, los movimientos se sentían en cámara lenta y extrañamente una nostálgica sonrisa se formó en mis labios mientras cerraba mis ojos pensando en aquella paz.

Aquella niña.

Aquel grupo.

Aquel hombre.

NARRA JUUZOU

Debo admitir que me llaman bastante la atención estos ghouls en especial aquel que ocultaba su boca con una máscara de hierro rojo y el otro que llevaba una máscara blanca con una enorme boca y pequeñas rendijas de fosas nasales. Aquellos dos estuvieron prácticamente observando como masacrábamos a los ghouls como si fueran espectadores hasta que uno de ellos se dio el lujo de intervenir, aquel de máscara blanca.

Me pregunto cómo estará Nao, si es posible voy a tratar de acabar con estos insectos lo más rápido posible. 

Mi guadaña se movía con agilidad rebanando a una hilera de ghouls que tuvieron el tupé de  hacerme frente. Dispare contra aquel ghoul que llamaba mi atención, propinando un corte con mi quinque en una de sus kagunes.

La pelea se había vuelta intensa contra el enemigo debía admitirlo pero me excitaba la idea.

-.¿Te gusta las cicatrices? pues yo te las voy hacer lo que no implica que no te corte alguna extremidad- informé sarcásticamente danzando en el aire mientras cortejaba cada parte de su cuerpo.

La sangre salía en abundancia, aún más excitante.

Aquel de forma instantánea me despidió en los aires, perdiendo mi quinque vaya a saber donde. Mi cuerpo se estrelló contra una casa que ya estaba a un paso de derrumbarse, algunos escombros cayeron sobre mí pero no me causó lesiones importantes o por lo menos yo no lo sentía.

-.¡Mi señor se encuentra bien!- observe a Hanbee acercándose hacia mí con cierta preocupación en sus ojos. Estiró su delgado brazo para estabilizarme.

-.Si solo fue un descanso nada más-  reí mientras sacudía mis pantalones llenos de polvos.

-.Sr. Suzuya acá estamos para ayudar- gritó Sora que venían junto a Mei y Hana, se los notaba bastante castigados. Me parece extraño que Nao y Mika no estuviera con ellos...

-.Pónganse en posición defensiva, les aviso que el  enemigo no es nada fácil- informó rápidamente Hanbee a los niños.

-.Pero que estupideces dices Hanbee, es pan comido- redoble lo dicho por mi subordinado.

Ahora si continuemos...