"El trabajo de clase."
¿Lo peor del instituto? Para algunos son las clases, los profesores, las asignaturas o incluso los compañeros. Para mí, sin duda alguna, eran las sillas. Entiendo que debamos pasar ciertas horas en clase, hacer exámenes y madrugar para aprovechar el día, pero lo que no entiendo es que debamos sentarnos en sillas que hacen que se me duerma el culo y me duela la vida entera.
Llevábamos escuchando a la profesora de Historia, unos cuarenta minutos, tal vez más. Lo sabría bien si mis ojos no se cerrasen cada dos minutos por falta de sueño. Mi mente desconectaba cada cierto tiempo y en lo único que pensaba, cuando lo hacía, era en el próximo partido. Tan solo quería que llegara el sábado.
Collins estaba a mi lado, apuntando todo lo que decía aquella señora. Creo que apuntaba hasta las veces que pestañeaba. No recuerdo que nunca lo hiciera. Desde que tengo memoria, mi mejor amigo se dedicaba a tomar notas en todas las clases. Según él, quedaba bien ante el profesorado. Yo creo que lo hacía para no tener que repasar en casa.
— ¿De qué vamos a hacer el trabajo? —le susurré.
Por si no lo había mencionado antes, aquella vieja y amargada profesora, ya nos había mandado un trabajo. Solo llevábamos unas semanas de clase y ya quería arruinarnos la vida. Un trabajo de 20.000 palabras que consistía en el acontecimiento histórico que más nos interesase. Si tan solo supiera que a nadie le interesaba nada eso.
— ¿De qué hablas?
—De qué tema vamos...
—No voy a hacer el trabajo contigo. —confesó de golpe. Yo abrí los ojos como platos.
— ¿Qué dices?
—Voy a hacerlo con Andrea y si mi memoria no falla, Sophie no tiene compañero.
Collins sonrió, como si lo que acababa de decir le hiciera muy feliz.
Yo parpadeé, sorprendido. No tendría que haber preguntado. Sin duda, era mejor vivir en la ignorancia.
—No serás capaz...—insistí de todas formas.
—Ya está hecho.
—Eres un capullo.
—Ya me lo agradecerás. —agregó con burla.
Cuando sonó la campana, me apresuré a recoger mis cosas y salir del aula lo antes posible. Me puse de pie, no sin antes maldecir mentalmente las sillas de este instituto. Me dirigí hacia mi taquilla y te vi intentando abrir la tuya. Es posible que no lo recuerdes, ¿por qué lo harías? Tú no eres de esas personas que se para a observar a la gente, eres a quien observan. Como la protagonista de una película a quien siempre van a recordar. Por eso sé que si ahora te pregunto por nuestra primera conversación a solas, no la recordarás. En cambio, yo sí. Yo si lo recuerdo todo.
—Eh... hola —titubeé.
Te volviste hacia mí con una sonrisa.
—Hola, ¿qué tal?
—Bien, bien. Sí, bien. Estoy bien, muy bien.
Entonces, me di cuenta de lo estúpida que había sido mi respuesta.
¿Cuántos "bien" necesitaba para decir que estaba bien?
De repente, soltaste una carcajada. Y ahí supe que mi respuesta no solo había sido estúpida, si no, demasiado estúpida.
Lo peor fue lo que vino después. Por alguna extraña razón, quería seguir hablando contigo, aunque hubiera una voz en mi mente que me avisara que tú no tenías ni la mínima intención de escucharme, yo quería seguir hablando contigo.
—Eh... ¿Qué tal la clase de Historia?
—Aburrida.
Perfecto, ya me había quedado sin tema de conversación.
Por un momento, pensé seriamente si debía irme. Quizás, podría parecerte pesado. Pero, como sabía que no iba a tener otra oportunidad, me armé de valor para hacerte la siguiente pregunta.
— ¿Tienes con quien hacer el trabajo?
— ¿Eh?
De reojo, vi que parecías confundida, como si no entendieras de qué estaba hablando.
—El trabajo de Historia.
—Oh, no. —confesaste, esbozando una pequeña sonrisa.
— ¿Te gustaría hacerlo conmigo? —Me aclaré la garganta. —Eh, quiero decir...el trabajo. ¿Te gustaría hacer el trabajo conmigo? Solo si quieres, si no quieres no pasa nada.
—Me encantaría.
Casi me atraganto con mi propia saliva al escuchar tu respuesta.
¿Acababas de decirme que sí? Oh. Dios. Mío.
Te juro que en aquel momento quise gritar o saltar sin parar, pero tuve que controlarme. No quería que pensaras mal de mí.
Con una sonrisa tonta, te pregunté:
— ¿De qué quieres hacerlo?
—Estaba pensando en el 11S o los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki.
Los temas que dijiste, eran interesantes, sin duda. Pero yo solo pensaba en que tenías una sonrisa increíblemente bonita, posiblemente la más bonita que haya visto nunca.
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Todo lo que no te llevaste
Romance"Te devuelvo todo lo que me dejaste. Las fotos, las cartas y todo lo que me diste. Te devuelvo el dolor, la culpa y los miedos. Te lo devuelvo todo. Perdón por no saber qué hacer con ello." Sophie, hay cosas que no sabes. Hay una parte de nuestra h...