Capítulo 09

114 16 6
                                    

"¿Una cita?"

—No pienso regalarte una estatua de Yoda a tamaño real. —me quejé, exasperado.

— ¿Por qué no?

Me armé de paciencia porque sabía que iba a necesitarla para soportar a Collins todo este mes.

—Porque no es el regalo que quiera hacerte por tus dieciocho cumpleaños.

—Pero yo sí quiero ese regalo. Por favor —me suplicó.

Cerré los ojos con fuerza.

Esto no puede estar pasando.

Otra vez no.

Cada cumpleaños, Collins me pide que le regale algo relacionado con Star Wars. A diferencia de otros años, era que en un mes cumpliría dieciocho. Me negaba a regalarle un cartón por su mayoría de edad, pero eso era algo que él no quería aceptar.

— ¿Quieres saber una cosa? —le pregunté y él arqueó las cejas.

—Claro. Sorpréndeme.

—Esta conversación es estúpida.

— ¿Mis deseos son estúpidos? —Dramatizó, ofendido.

—He dicho la conversación.

—Sí, pero la conversación va sobre algo que quiero.

—Entonces, lo que quieres es estúpido.

Fui tan brusco que, durante un momento, temí haberme sobrepasado, pero Collins se echó a reír y me relajé.

—Te perdono si me pides perdón.

Cuando le miré, sonreía con inocencia. Me mordí el labio para no reírme y le di un golpe suave en el hombro.

—A llorar a tu casa, campeón. —le dije.

Esbozó una sonrisa burlona que se agrandó cuando llegó André a la mesa.

—Hola. —saludó.

—André... —le saludó con voz inocente. —Veo que hoy estás muy guapo.

—Oh no. —increpó mi amigo, seco.

—Oh sí. —aseguré.

— ¿Oh qué? —preguntó Collins.

Como si pudiera leerme la mente, André se incorporó y me preguntó:

— ¿Ya empezó con lo de su cumpleaños?

—Si.

—Dios. —se quejó y me reí.

—Estoy aquí.

— ¿Qué vamos a hacer?

—Regalarme lo que os pido. —nos dice, pero lo ignoramos.

—Rezar para que estos días pasen rápido. —respondí.

—Prefiero ignorarlo.

—No sé si sabéis que sigo aquí. —insistió Collins.

— ¿Vas a venir a casa a comer? —me preguntó André.

—Si.

—Andrea invitó a la nueva, espero que no te importe. —me explicó.

— ¿A Sophie?

Él asintió.

En ese momento, el corazón me latía tan rápido que se me podría salir del pecho. Intenté que ninguno de los dos lo notara.

Todo lo que no te llevasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora