Capítulo 19

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"De tus padres aprendes que es lo que quieres o no en una relación."

—Chicos, ¿sabéis algo de Brian?

—No entrenador. —respondí, mientras mis compañeros negaban con la cabeza.

Al escuchar nuestra respuesta, el entrenador Paul, dijo:

— ¡A correr!

Los chicos y yo empezamos a correr por el campo, entonces Collins, Marc, André y yo nos apartamos un poco del equipo para hablar. Siempre hacíamos eso Sophie. El entrenador se quejaba de vez en cuando de que estuviéramos pegado en todos los entrenamientos. Tú nunca lo supiste porque no quisiste venir a verme.

— ¿Alguno habló con Brian estos días? —murmuré.

—Yo hablé con él ayer, las cosas con sus padres están mal. Dijo que no nos preocupáramos, que no faltaría a otro entrenamiento más. —respondió André.

—Los entrenamientos dan igual. ¿Sabes si él está bien?

—No lo sé, sabes que no le gusta hablar de sus cosas.

—Tenemos que ir a verlo, ¿al salir de aquí? —propuse.

—Si.

—Claro.

—Eso ni se pregunta.

—Bien —me limité a responder.

Sophie, así éramos nosotros. Los chicos y yo. Nunca lo entendiste y yo nunca te conté realmente cómo funcionaba nuestra amistad, pero era perfecta. Era la definición perfecta de amigos, de los de verdad.

***

Abrí la puerta del porche y eché un vistazo antes de adentrarme en el jardín delantero de la casa y caminar hacia las escaleras de la entrada. Estuve a punto de tocar el timbre, pero la pregunta de André me lo impidió.

— ¿No estarán sus padres en casa?

Si Brian tenía problemas con sus padres, lo último que queríamos era venir a molestar.

—Coge una piedra. —me dijo Marc.

— ¿Qué?

—Como en las pelis.

—No pienso tirar una piedra a la ventana.

—Pues lo haré yo, ya que tú...

Le interrumpí antes de que haga nada.

—Ni se te ocurra hacerlo—le advertí. Él parpadeó, algo confundido. —Aún vas a romperla.

Puso los ojos en blanco. A juzgar por la expresión de su rostro, se moría de ganas de hacerlo.

—No digas tonterías. —dijo, cogió una piedra y la lanzó. — ¿No ves?

Esperamos unos minutos a que Brian se asomara por la ventana, y nada.

—Creo que tu plan no funciona. —le dije seriamente.

Marc volvió a coger otra piedra y la lanzó, pero antes de que se diera cuenta de que nuestro amigo estaba ahí, esta impactó en su cabeza.

— ¡¿Sois idiotas?!

Marc ignoró su comentario y dijo con una sonrisa en el rostro:

—Mi plan si funcionó.

Puse los ojos en blanco.

— ¿Qué hacéis aquí?

—Oh Julieta Julieta, como tú tan quieta. Tan bella y a dieta...—canturreó Marc.

Todo lo que no te llevasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora