Capítulo 22

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"No es para tanto...o sí."

Después de aquel día, todo cambió. Me centré en nuestra relación. No quería que pensaras que no le daba la misma importancia que a mi amistad con los chicos. Falté a algún que otro entrenamiento, porque muchas de las cosas que querías hacer coincidían con mi horario. Hay algo que no te dije de todo eso y es que tuve que mentirle al entrenador Paul en más de una ocasión.

Cuando llegué a casa después de nuestra cita en el restaurante italiano, aquel que te hacía tanta ilusión ir, Collins apareció en mi campo de visión. Estaba en el porche, a punto de entrar. Nunca te lo dije Sophie, nunca te dije la discusión que tuve con él y lo mal que me sentí después.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté.

— ¿Dónde estabas?

—Qué pasa mami, ¿estabas preocupado? —vacilé.

—No soy tu madre. Soy tu amigo, igual que Marc, Brian y André.

Parpadeé. No sé porque su comentario me tomó por sorpresa, pero por su tono de voz no estaba nada contento.

— ¿Vale?

Collins resopló, exasperado.

—Dios, ni siquiera te acuerdas, ¿verdad?

— ¿Acordarme de qué?

—Hoy era la segunda prueba de André.

El corazón se me paró. No, no, no. Hace una semana, André me comentó que había pasado la primera prueba del Conservatorio.

—Mierda, se me había olvidado. —confesé.

—Como no...

—No pasa nada, no es para tanto. Después hablaré con él.

Sí que era para tanto, pero en aquel momento no sabía lo que decía.

— ¿Qué coño te pasa?

Retrocedí. Collins parecía enfadado y su tono hizo que me asustara, así que di un paso atrás.

— ¿Disculpa?

— ¿Dónde está el Jacob que nunca faltaba a un evento importante de sus amigos?

— ¡Por dios! Solo era una prueba.

—Sí, supongo que solo era una prueba. Una muy importante para él. Por si te lo preguntas, he tenido que decirle que tenías una urgencia familiar.

A juzgar por cómo me mira, está esperando a que le dé las gracias por ello.

—No te he pedido que mientas.

Al escucharme, Collins asintió y forzó una sonrisa. Sé que no le había gustado lo que escuchó.

—Entonces, ve y dile tú mismo que no has ido porque estabas con tu novia. Igual que has estado todos los días de estos meses, sin importarte como estamos nosotros. Dile a Brian que no pudiste estar ahí para él cuando necesitaba hablar con alguien. O a Marc cuando suspendió el examen de Filosofía y tuvimos que ayudarle a estudiar. —Se quedó callado un segundo y luego suspiró. —Tal vez deberías decirles a tus amigos que ya no tienes tiempo para ellos, en vez de mentirles o quitarle importancia al asunto.

—No te pongas así, intento que mi relación con Sophie funcione. Entre estudiar y los entrenamientos no tengo tiempo. Venga, sois mis amigos, entenderéis que quiera pasar tiempo con mi novia y...

—Lo entendemos, igual que tú deberías entender que tener novia no debería quitarte tiempo para estar con tus amigos. —me cortó, seco.

—Collins, es normal que priorice mi relación.

—No, no es normal. ¿Sabes? Si no eres capaz de tener tiempo para ambas cosas, tal vez no deberías tener ninguna.

No supe cómo responder a eso. Collins no parecía enfadado, sino dolido. Quise decirle que lo sentía, de verdad. Que intentaba hacer las cosas bien y que en ningún momento quise dejarlos de lado, pero antes de que pudiera decir todo eso, él ya se había ido. Algo me decía que la conversación que acababa de tener, no era ni la mitad de cosas que me quería decir. Nunca antes había discutido con Collins y mucho menos me había hablado así, pero aunque quisiera entender su punto de vista, quería que él entendiera el mío.

Ahora sé Sophie, que por mucho que tenga novia, no significa que deba dejar de ser un buen amigo.

Todo lo que no te llevasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora