Holanda, maravilloso país.
Su capital, Amsterdam también era maravillosa. Con la gran cantidad de canales que la formaban, su hermosa y angosta arquitectura, no había persona que la visitara y no se enamorara de ella; las galerías de arte, museos, plazas y hasta su reciente zona roja le daban al lugar un aire cosmopolita que pocas ciudades en ese momento podían hacer gala.
Makoto se sentía deslumbrado con tanto por ver y por conocer, siempre había un panorama y sentía que su tiempo nunca le alcanzaba, incluso si hacía uso de la bicicleta, el principal medio de transporte de la ciudad. Sus padres le habían dado la oportunidad de ir a recorrer el mundo antes de que comenzara sus estudios formales en la universidad, pues tampoco tenía claridad al respecto y esperaba que esta especie de Erasmus le ayudara a aclarar su mente.
Aquél día había decidido pasar la tarde en un parque cercano a donde se alojaba, tenía una cámara en mano, de las más nuevas en el mercado y pensaba imprimir una buena postal para poder mostrarle a su familia los maravillosos paisajes que había visitado. Mientras enfocaba la cámara pudo ver a través de ella algo que le quitó la respiración e hizo que bajara la máquina para poder ver con sus propios ojos o desenmascarar la ilusión.
Era el hombre más hermoso y guapo que había visto en toda su vida. Casi de la misma altura que él, con cabellera negra y mucho más corta que lo que dictaba la moda de esos años setenta dictaminaba, pero sí estaba vestido a la moda usando unos pantalones de un color turquesa fuerte y con la parte de debajo de estos bien anchas, una camisa ajustada y con extraños símbolos y un cinturón que llamaba la atención hacia esa zona. Iba caminando junto a unos amigos a los cuales Makoto no les dedicó más de un segundo de su visión, pues el chico acababa de reír y paralizó el corazón de Makoto.
Se dirigían hacia él y la mirada del azabache se posó en Makoto. Su caminar se hizo más lento y sus amigos se voltearon para verlo, algo extrañados, pero luego miraron a Makoto y devuelta a su amigo.
―¿Conocido tuyo?
Sousuke asintió.
―Tengo un asunto, los veo luego.
Tachibana no podía creer que acababa de despachar a sus amigos y que el desconocido se parara frente a él para hablarle tan directamente. ¡Y sus amigos lo habían dejado solo, como si esa actitud fuera lo más natural del mundo!
―Hola, me llamo Sousuke.
―Makoto ―se presentó con apenas un hilo de voz y metiendo parte de su cabello detrás de la oreja.
―Lo siento, pero te vi y sentí que debía acercarme a ti. Espero que no te moleste ―se explicó Sousuke sin dejar de sonreír.
―No te preocupes, pensé similar cuando te vi a través de mi cámara.
―¿Fotógrafo?
―No, en realidad ando viajando y tomo recuerdos ―señaló su cámara.
Sousuke asintió y un silencio para nada incómodo se introdujo entre ellos. Yamazaki le hizo señas para que caminaran juntos y fue hablándole de la ciudad, le mostró el parque y sus alrededores, lo llevó hasta unas tiendas de golosinas que tenían su tradición desde antes de siglo y también pasearon por las orillas de uno de los canales, admirando el reflejo de los edificios en el agua.
―Oh, una tienda de café ―señaló Makoto a un pequeño y algo lúgubre establecimiento, aunque tenía su nombre en letras neón.
―Mmm, sí, es un coffeeshop ―corrigió Sousuke pero sin que Makoto notara la implicancia de eso.
―¿Quieres entrar? La noche está comenzando a hacerse sentir y podríamos tomar un café. Si quieres. ―Makoto había notado la mirada de Sousuke y trató de inmediato de no hacerlo sentir presionado.
―¿Sabías que estos coffeeshop's se han abierto hace poco tiempo y qué lo que venden dentro no es precisamente café?
―¿No? ¿Entonces qué venden? ―preguntó intrigado el chico de ojos verdes.
―¿Confías en mí?
La pregunta podía parecer tonta y la respuesta obvia: se acababan de conocer hace solo unas horas y todo había sido muy rápido. Pero Makoto podía sentir que era todo lo contrario a la lógica y que sí, sí podía confiar y entregarse completamente a Sousuke de un momento a otro, y por la mirada que Yamazaki le daba, sabía con total certeza que esto también podía entenderse a la inversa y que jamás Sousuke haría algo para perjudicarlo, dañarlo o ir en contra de su voluntad.
Makoto asintió y la sonrisa de Sousuke volvió a aparecer. Le tomó de la mano y caminó hacia la tienda, que a pesar de ser pequeña tenía una fila de clientes, en su mayoría jóvenes, esperando para su turno.
―Espero que hayas ido de viaje antes, y si no, esta será la mejor experiencia de tu vida.
*****
*Las drogas son malas.
**Makoto confunde la traducción de coffee shop que significa tienda de café o la cafetería que todos conocemos con coffeeshop que es como se les designa en Ámsterdam a las tiendas donde venden droga de manera legal y puedes consumirlas dentro del local (a veces para llevar también).
***Por si no quedó claro, está ambientado en los años 70's, donde estas prácticas comenzaron a surgir en Holanda (legalización) y comenzaron los primeros establecimientos a abrir allí. Además de toda la onda hippie en el mundo.
****Estos oneshots transcurren en distintas épocas y lugares del mundo, pero por motivos prácticos y obvios es que siempre los llamaré Makoto y Sousuke y no una "traducción" de sus nombres hacia la lengua de donde ocurre la historia.
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Along the history. Flufftober 2021 [SouMako]
FanfictionOneShots basados en una historia que se sucede a lo largo del tiempo. Los sentimientos serán los mismo sin importar cuantos años pasen. Prompts basados en el flufftober 2021. La historia puede contener tanto SouMako como MakoSou