Anillos de promesa

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Londres, 1800

Los dos pertenecían a la exclusiva lista de los solteros más codiciados de toda Inglaterra, todas las casamenteras querían que sus hijas fueran las elegidas por uno de estos y se aseguraran de vivir compleetamente en una situación acomodada y llena de lujos, además que teniendo a esos hombres como esposos podrían disfrutar más estatus del que jamás hubieran imaginado y ser la envidia de todas sus amigas.

Los baile de presentación de las señoritas se daban casi todos los días, eran reuniones sociales en donde la élite aprovechaba la ocasión para ofrecer y buscar esposas así como el de engatusar y cazar maridos. Porque "es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa".

Todos eran conscientes de estos juegos de coquetería, del lenguaje de los abanicos y de las flores, la importancia de las conexiones y de saber el baile más reciente de la temporada –el vals queda excluido por escandaloso―, y de contar con una gran dote o al menos lo suficientemente grande para tentar a los caballeros de mirar a las damas más de una vez.

En aquél baile susurros iban y venían, volando más rápido que el viento y llegando de un extremo a otro en cuestión de pestañeos. Los cotilleos y chismes también eran fuente necesaria de información para crear estrategias y desistir de cortejar a ciertas personas, aunque en el momento en que Sousuke entró al lugar todo cesó. Unos suspiros y risas nerviosas hicieron eco en cuanto las mujeres le vieron llegar, su apariencia imponía y deseaba.

Pero los murmullos volvieron a iniciar cuando llegó acompañado. No era una mujer para la alegría de muchas, sino que era Makoto, el sueño de toda joven en edad casadera. Porque si bien Yamazaki era deseado con la misma intensidad como futuro esposo, las razones eran diferentes. Los dos solteros codiciados entraron juntos y no tuvieron reparos en reconocer que habían llegado en el mismo carruaje inclusive.

―¿Vienen directamente de White's? ―preguntó un antiguo vizconde, asumiendo que se habían encontrado por casualidad en ese club de caballeros y lores.

―No realmente, nos encontramos en la joyería.

Rápidamente la noticia fue conocida por todo el salón y más allá: habían ido a comprar anillos para proponer matrimonio a la dama elegida. No había otra explicación para aquello, era lo más lógico; aunque cuando se preguntaron a quién nadie logró hallar una respuesta. Ambos caballeros habían asistido a casi todos los bailes de la temporada y por coincidencia siempre faltaban al mismo que el otro lo hacía.

Tampoco sacaban a bailar más de una vez a la misma señorita, con la única que bailaban frecuentemente era con la hermana menor de su amigo el barón Matsuoka. Por lo tanto, ¿a quién se propondrían? ¿Había habido acaso un romance secreto bajo las miradas audaces de todo Londres? Imposible. Pronto de lo único que se hablaba era del tema.

―Acaso... ¿acaso el conde Yamazaki no está usando ya un anillo?

―Es cierto, nunca se lo había visto con anterioridad.

―¿Habrá sido un encargo para él?

―¿No elegirá esposa el día de hoy?

―Pero de ser así, ¿por qué se encontró con el conde Tachibana en la misma joyería?

―Al menos Makoto-san debería proponerse a alguien esta noche.

―Esperen un momento... ¿aquello?

―¿El conde Makoto también está usando un anillo nuevo?

―¿No es el mismo modelo?

―Tal vez solo se parecen.

―Quizás se hicieron hermanos jurados.

―No es posible...

Las preguntas y especulaciones llegaron pronto a los oídos de quienes eran la noticia del momento.

―Sousuke, creo que estamos provocando un pequeño escándalo. Tal vez no fue buena idea.

―Makoto, te preocupas mucho por este tipo de cosas, ¿quieres que de verdad escandalicemos a toda Londres?

El castaño se le quedó mirando algo asustado, Sousuke era capaz de tomarlo entre sus brazos y besarlo en frente de todos y así aclarar los rumores sin preocuparse de sus estatus. Aunque él sabía perfectamente que su propio estatus se vería mermado una vez que hicieran aquello de los anillos, pero no le importaba nada, amaba al hombre frente a él y si tenía que sufrir del repudio público, lo haría.

Makoto asintió, decidido. Sousuke sonrió y le hizo un gesto para que esperara mientras iba a hablar con la orquesta, luego volvió con él y sin dejar de sonreír le tendió la mano invitándolo a bailar. Ya que todas las miradas estaban sobre ellos nadie se movió ni habló cuando sucedió, a medida que caminaban hacia el centro del salón la gente se iba abriendo paso.

Un vals comenzó a sonar y ellos bailaron, escandalizando a todo Londres mientras sus anillos brillaban bajo las luces de las velas de aquella noche.

Along the history. Flufftober 2021 [SouMako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora