Futuro

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Inglaterra, siglo XIII

―Su Real Majestad, usted no puede estar hablando en serio.

―¿Dice entonces que me tomo a broma este asunto? ―contestó Makoto a uno de los consejeros presentes.

―No, no es eso.

Todos los presentes volvieron la mirada hacia los mapas y tratados sobre la mesa. La verdad era que el reinado del Rey Tachibana era uno de los más estables y justos dentro de los reinados de la época, lo que era bueno para sus súbditos, pero envidiable para los demás. No pocas veces habían mandado misivas hostiles y hasta bélicas, solo que pocas veces se tomaron en cuenta o se solucionaron simplemente de una manera pacífica.

Ahora parecía ser algo un poco más serio.

Un reino próximo había insistido durante largo tiempo en que Makoto conociera a una de las princesas, con aspiraciones de alianza mediante matrimonio. Makoto se había negado de manera cortesa y cordial, políticamente correcta, entre sonrisas y con miradas serias. Pero parecía que nada desmotivaba al otro reino, hasta que se tomaron las cosas a mal y ahora se encontraban con una declaración de guerra.

―No podemos ir a la guerra con otro reino solo por un conflicto de esta índole. Tal vez Su Majestad sí debiera al menos considerar la opción de comprometerse, aunque sea políticamente, por el bien del reino.

Sousuke como caballero directo del Rey se encontraba ahí en el mismo salón, escuchando todo pero sin intervenir. Sabía que tarde o temprano algo así sucedería, había querido conversarlo con Makoto en total tranquilidad, pero este en cuanto había tocado el tema le aseguró que tenía todo bajo control. Patrañas.

En esos momentos quería ir, abrazarlo y decirle que estaba bien que siguiera su deber, que desde el principio había sabido que su amor era imposible y que cada segundo a su lado había sido un regalo divino. Una vez que se casara, él daría un pie al costado y volvería a jurar para proteger a la familia real.

―Su Majestad, es su deber encontrar esposa y dar herederos. Lo sabe y no hay motivos reales para que no acepte a esta princesa.

―¿Mi deber? ¡¿Y qué hay de mí?! ¿Acaso no tengo derecho a ser feliz y al menos elegir con quien quiero pasar el resto de mis días? ―Makoto ya se había exaltado y golpeado incluso la mesa. ―Yo ya tengo a alguien a quién amo y con quiero estar, y no me importan las consecuencias de eso.

La mirada de Makoto se fijó por encima de todos los nobles y se centró en el rostro de Yamazaki, quien solo negó imperceptiblemente. No podía dejar que hiciera eso por él, por ellos.

Todos los presentes murmuraron al conocer tal noticia, pues solo algunos sospechaban que el Rey tal vez tenía alguna especie de enamoramiento hacia alguien, pero desconocían de la ya existente relación. Y mientras unos murmuraban, otros se preguntaban quién era y porque no había formalizado ya.

―Todos retírense. Déjenme solo unos momentos. ―ordenó Tachibana.

La sala quedó vacía, con excepción del rey y su fiel caballero.

―Sabes que debes hacer lo correcto. No hay otra forma. ―Sousuke se mantuvo firme en su lugar, sentía que alguien debía ser firme en esa situación y no quería darle más carga a Makoto.

―Pero... nosotros. ―Su Majestad apenas podía hablar, sentía que si lo hacía su voz se quebraría.

―Makoto ―Sousuke dudó―. Su Majestad, nunca hubo un futuro para nosotros.

Along the history. Flufftober 2021 [SouMako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora