China, 2.000ac
Su largo cabello castaño resplandecía bajo la luz del sol como si de una cascada de oro líquido se tratase. Nadie jamás había nacido con ese color de pelo tan claro, solo sabían de su existencia debido a las leyendas ancestrales que señalaban a la persona que tuviese aquello como enviado del cielo y divino en sí mismo.
Makoto desde el momento en que nació fue despojado de su familia para irse a vivir al Palacio Imperial y así darle buena fortuna a la familia real y por ende a todo el imperio. No se consideraba a sí mismo una mascota y tampoco un ser divino, sino que se veía como alguien que debía que seguir cumpliendo su destino como cada persona. No se cuestionaba nada y tenía al menos el consuelo de que su familia era constantemente recompensada por su ausencia en ella.
Tampoco tenía recuerdos de su cabello corto, pues mientras más largo fuera más bendiciones del cielo recibía. Cortarlo significaría ofender no solo a su familia sino que a las deidades que le habían prodigado aquellos dones, por lo cual era sumamente un buen cuidado del cabello. Los sirvientes que se encargaban de ello también agradecían el buen rostro y amabilidad de Makoto, lo que les hacía el trabajo más fácil y demostraba lo gentil de su alma, inclusive su pureza de corazón.
Pero como todos, Makoto a veces sentía que todo lo que vivía era una farsa, o que al menos la autoestima que le tenían las demás personas era mentira. Tal vez fuera bello y gentil, pero su corazón no era puro y mucho menos su cuerpo. Desde una edad temprano se le concedió conocer al hijo del emperador, los dos tenían la misma edad y sonaba una buena idea que la bendición del cielo fuese cercano al futuro líder, ya que de cierta forma también tendría algo de divino en él.
Makoto sentía que con Sousuke podía ser él mismo, al hijo ilustre no le importaban mucho las leyendas y creencias como las que habían generado que Makoto viviera en el palacio, por lo que lo trataba como un igual. Y en plena adolescencia se dieron cuenta de los sentimientos que tenían hacia el otro y dejando de lado las formalidades y posibles castigos divinos por mancillar lo que no se debía, se entregaron mutuamente.
Cuando la luna ya estaba en lo alto del cielo y las velas apagadas en la habitación privada del futuro emperador era que sus cuerpos se acoplaban hasta hacerse uno solo. Makoto se encontraba descansando sobre el pecho de su señor mientras este acariciaba sus cabellos largos y claros entre sus dedos.
―Pareciera que ronroneas como un gato ―le susurró Sousuke.
―Eso es porque me estás acariciando el cabello.
―¿Oh? ¿Quieres decir que cuando los sirvientes hacen su trabajo ronroneas de esta manera frente a ellos? Inaceptable. Los mandaré a matar.
―No digas esas cosas ―Makoto levantó la cabeza y apoyó el mentón entre los pectorales de Sousuke―. Solo lo hago cuando estoy contigo. Si es que es verdad que mi cabello es una bendición para el imperio, no lo sé. Pero estoy seguro de que fue una bendición para mí por darme la oportunidad de conocerte.
A pesar de la oscuridad en la habitación, el castaño notó como Sousuke se sonrojaba. Decidió no decir nada más, tampoco esperaba una respuesta porque sabía que las palabras no se le daban bien a su futuro emperador y que le demostraba su amor de una forma más física y mediante costosos regalos.
De hecho, en ese momento Sousuke se removió y sacó de alguna parte una pequeña caja prolijamente labrada, la abrió y rebeló un peine de jade con el nombre de Makoto escrito. Makoto quedó sin hablar y se acomodó sentado y de espaldas a Sousuke, de esta forma le facilitaba que peinara su cabello todo lo que quisiera, y entre caricias fugaces, quedó dormido.
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Along the history. Flufftober 2021 [SouMako]
FanfictionOneShots basados en una historia que se sucede a lo largo del tiempo. Los sentimientos serán los mismo sin importar cuantos años pasen. Prompts basados en el flufftober 2021. La historia puede contener tanto SouMako como MakoSou