Comprando juntos

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Suiza, siglo XV

Sousuke llevaba viviendo con Makoto desde ese día en que él lo había salvado de su inminente muerte ahí en mitad del bosque. El moreno había sentido una inminente necesidad de quedarse a su lado, total, para el resto del mundo él ya estaba muerto. Los médicos de la ciudad simplemente se habían dado por vencido con él y no había familia que lo esperara ni llorara.

En cambio ahí, podía sentir que era realmente él, libre en la naturaleza, aprendiendo de ella y apreciándola día a día. Makoto le enseñaba lo elemental y él lo ayudaba en los quehaceres de la cabaña y alrededores, también, Sousuke era el encargado de ir regularmente al pueblo a conseguir provisiones y a intercambiar algunas cosas de las que ellos mismos cosechaban.

Makoto prefería no ir, pues en un principio vivía escondido de los fanáticos religiosos que creían que cualquier cura o sanación natural provenía de hechicería y tratos con el diablo. Una completa tontería desde el punto de vista de Sousuke, aunque sí tenía que reconocer que había algo místico en torno al castaño y a ciertas costumbres de él, como ir a recoger ciertas plantas según el periodo de la luna, o cómo lo iba cautivando casi como si de un hechizo se tratase.

―Vamos, yo te protegeré. Nadie te hará o dirá algo. Y si son lo suficientemente estúpidos para hacerlo, yo los golpearé.

―Sousuke, eso es tan... tierno pero violento. Sabes que no me gusta la violencia pero agradezco el gesto. Pero tienes razón, debo ir contigo, no puedo seguir huyendo por siempre. Además hay unas cuantas cosas que debemos comprar si es que ya has decidido vivir acá.

La estancia quedó en silencio unos momentos ante la implicación de aquello. Entre los dos existía una especie de tensión sexual sin resolver, pues cada uno se desentendía del tema; incluso con el tema de dónde dormiría Sousuke habían llegado a un acuerdo medio en que se intercambiarían para dormir una noche uno en el sillón mientras que el otro ocupaba la cama y viceversa al día siguiente.

Siguieron en silencio aun cuando iban en la carrete hasta llegar al pueblo, a un costado del mercado sacaron las pocas cosas que llevaban, la mayoría eran verduras o algún dulce de fruta que Makoto hubiera cocido, nada relacionado a medicina natural o que se pudiera malinterpretar de esa manera.

Los locales ya se habían familiarizado con Sousuke y sus productos se fueron en un abrir y cerrar de ojos.

―Bueno, eso nos deja mayor tiempo para ir a comprar las cosas, ¿no crees? ―Sousuke guardó el dinero de las ganancias del día mientras Makoto asentía.

Fueron de puesto en puesto, comprando también en el mercado las cosas que les hacía falta, como otro tazón, otro plato y cubiertos, más ropa de cama, productos de higiene personal, algo de madera para agrandar el gallinero... la mayoría de las cosas sin importancia a simple vista, pero todas en conjunto iban conformando un hogar.

Hasta que llegaron a una tienda especialista en camas y cosas por el estilo. Necesitaban otra cama individual y listo, no había que darle muchas vueltas al asunto. Sería simple.

―¿Sabes, Makoto? ―habló Sousuke mientras se adentraba más en la tienda y observaba otros productos―. Tu cama pareciera que está a punto de romperse, ¿no lo crees?

―¿En serio? La verdad es que yo creo que está bien, pero es cierto que la tengo desde que me fui de la casa y la hice yo misma, era apenas un niño. Puede que ya no esté en sus mejores condiciones ―coincidió el castaño. ―¿Algo en mente?

―Bueno ―Sousuke dudó un poco antes de señalar una cama matrimonial―, comprar una cama grande sería más conveniente que comprar dos individuales.

―La... la verdad es que sí. Además se necesitaría menos ropa de cama para el invierno. ―Makoto se acercó hasta la cama en sí misma y la observó como si de verdad sopesara la opción lógica en vez de lo que realmente implicaba.

―Claro, todo sería perfecto... si a ti no te molesta que tengamos que compartirla.

―Lo que me preocupa más es sí de verdad cabremos los dos ahí dentro, o si tendremos que dormir tan apegados como queramos para no caer de ella. De todas formas, me encantaría.

Makoto sonrió y le dio la espalda para salir del lugar, dándole a entender a Sousuke que le dejaría todo lo demás a él, al final de cuentas era él el de la idea y además, el que tenía el dinero.

Along the history. Flufftober 2021 [SouMako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora