Primera vez

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Inglaterra, siglo XIII

Las puertas grandes y pesadas daban un aire de solemnidad, y al abrirse frente a él fue como si entrase a un nuevo mundo. Entró por ellas con la cabeza en alto, espalda erguida y porte arrogante, se decía que jamás demostraría sentimiento ni emoción alguna mientras estuviese dentro de los confines de aquel palacio. Había sido mandado a llamar poco después de la cena y no entendía porque ni quién había hecho algo así, él solo había aceptado para dejarle en claro a quién fuera que él solo respondía ante el Rey y nada más.

Las puertas se cerraron detrás de él, mientras Sousuke miraba algo escéptico aquella gran habitación que más parecía un palacete personal. Ante él la chimenea refulgía, pero no había rastro de otra persona allí, eso hizo que se pusiera más en estado de alerta que antes. Pero ante él, saliendo desde lo que parecía ser el vestidor, apareció el rey en persona.

―Su Majestad ―se arrodilló en cuanto notó su presencia―. Fui mandado a llamar ―se sintió con la urgencia de aclarar su presencia allí.

―Lo sé, yo lo hice.

Makoto se acercó a él lentamente mientras abrochaba su bata de dormir. Sousuke no se atrevía a mirar más allá de los pies del rey, que se encontraban ¿descalzos? Era peligroso para la salud de su majestad, aunque debía admitir que eran unos bonitos pies.

―Puedes mirarme. A partir de ahora tienes permitido mirarme directamente a la cara si quieres y cuando estemos en privado no es necesario que te arrodilles para saludarme, un simple gesto basta.

Sousuke asintió a aquello y se colocó de pie, sosteniendo la mirada del rey con la suya. Era un color un poco menos intenso de lo que había visto en la ceremonia, se veían de un tono verdoso más oscuro, pero igual de peligroso.

―¿Qué desea de este humilde servidor, Su Majestad?

Una sonrisa, suave pero sincera apareció en el rostro del gobernante y Sousuke sintió sus rodillas debilitarse ante aquel gesto. Makoto se dio la vuelta y le hizo un gesto para que lo siguiera, se acercaron al desván frente a la chimenea y Makoto le ofreció una copa con licor. Él aceptó y se bebió casi de un sorbo el contenido, estaba nervioso y no sabía porque.

―No acostumbro a esto, muy por el contrario. Trato de ser un Rey noble, justo y amable, sin que me traicionen por la espalda y haya sublevaciones, por supuesto ―Sousuke asintió mientras veía como Tachibana removía un poco de su licor en la copa―. Por eso es que necesito a alguien de mi confianza, siempre a mi lado. No es como que yo no pueda defenderme, pero es mejor ser precavido que acabar muerto.

Sousuke volvió a asentir, creía que ya entendía el porqué de su llamado, tal vez sería puesto a prueba o se le hablaría directamente de un supuesto traidor en la corte del cual debía encargarse. Él había ofrecido su espada a Su Majestad y daría su vida por ello. Haría cualquier cosa por él, y no precisamente porque fuera su Rey; en cuanto lo había visto sintió algo dentro suyo que no supo explicar y la necesidad de seguirlo y protegerlo lo inundaron.

―No soy tonto, Yamazaki ―la luz de la chimenea refulgía en los ojos de Makoto―. Reconozco tu mirada, no has sido la primera persona que me mira así y estoy seguro de que tampoco serás la última.

¿Mirada? Sousuke se confundió con sus palabras y se tensó, tal vez... Makoto había confundido todo y era de él de quien quería librarse. Ahora que se daba cuenta, el rey no había bebido de su copa aún. Mierda.

―Su Majestad, yo ―lo interrumpió pero no se inmutó por la ceja elevada en clara señal de asombro, de seguro que eran pocos los que se atrevían a interrumpir al rey.―Yo no soy ningún rebelde ni traidor, deje que demuestre mi lealtad de la forma en que sea.

Along the history. Flufftober 2021 [SouMako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora