Sebastian tomó el abrigo de su amo, tras haberlo ayudado a quitárselo. Acababan de llegar a la casa en la ciudad de la familia.
– ¡Te pregunto que por qué la cosa acabó así! –gritó Ciel, molesto.– ¡¿Cuánto te di una orden así?! –arrojó el sombrero.
– ¿Hay algún inconveniente?
El joven se detuvo y lo miró, frunciendo el ceño; suspiró, cerrando los ojos.
– Da igual. Ya lo discutiremos más tarde –volvió la vista hacia adelante.– Hoy ya estoy cansado. Quiero descansar cuanto antes –comenzó a caminar.
– Entendido. Pero...
Una de las puertas se abrió de pronto, y por ella salió un joven de piel oscura y cabello morado.
– ¡Ciel!
El menor se sobresaltó.
– ¡Ciel! ¡Por fin viniste, estaba cansado de esperar!
– Bienvenidos, señor Ciel, señor Sebastian –saludó, juntando sus manos delante de su pecho y haciendo una pequeña reverencia.
– Es verdad –llevó una mano a su cabeza.– Estaban aquí.
– ¡Cuánto tiempo, Ciel! –se abalanzó sobre él, abrazándolo.– ¿Cómo estás?
Soma comenzó a frotar su rostro contra la cabeza de aquel y le acariciaba el cabello, mientras seguía abrazándolo con fuerza. Ciel, por su parte, forcejeaba para que lo soltase; finalmente, logró empujarlo y separarlo de él. Agni sujetó al Príncipe, quien sólo sonreía.
– Quién pensaba que vendrían tan pronto a esta casa. ¿Ya me echabas de menos? ¿Te sentías solo?
– Lo siento, pero estoy cansado –se dirigió a las escaleras.– Ahora no me apetece tratar contigo.
– ¡¿Quééé?! –gritó, siguiéndolo.– ¡Estaba esperando con ansias para competir contigo en ajedrez! –lo tomó por los hombros, deteniéndolo.
El pequeño peliazul frunció el ceño fastidiado.
– ¡¿Qué vas a hacer con ese entusiasmo?!
– ¡Ni idea! –se soltó y continuó caminando.
– ¿Qué pasa, Ciel? ¿Y esa cara tan larga? Ya que nos reencontramos, ¡Al menos sonríe un poco!
El de parche volvió a detenerse y miró al mayor con molestia.
– ¡Cállate! ¡Estoy cansado! ¡Silencio!
El Príncipe se sobresaltó. Ciel volvió la vista hacia adelante y subió las escaleras furioso.
– Si no sonríes, la felicidad se te escapará.
– Príncipe –colocó una mano en su hombro.
[Circo]
El perro negro ingresó a la carpa de su ama y se acercó a ella, quien leía un libro sentada en la cama. Tn cerró aquel y lo miró.
– Eso tardó más de lo que esperaba.
– Lo seguí hacia lo que parece ser su casa.
– Ya veo.
Aquel tomó forma humana nuevamente.
– Por ahora, no debe preocuparse por ello. Es hora de dormir, señorita.
– ...Sí, tienes razón. Estoy muerta.
Arioch tomó el libro, lo guardó en el baúl y, cuando la joven se recostó, tomó las sábanas y la cubrió con ellas; volvió a tomar aquella forma de perro, saltó a la cama, y se recostó a su lado. Tn rió, lo abrazó y se acurrucó, cerrando los ojos para dormirse.
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Suicide Circus 🎪 Ciel Phantomhive
FanfictionTn, alias Mimi, es una miembro de primera clase del circo Noe Ark, especialista en acrobacias y danza en telas. Detesta a la clase alta y aristócratas debido a su pasado. Su mejor amigo y confidente es un perro negro al que llama Belphegor. «La d...