🎪 Chapter XIV: La casa de las marionetas

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[Mansión Kelvin]

Sebastian saltó, cayendo al suelo y apoyando una rodilla en él; bajó a su amo, a quien cargaba en brazos, y se levantó. Ciel observó la mansión ante sus ojos.

– Así que esta es su mansión –lo miró.– ¿Qué tal? ¿Hueles algo?

El pelinegro olfateó un poco.

– Sí. No sé si están todos, pero parece que están bien.

Ambos giraron hacia aquella mansión, se acercaron a las escaleras, y el joven subió por ellas, deteniéndose delante de las puertas. Estas fueron abiertas, dejando ver a Joker.

– Bienvenido a esta casa. Lo estábamos esperando, Conde Phantomhive –llevó una mano a su pecho, haciendo una pequeña reverencia.

– Joker...

Sebastian subió las escaleras, acercándose a su amo.

– Adelante, entre.

El joven y su mayordomo intercambiaron miradas e ingresaron a aquella mansión; el pelinegro cerró las puertas, y ambos siguieron a Joker.

Una marioneta de niña, sin ropa y con una pierna faltante, saltó hacia un candelabro, encendió un cerillo y prendió una vela; la llama de esta quemó unos hilos que se unían con las mechas de las demás velas, encendiéndolas todas y dejando ver bien el lugar. Las paredes tenían marionetas desarmadas o partes de ella como decoración, y del candelabro del techo colgaba la marioneta de una niña, además había muchas más marionetas alrededor del lugar, sobre los sofás y demás.

– ¿Qué...? Esto es...

– Por aquí.

Joker giró y se dirigió hacia unas escaleras. Ambos lo siguieron, subiendo tras él.

– ¿Qué hacemos? –susurró el mayordomo.– ¿Lo matamos y salvamos a los niños de inmediato?

– Espera. Si los niños siguen con vida, será mejor capturar a Kelvin primero.

El largo pasillo del segundo piso ya no tenía marionetas, pero sí cuadros extraños.

– Si no sabemos su objetivo ni circunstancias, no podré informar a Su Majestad la Reina.

– Entendido.

Joker se detuvo de pronto, haciendo detener también a aquellos dos.

– Es cierto que no se puede juzgar a alguien por su apariencia. A pesar de ser tan pequeño ya te conocen como "el Perro Guardián de la Reina" y "el Noble Malvado" –giró la cabeza, mirando al menor.– Lo tienes muy difícil, Smile.

El ojiazul frunció el ceño.

– Soy el Conde Ciel Phantomhive. No me hables así.

El pelinaranja sonrió, levantando los hombros y un poco las manos.

– Sí que eres un noble, sí –se volvió hacia él e hizo una pequeña reverencia.– El banquete ya está listo –giró hacia las puertas a un lado y las abrió.– Adelante.

Aquella sala era un gran comedor, de cortinas moradas, con una larga mesa en la cual se encontraban platos, cubiertos y copas ya preparados para dos comensales. Joker se acercó a una de las sillas y la corrió un poco; el joven tomó asiento, y él le acomodó aquella, para luego alejarse.

– Parece que ya saldrá.

Ambos miraron hacia las otras puertas, junto a las que se paró el cirquero. Aquel se acercó a ellas, tomó los picaportes y las abrió.

Suicide Circus 🎪 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora