🎪 Chapter XV: Especial

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– Claro, a las personas especiales sólo las pueden tocar otras personas especiales.

<<Flashback>>
– Papá.

– ¿Qué haces a estas horas?

– ¡No se acerquen! –gritó Kelvin furioso, empujando a aquellos niños.

Observó su reflejo en la ventana, y llevó sus manos a su rostro horrorizado.


¡Alguien tan feo como yo ni siquiera puede tocarlos! ¡Yo no puedo entrar en ese mundo nocturno tan hermoso como el terciopelo!


Kelvin caminó entre el jardín de rosas, se detuvo delante de un rosal y acercó su mano a una de ellas, pinchando su dedo accidentalmente con una de sus espinas; la sangre comenzó a correr. Levantó su mano, tapando un poco la brillante Luna con ella.


¿Él también se convertirá algún día en una bella flor malvada con espinas? ¿Se convertirá en la irremplazable Luna que brilla en ese mundo nocturno? Allí donde no pueda alcanzarlo...


– ¡Noooo! –gritó.


¡Quiero tocarlo! Quiero ser...una persona especial.


Kelvin estaba recostado sobre una camilla. El Doctor se inclinó hacia él sonriendo, con un bisturí en su mano.

– No puedo hacerlo todo de golpe, pero déjelo en mis manos. Tendrá el aspecto que desea.


Tendré una piel blanca como porcelana, unos ojos grandes como joyas y un cuerpo joven...No me importa que mi fea esposa se marche. Si me mantengo hermoso...me convertiré en alguien digno de él.


Kelvin se encontraba en su cama, cuando Joker ingresó al cuarto.

– Vengo a informar que ayer por la noche alguien atacó la Mansión Phantomhive.

– ¡¿Qué?! –exclamó, abriendo los ojos como platos.– ¡¿Y los daños?!

– Murieron todos, incluso los niños.

El Barón abrió mucho más los ojos.


La Luna desapareció de mis noches, muy repentinamente. ¿Para qué? Perdí mi razón de vivir, y todos mis días eran como masticar ceniza. Pero...


– ¡¿Qué?!

– No grite tanto, Barón –pidió, haciendo un ademán de silencio.

– ¡¿Eso es cierto?!

– Sí, es el verdadero hijo de los Phantomhive. Parece ser que el que fue a comprar ayer lo vio, y ahora todos estamos extasiados por poder usar al hijo de los Phantomhive de corderito –rió.

– ¡Yo también iré! –gritó, extendiendo su mano a él.

– ¿Barón? –levantó un poco la mano.

El de vendas le sujetó la mano con fuerza, comenzando a llorar.


La Luna que perdí había vuelto a mis noches. Y  además, estaba al alcance de mi mano.

Suicide Circus 🎪 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora