Suicide Circus 🎪 Ciel Phantomhive

🎪 Chapter VIII: Trauma

Ciel cayó al suelo, y la pelota rodó; se incorporó, sobando su cabeza.

– Oye, oye, ¿Qué pasó con tu sentido del equilibrio del examen de ingreso? Esto es elemental. ¡Elemental! –extendió su mano a él.

El ojiazul tomó la mano del castaño y se levantó. Ambos miraron hacia adelante, viendo a Sebastian y Will practicar; se acercaron hacia allí.

– ¡Black es genial!

– Suit tampoco se queda atrás...

– ¡Son increíbles! –sonrió el castaño. Miró al menor.– A ver si tú recuperas tu ritmo pronto.

– Sí –volteó la mirada, encogiéndose de hombros.

– No es humano.

– Realmente no...

– ¡Oh! Mira, Mimi –señaló.

Ciel observó hacia donde aquel señalaba.

Tn tenía los ojos cerrados, haciendo estiramientos con las telas enredadas en sus piernas. Se dejó caer hacia atrás, quedando colgando boca abajo. Abrió los ojos, mirando al ojiazul que la observaba; levantó una ceja, y frunció el ceño.

<<Flashback>>
– No te preocupes, volveré por ti en la mañana –sonrió.

Aquel salió de la sala y se retiró de la mansión. Tn miró al hombre con una sonrisa.

– Bien, querida –extendió su mano a ella.– Vamos a jugar.

La niña asintió y tomó la mano del mayor, quien la sentó en su regazo.

– Oh, mi pequeña...Eres tan hermosa como la Luna. Eres una rosa, hermosa, pero con espinas...

La niña balbuceó, y tragó saliva, comenzando a sentirse nerviosa.
<<Fin Flashback>>

Tn abrió los ojos como platos, sacudiéndose ante el susto, lo que provocó que la tela se desenrollaran de sus piernas y la hicieran caer; para su suerte, abajo ella había una red. Llevó su mano a su pecho, con su respiración agitada.

Ciel abrió lo ojos con sorpresa, sobresaltándose; por un momento se preocupó.

– ¡Mimi! –gritó preocupado.

Dagger corrió hacia la red, preocupado; era la primera vez que ella caía, y para peor, de una manera brusca.

– Mimi, ¿Estás bien? –la tomó en brazos para bajarla.

– ¡No! ¡Suéltame! –gritó asustada.

Ella le dio una bofetada al rubio, provocando que este la suelte sin querer; cayó al suelo, se levantó rápidamente y salió corriendo, mientras cubría su rostro. El perro negro corrió tras ella, siguiéndola.

Ciel la observó con curiosidad.

– ¿Ella...?

– ...No sé qué pasó, nunca antes había caído...

[Más tarde]

El castaño suspiró, secando el sudor en su cuello con un pañuelo,

– ¡Sudé bastante! –giró, mirando al menor.– ¿Vienes a ducharte, Smile?

Ciel empujó una enorme pelota y cayó lentamente al suelo; miró al mayor y sonrió. También estaba sudado.

– ¿Qué? ¿Hay duchas? –se incorporó.

– Sí, sí. 

[Carpa de Tn]