🎪 Chapter XXVIII: Bailar con los muertos

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– ¡Tnnn!

– ¡Cie-!

La puerta se cerró, y sus seguros se ajustaron automáticamente para evitar que sea abierta de nuevo.

Ciel caminó con algo de dificultad, pues el agua le impedía caminar. Tn abrió los ojos con sorpresa al verlo.

– ¿Ciel...? ¡¿Por qué estás aquí?! ¡Debiste quedarte ahí!

– ¡Prometí que te protegería a toda costa! –tomó su mano y giró.– ¡Snake, ustedes adelántense! –ordenó.

[Sala de seguridad]

Snake corrió hacia la puerta y la golpeó con el puño.

– ¡No puedo dejarlos atrás! Dice Emily.

[Cuarto de calderas]

Tn se acercó a la puerta y colocó su mano libre sobre ella. Ciel observó su alrededor, buscando una salida.

– Snake, adelántate y sálvate...No perderé a más gente.

– Mimi...

– ¡No te preocupes! –gritó el chico, comenzando a caminar mientras tiraba de la mano de la joven.– Escaparemos a través del ducto.

[Sala de seguridad]

– Tus amigos no pueden empaparse en agua fría por mucho tiempo. ¡Ve!

Snake exclamó sorpresa y bajó la mirada, tomó una de sus serpientes, besó su cabeza y la lanzó hacia arriba.

– ¡Smile, Mimi! Keats los guiará a través del ducto. ¡Nos reuniremos luego!

[Cuarto de calderas]

– Dice Emily.

– Sí. ¡Definitivamente te veremos luego!

– ¡Cuídate, Snake!

Ambos jóvenes continuaron caminando y subieron unas escaleras, él fue el primero y, al llegar arriba, ayudó a la joven a subir, para luego cerrar la compuerta.

– Tn, primero quítate esa ropa –dijo mientras quitaba la compuerta del ducto.

– ¡¿Ehh?! –exclamó sonrojada.– O-Oye...ya me acostumbré a estos vestidos bonitos... –se quejó, abrazándose a sí misma.

– ¡No seas terca! No podrás pasar por el ducto con ese tipo de falda.

– ...Maldición –bajó la mirada.– Debí colocarme mi traje debajo –suspiró.

– ¡Tn!

– ¡Ya voy! –lo miró.– No me grites, tonto aristócrata.

La serpiente blanca que Snake envió se apareció por el ducto. Tn suspiró de nuevo y se quitó aquel bonito vestido de voluminosa falda. Ciel se quitó el saco de su traje y lo colocó sobre los hombros de ella.

Ambos se pusieron de pie y se adentraron a aquel ducto, con el chico por delante.



Ciel empujó la compuerta de ducto, pero esta cedió más pronto de lo que él creyó y lo hizo caer.

– ¡Ciel!

Sin embargo, alguien logró atraparlo.

– No...duele –lo miró.– ¡Sebastian!

– Lamento mi tardanza.

Suicide Circus 🎪 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora