Suicide Circus 🎪 Ciel Phantomhive

🎪 Chapter V: Demonio

Ciel y Sebastian caminaban por la parte trasera del circo, siguiendo a Joker quien les enseñaba el lugar.

– Les enseñaré un poco la parte de atrás. Síganme –se detuvo, señalando el camino entre varias carpas amarillas.– Esta zona tiene tiendas donde dormirán ustedes –corrió la cortina de una de ellas.

Ambos miraron dentro. Había una litera, una cama simple, dos grandes cajas fungiendo como mesa, y otra más pequeña; el lugar era un desastre, tenía ropa colgada o tirada por ahí y botellas vacías, además el suelo era tierra.

– Es donde duermen los trabajadores no principales, como los nuevos y los de entre bastidores. Dos o tres personas suelen compartir una habitación –soltó la cortina y giró hacia otra carpa, señalándola con su bastón.– Y allí están el comedor y el almacén de comida. Comer también es un trabajo importante para los nuevos, así que ánimo –dio unos pasos, para señalar hacia otro lado.– Aquí al fondo está la sala de primeros auxilios a la que fue Black ayer –giró, comenzando a caminar.– A partir de aquí están las tiendas privadas del elenco principal –se detuvo y giró, mirándolos y señalando las carpas a sus espaldas.

Aquellas eran más bonitas, de color morado, y tenían lámparas de cristal púrpura colgando del techo; además, la parte de las carpas comunes y las privadas era separada por un cordón negro sujeto a lámparas de tamaño medio con un decorado que parecía piedrería negra.

– ¿"Tiendas privadas"? –repitió Ciel.

– Bueno, si te haces importante, podrás conseguir una habitación para ti solo. Se me olvidaba –giró un poco, señalando una de aquellas carpas.– La primera es la tienda de Snake, así que será mejor que no se acerquen. Tiene sueltas a un montón de serpientes venenosas. Si los muerden, se irán al otro mundo en un instante.

El joven y su mayordomo intercambiaron miradas.

– A Snake y las serpientes les cuesta habituarse a la gente –comentó, comenzando a caminar de nuevo.–, así que como son nuevos, tengan especial cuidado. Y también...Mimi tiene un perro negro que la sigue a todos lados y la protege, si ese perro llega a verlos cerca de las tiendas principales, los morderá muy fuerte –rió.

– ¿"Mimi"?

– Ah. En el espectáculo usa el nombre de "Butterfly".

El ojiazul pensó un momento, pero antes de empezar a caminar, aquel cirquero apuntó su bastón a él, deteniéndolo.

– Por cierto, ¿Qué le pasó a tu ojo derecho, Smile? –preguntó, inclinándose un poco hacia él.

– Lo perdí en un accidente –mintió, tocando su parche.

– Ya veo –hizo una mueca de pena.– Qué desgracia –colocó una mano en la mejilla del niño.–, a tan temprana edad. 

– Ah...

– Bueno –sonrió.–, todos los que estamos aquí tenemos algún que otro problema –lo soltó y lo abrazó por detrás, con un brazo.–, así que llevémonos bien –colocó su mano en su hombro. 

– ¿Si?

Ambos comenzaron a caminar, con aquel pelinaranja manteniendo su mano en el hombro del pequeño; Sebastian los siguió.

– ¿Toda esta gente se unió mientras estaban de gira, como nosotros?

– La mayoría sí –giró la cabeza, mirándolo.–, pero todos los del elenco principal somos de la misma ciudad. Somos amigos de la infancia.

– ¿Amigos de la infancia?

– Sí.

Continuaron caminando, recorriendo el lugar. En un momento, Ciel vio a Jumbo en la zona de carpas privadas, tocando una armónica.