🎪 Chapter XXIII: Solución ilusoria

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Tanaka llamó a la puerta y la abrió. En aquel cuarto se encontraban todos alrededor de la cama, Arioch y y los demás sirvientes tenían algo en las manos por si debían defender a los presentes, y Ciel y Tn se encontraban sentados en medio de la cama, con él llevando un saco negro que le quedaba bastante grande.

– Con permiso –los miró.– Hemos tenido éxito en la captura del asesino.

Todos exclamaron sorpresa.

– Hemos traído al asesino –dijo Charles, entrando.

Jeremy ingresó, sonriendo, sujetando en sus manos una gran serpiente gris que estaba hecha un nudo.

– Este es el culpable.

Todos abrieron los ojos como platos.

– ¡Una serpiente!

Tn y Arioch intercambiaron miradas con seriedad.

– No puede ser.

– Es difícil de creer –dijo el escritor, llegando junto a Rán-Māo, quien llevaba el saco negro del Conde.– Pero esta vino hacia la chica vestida con la ropa del Conde –la miró. La asiática asintió.

– Black Manba. Suele ser avistada en el sur de África, es una serpiente con un potente veneno. Esta debió ser la entrenada para alimentarse después de ser expuesta al aroma del Conde, dejándola lista para el asesinato. Pero después de todo, una serpiente es una serpiente. Ella puede haber llegado a la cama gracias al aroma, pero no llegamos a saber quién es el asesino.

– Ya veo –lo miró.– Para el criminal, fue un acontecimiento inesperado que el Conde estuviera en otra parte.

Ciel descubrió su cabeza, que estaba algo cubierta con el caso.

– Y esa noche...el único que usó mi cama...fue Patrick Phelps.

– No iba a desaparecer así de fácil –se acercó a la chimenea.– Definitivamente aparecería de nuevo –la guardó en un recipiente.–, de esto se trataba –miró a la asiática.– Fue de gran ayuda que ella vistiera las ropas del Conde.

– Aprieta.

– Si en algún momento de emergencia, el Conde no hubiera esquivado la serpiente...

– Nosotros estaríamos en problemas si el Conde muere –dijo Lau.– ¿No es así, Rán-Māo?

Rán-Māo se acercó a la cama, mirando al joven.

– Es bueno que estés a salvo –lo abrazó.

– ¡E-Espera...! ¡Al menos ponte algo!

Tn rió. La asiática lo soltó, acercándose a Lau.

– Lo siento.

Ciel aclaró su garganta, sonrojado, y se levantó.

– En todo caso...Fui obligado a usar el abrigo de mi mayordomo para esconder mi aroma.

– ¿No es genial cómo esconde tu cuerpo entero?

– Realmente no sabes cuándo dejar de hablar –gruñó, con un pequeño tic en su ojo.

– Fuera de eso... –rascó su frente.– Me preocupa el tema de la serpiente –miró al pastor.– Es ilegal transportar serpientes venenosas en buques mercantiles.

– Lo que hace que probablemente fuera de contrabando –llevó una mano a su mentón.– La manera más fácil sería sobornar un buque de carga de una empresa privada.

– Para eso necesitas conexión con empresas africanas.

– Si hablamos de productos importados de África...hablamos de oro y diamantes –exclamó sorpresa y miró al hombre castaño.

Suicide Circus 🎪 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora