Suicide Circus 🎪 Ciel Phantomhive

🎪 Chapter VI: Tras bastidores

– Disculpa –llamó Sebastian, acercándose a aquel shinigami. Él giró, mirándolo.–, me gustaría que me explicaras una cosa, Suit –sonrió.

Will acomodó sus lentes.

– No tengo nada que decirte –giró, comenzando a caminar.

El pelinegro tomó a aquel por la muñeca, deteniéndolo. Él lo miró molesto.

– No digas eso y acompáñame fuera...

Ambos comenzaron a forcejear.

Ciel y Dagger los miraron.

– ¿Esos dos ya se llevan bien? –sonrió, cruzándose de brazos.

El pequeño suspiró, volteando la mirada.

Tn se acercó hacia los demás del elenco principal.

Best chasqueó la lengua, observando a aquel demonio y shinigami, y giró.

– Últimamente, los novatos son muy raros.

– Pero tienen mucho talento –sonrió Joker, mirándola.– Por cierto, Best. Tn, Jumbo y los demás, escuchen también.

Los cinco lo miraron. Él borró su sonrisa.

– Papá nos informó que no hay suficientes caramelos para el espectáculo principal. 

Los cinco exclamaron sorpresa. Tn hizo una mueca.

– Lo haremos esta noche –dijo Jumbo.

– Díganselo también a Dagger y compañía.

[Fuera]

– ¿Qué por qué estoy yo aquí? –acomodó sus lentes.– Me tuvieron que enviar a mí, un administrador, para arreglar los errores de esa basura aún en suspensión. Qué desgracia...Maldición –giró, mirándolo.–, no pensaba que por entrar a la vez que esa cosa me vería obligado a hacer un tour.

– Si un dios de la muerte se infiltró específicamente para investigar, ¿Quiere decir que hay alguna situación especial?

– No pienso contarle nada relacionado con almas a un demonio. Sería como lanzar un conejo frente a una bestia carnívora.

– Desgraciadamente, a mí no me interesan las almas de baja calidad.

– Qué insolente para ser un demonio famélico. En realidad tienes tanta hambre que casi no lo aguantas.

Sebastian sonrió, con sus ojos brillando en rojo.

– Hace tiempo que me cansé de probar indiscriminadamente de aquí y allá. Mientras más hambre tengas, mejor sabe la comida.

– Qué mal gusto.

– El miembro basura de ustedes me supera. Además, ahora tengo correa –levantó su mano izquierda, quitándose un poco el guante para dejar ver la marca de contrato.– Quédate tranquilo.

– ...Está bien –golpeó el suelo con su guadaña.– Lo diré claramente.  Se prevé que pronto haya un juicio de un elevado número de almas por aquí cerca. Esta vez es especial, así que no estorbes, por favor.

– Suena serio –sonrió.– ¿Quieres que te ayude?

Will extendió su guadaña hacia aquel, atravesándole el sombrero. Sebastian lo observó con seriedad, sin moverse un centímetro.

– No puedo perdonar hacer horas extras innecesarias –frunció el ceño.– Si estorbas, te cazaré –retrajo el arma.

– Yo tampoco quisiera tratar con un dios de la muerte porque sí –tomó su sombrero mientras caía y se lo colocó.– Y ya dije que no me interesan las almas de baja calidad –sonrió.