01.

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KOKO—


No sabía como describir el como me siento, pero ese vacío que había en mi pecho y la soledad que invadía mi ser era tan grande que mi único anhelo era desaparecer, tal vez así podría estar con ella, en otra vida poderla ver sonreír tan deslumbrada, esa estrella que me alegraba los días, pero desde que ella se fue mi vida se hizo miserable.

Ya no tenía valor absoluto.

Suspiro con cansancio y me recosté de nuevo en la cama, mirando hacia el techo, recordando los momentos que compartí con Akane, en dónde le compartía mi amor y dónde yo no era recibido sentimentalmente por ella.

Era doloroso.

La puerta se abrió de golpe dejando a la vista a Inupi algo enojado, lo miré por unos segundos y después regresé la vista al techo, ignorando su presencia.

— ¡Koko! Tienes que salir, llevás más de un mes encerrado, incluso no comes bien, mírate —masculló con una vena marcada en su frente por el enojo.


¿Por qué no entendía mi situación? Era egoísta.


Le dedique una mirada vacía y suspiré para desviar la mirada hacia la pared y evitarlo a él. Siempre era lo mismo.

— No tengo ánimos, no quiero hacer nada, por favor no insistas, eso es irritante —respondí con algo de calma haciéndolo chasquear su lengua.

— Llorar por alguien que no te amó es ridículo ¿Sabés?, Te ves patético, solo te pido que madures de una maldita vez, esto no vale la pena, no te desmorones por algo que no tiene validez ahora, Koko. Aunque sea toma un poco de aire, ya tengo en claro que hacerte razonar es un caso perdido.

Me quedé en silencio, sabía que tenía razón, siempre la tenía, pero yo era un terco, aunque supiera con certeza que él decía la verdad nunca razoné, por eso me terminaba hundiendo en lo más oscuro, todo por unos sentimientos que nunca fueron correspondidos.

Quisiera poder sentir amor, ese amor que le brindé a la persona equivocada.


***

— Mikey me haces cosquillas —decía la chica de cabellos rubios entre risas, llamando la atención de todos a su alrededor, deteniéndose frente a la preparatoria a la cual asistía la fémina— Oh, mira, ya llegamos —sonríe— ¡nos vemos en la salida! —se alejó un poco de su "hermano" y se despidió con la mano. Antes de alejarse Mikey habló.

— Si, sobre eso... Hoy no podré venir a recogerte, ya que tengo que cuidar de Emma —sonríe— espero que lo comprendas ______, nos vemos —le dió una última mirada y se fue.


La rubia se quedó mirándolo hasta que desapareció de su vista y frunció las cejas tratando de no soltar ninguna lágrima ¿Por qué le dolía que todo fuera así? Se preguntaba. Que no la amaran lo suficiente y eso la hacía sentir insuficiente, más sabiendo que su hermano de sangre olvidó que ella existía, dejándola sola y eso la hacía sentir mal.

— Olvidaba que no somos hermanos de sangre, aveces me preguntó ¿dónde está Izana? espero que no rompa esa promesa —miró el cielo tristemente.


***

NAME:—

Estaba desconectada del mundo exterior que no me había dado cuenta que la fastidiosa maestra me estaba hablando, todo fué hasta que alzó la voz y empezó a sermonearme por no prestar atención. Que vergüenza.

MI LINDA AKANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora