MI LINDA AKANE

10.

Enero 5/ año 2018

OMNISCIENTE—

Habían pasado algunos años desde que _______ y Kokonoi se conocieron, a pesar que algunas cosas hayan pasado pudieron estamblar una bonita relación, que hasta la fecha había durado 12 años, ahora se encontraban comprometidos y en dos meses se realizaría la boda, sin embargo, no todo era paz y tranquilidad en cierto punto, mientras _____ trataba de convivir tranquilamente con aquella hombre, otro la había estado atormentando por años, ya no sabía que hacer o pensar, toda la seguridad que había tenido alguna vez se fué y Kokonoi ya sospechaba que algo sucedía con aquella chica, ella estaba intranquila.

— Cariño... ¿Te encuentras bien? — preguntó Kokonoi mirándola con cierta preocupación al ver que solo jugaba con su plato de comida.

La ceniza lo miró y con nerviosismo asintió tratando de disimular aquel miedo que la carcomia desde hace años.

Quería asegurarle que todo estaba bien, aunque ni ella se lo creía.

— S-Si... Lo estoy — desvío la mirada al suelo y jugó con sus dedos.

Kokonoi no estaba confiado de su actitud y esa seguridad que trataba de crear, pero por aquella palidez y el temblor de su cuerpo no lo hacía pensar que todo estaba bien.

— Sabes que puedes decirme lo que sea, no tengas miedo de contarmelo, nos tenemos confianza ¿No? — se levantó de su silla y fue a abrazarla, esta lo abrazó fuertemente y se acurrucó en su pecho buscando seguridad.

— Tengo miedo, Koko, tengo miedo de que algo llegué a ocurrirnos, no quiero morir, no quiero que te suceda algo. Él no me dejará tranquila... Ya no sé que hacer — las lágrimas no tardaron de salir de sus ojos, su cuerpo temblaba y su piel se volvía fría.

Kokonoi la abrazó fuertemente y acarició su cabeza, estaba anonadado por aquel comentario, algo le decía que le prestará más atención y vigilará en todo momento, porque esto era un indicio de que sucedería algo con su chica, le querían hacer daño.

Pero no sabía de quién se trataba.

***

Los días cada vez se hacían frustrantes, ______ no salía de casa para garantizar su seguridad y Kokonoi no podía estar con ella por cuestiones de trabajo, tenía máxima seguridad en aquella casa, pero no lo suficiente para que Kisaki le impidiera ir por la mujer que amaba.

Nadie podía con él, siendo ahora un miembro importante en Touman y el cerebro detrás de todo, nadie podía contra él porque Kisaki los controlaba a todos y el que se atreva de llevarle la contraria terminaría muerto.

Al estar frente al gran portón de aquella gigante casa, se bajó del auto y a paso seguro caminó hacia la caseta del guarda, este sin pensarlo le abrió paso al que conocía como jefe y al cual ni se atrevía a desobedecer, además de que era alguien de confianza para Kokonoi, o eso se suponía porque nunca vió venir que aquel hombre fuera el tormento de su pareja.

______ estaba en la sala de estar con una cobija entre sus hombros, los ojos llorosos y un vaso de té en sus manos para calmar sus nervios.

Al escuchar pequeños pasos detrás de ella, limpió sus lágrimas para que el que sería su futuro esposo no viera que había vuelto a llorar, giró su cabeza algo emocionada porque creía que era él, pero en el momento que vió al hombre de lentes a pequeños pasos de ella, dejó caer la taza de té al suelo y se levantó rápidamente asustada.