07.

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NAME:—

Caminaba vagamente por el parque, después de la pelea quise hacer algo yo sola, aunque fuera respirar un poco de aire navideño antes que terminara el día porque no tenía nada que hacer, estaba tan aburrida que ni quería regresar a mi departamento, aunque bueno, el día de mañana lo desocuparia ya que me iría nuevamente a la residencia Sano, por petición de Manjiro.


Iba pateando una piedra, con mis manos dentro de los bolsillos y escuchando un poco de música por un auricular, pero al escuchar dos voces que conocía perfectamente, me detuve, miré hacia el frente y eran ellos.



Draken y Emma. Genial.


Emma al verme se acercó rápidamente a mí, siendo seguida por Draken de inmediato, pero mi querida hermana solo empezó a disculparse.



— ______, yo... Perdóname, de verdad lo siento mucho, yo no quería que esto pasara de verdad, hermanita —decía mientras tomaba mis manos, yo las aparté con brusquedad y la miré con enojo.


— No uses el "hermanita" como si en verdad lo fueras, confíe en tí, tú sabes que lo ví primero, que fue el único chico que logró llamar mi atención, y sales con eso, Emma —la señalo— tú no uses ese nombre, porque si en verdad fueras mi hermana, nunca me hubieras hecho esto.




Emma no dijo nada más, haciéndome soltar una risa nasal y yéndome del lugar sin volver a decir una sola palabra. Draken se había quedado consolando a Emma porque había empezado a llorar.



Podría decir que no me importa en absoluto, pero cada vez que Emma llora me hace sentir mal a mí porque es algo que yo evité por años desde que Karen la abandonó y ahora con mi actitud impulsiva volvía a esos tiempos.




De verdad me odio tanto.




***



— ¿Qué haces aquí? Es tarde mujer —me regaña Koko, viéndome de arriba hacia abajo, algo húmeda por la nieve, además que no estaba abrigada, capaz y me enferme.



No supe si volver a casa, lo único que se me vino en mente fue la dirección de Koko y aquí estaba, estorbando su comodidad. Genial.


Él se hace a un lado y me deja pasar, me quitó las botas y me coloco unas pantuflas que estaban en la entrada porque él me lo indicó, me quito mi gabardina y Koko me entrega una toalla para poder secarme, dirigiendonos hasta la sala de estar donde se encontraba Seishu tomando té.



— Buenas noches, Seishu —antes de tomar asiento hago una reverencia y él me sonríe— disculpa las molestias a media noche, no sabía a dónde ir.




— No tengo problema en que vengas a este lugar, ya eres más que una compañera para nosotros ¿Cierto, Koko?


Koko mira algo confundo a Seishu y después asiente, haciéndome reír.


— Si, Sí, cuando quieras puedes venir a mi humilde hogar, no tengo ningún problema en tenerte aquí, ______ —me dedicó una sonrisa y después miró a Seishu— ¿Podrías ir a hacer té para nuestra linda visita, Inupi?



Seishu solo asintió y se levantó del cómodo sofá, iba a negarme, pero al ya no verlo en la sala solo dejé escapar un suspiro lleno de cansancio.




— ¿Por qué actúas como si nada? —indago, rompiendo el silencio que había entre nosotros.



Koko me mira con los brazos cruzados y una ceja arqueada, sin entender mi pregunta.



MI LINDA AKANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora