29.

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Me dirigía tranquilamente al supermercado por algo de comida y la leche para Akira, pero en todo ese trayecto sentía que me vigilaban, de hecho, un auto negro me estaba siguiendo desde que salí de mi departamento, no era el auto de Kokonoi, sus números de placa no coincidían. Hasta que lo ví baja la ventanilla mientras pagaba los alimentos.

Salí del supermercado sin levantar sospechas, miraba mi celular para distraerme y así tal vez alertarlo para que se fuera, pero de reojo noté que el auto se detuvo unos metros atrás de mi, de ahí salió ese imbécil y no dudaba en que me seguiría, mi hogar quedaba a pocas cuadras y al adentrarme al parque me perdería de vista.

Pasos apresurados a mis espaldas, un arma cargarse y sentir el frío metal en mi cabeza cuando me detuve. Alcé mis manos en señal de rendición y suspiré profundamente embozando una sonrisa, giré mis talones, pegando el metal en mi frente, reí por eso.

— Vaya... Aún cumples perfectamente tus misiones, perro guardián, nunca decepcionas a Manjiro —sonreí con burla, me crucé de brazos y lo miré con los ojos entrecerrados, escuchándolo chasquear la lengua, su mano tembló, pero sabía que no haría nada, es un cobarde.

— No te creas tan importante, _______, recuerda bien que tú eres la sombra aquí, no vales ni eres nada, solo una mierda en nuestro camino —masculló, mantuve la postura, sus palabras no me afectan, solo es un tonto.

— ¿Qué quieres, Haruchiyo? Tengo cosas pendientes y a una hija que alimentar, no me estorbes —bufé frunciendo las cejas, me estaba molestando su presencia.

Ya sabía que Manjiro le ordenó buscarme, es tan buen hermano que después de tanto tiempo decide verme la cara, me quiere tanto que dejó aún así que Kokonoi hiciera lo que quisiera conmigo en esa fiesta.

Podré odiarlo con todo mi ser, pero no odio haber tenido a una maravillosa hija.

— Hay alguien que quiere hablarte, _______, te espera con muchas ansias, si te niegas tengo órdenes de agredirte, así que hagamos las cosas fáciles, podrás regresar después —bajó su pistola y la guardó en la parte trasera de su traje, suspiré y sin nada que hacer no me resistí a ir con él.

Solo espero que nada malo suceda.

***

Miré la mansión impresionada, era gigante, hermosa y emanaba un aire tan acogedor, era tan impresionante que agobiaba, me sorprendía todo lo que Bonten había logrado en estos años, bueno, era más por Kokonoi y su influencia en finanzas, nadie más abría podido conseguir un terreno tan grande.

— Te espera en la sala —indicó Sanzu, asentí y subí las escaleras frontales, al estar en la puerta de entrada una mucama abrió la puerta haciendo una leve reverencia, sonreí y me adentré a la mansión.

Por dentro era igual de hermosa, bien ambientada y cuidada, me indicaron la sala de estar y al llegar el se encontraba de espaldas, mirando pore el ventanal el bosque, un vaso de whisky en su mano derecha.

Con unos pocos pasos se dió cuenta de mi presencia, giró su cabeza y me miró de arriba hacia abajo, juzgandome con su tan penetrante mirada, me tensé por eso, pero me mantuve firme.

— Gran visita a Japón, señorita comprometida...

— Manjiro...

┖Fin del capítulo┒

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Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
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~Smailer-Shimura


MI LINDA AKANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora