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Capítulo 20

Estoy sentada en la punta de mi cama mientras Ryder está arrodillado al frente de mí, frotando un pañuelo con agua fría sobre mi rostro.

—Tienes la piel muy roja— dice.

—Sí, consecuencias de tener una piel pálida.

Deja el pañuelo en el piso y se sienta a mi lado.

—Tu cabello está lindo.

—Ryder, no mientas, incluso sugeriste que Diana lo arreglara.

—Pero me parece bonito— enrolla un mechón entre sus dedos.

—Eres raro.

—Y tú bonita.

—Seguro les dices eso a todas.

—No soy Thaniel.

—Cierto, pero seguro todos los Evans son iguales.

—Quizás no soy un Evans.

—Tus rasgos perfectos claramente indican que eres un Evans.

—Deja de decir que soy perfecto, no sé como reaccionar.

—Ryder ¿Nunca te han dicho que eres lindo?

—Sí, pero nunca me lo había dicho alguien que a mí me parezca linda.

—Eso es muy tierno.

—Pero si seguimos diciendo cosas así vamos a parecer niños de primaria.

—Tienes razón— suelto una risa.

—Además de linda, eres caliente.

—Sí, es normal que esté caliente porque hace 4 horas me lanzaron una olla de agua hirviendo encima.

—No me refiero a eso— sonríe pícaramente.

—¿Te gustaría leer conmigo, Ryder?

—Nada me gustaría más que eso.

—Espera... debes saber que mi cuerpo desnudo... no es tan perfecto que digamos. Estoy llena de moretones y cicatrices.

—Cada quién tiene un concepto diferente de la perfección.

—Ryder...

—...Y tú eres mi concepto.

—No vas a pensar lo mismo cuando me veas sin nada.

Él deja el pañuelo húmedo en el suelo y se sienta a mi lado.

—Quiero verte— pronuncia en un tono exigente.

Me levanto y posiciono al frente de él. Ryder me mira, esperando. Por suerte cuando llegué a casa me bañé, así que en este momento solo tengo un albornoz.

He estado antes con otros chicos sin sentirme tímida por mi cuerpo, me rechazaron un par de veces y no me importó. Pero con Ryder es mucho más diferente. Si él me rechaza yo no lo superaría por años.

Con él siento algo que no sentí antes. Tenemos una gran conexión mental, amorosa y sexual. Y sentir esas tres conexiones al mismo tiempo con una sola persona, se siente como haber ganado el mismísimo cielo.

Suelto las tiras de mi albornoz y lentamente lo dejo caer al suelo. Solo tengo mis pantis, y son muy diminutas así que literalmente no cubren nada. Okey, quiero recoger ese puto albornoz y cubrirme.

Ryder me examina con su mirada de pies a cabeza. Su mirada recorre mi cuerpo tan lentamente que siento mi corazón pararse.

Bueno, técnicamente mi corazón no puede dejar de latir, pero se siente así.

Caos PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora